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ERC se impondría en las elecciones catalanas, pero el independentismo no llegaría al 50% de los votos

Según las estimaciones del gabinete 'Key Data' para 'Público', el independentismo aumentaría la mayoría en el Parlament, con 75 diputados, 37 de Esquerra, 31 de JxCat y siete de la CUP, pero se quedaría en el 48,6 % de los sufragios. El PSC subiría hasta los 25 diputados y el hundimiento de Cs, que perdería más de la mitad de los escaños, beneficiaría al PP y a Vox, que irrumpiría en la cámara con cuatro escaños. Aritméticamente sería factible un tripartito entre ERC, socialistas y comuns.

Estimación de votos en el Parlament de Catalunya.- KEY DATA
Estimación de votos en el Parlament de Catalunya.- KEY DATA

Marc Font

Cuando faltan cuatro meses para las elecciones al Parlament de Catalunya del 14 de febrero, ERC parte de la pole position para imponerse, algo que no logra desde la II República. El partido presidido por Oriol Junqueras lidera todas las encuestas y, según las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data para Público, sería la fuerza más votada, con el 24,1% de los votos y 37 escaños, por delante de Junts per Catalunya (31) y PSC (25).

El tracking de Key Data da otras claves, como la significativa caída de la participación —que bajaría 10 puntos, del 81,6% al 71,9%, lo que supondría cerca de medio millón de votos menos—; que el independentismo no lograría su objetivo de sumar el 50% de los votos —entre ERC, JxCat y la CUP llegarían al 48,6%—, aunque reforzaría su mayoría al pasar de 70 a 75 escaños; que Esquerra se confirmaría como el partido central de la política catalana, ya que aritméticamente también podría explorar la vía de articular un Govern tripartito con PSC y los comuns; y que Cs se hundiría y perdería más de la mitad de los votos y los escaños tras ganar los comicios del 21 de diciembre de 2017. La caída de la formación liderada por Carlos Carrizosa alimentaria sobre todo el crecimiento del PP -que ganaría tres diputados- y la irrupción de Vox en la cámara, con cuatro escaños.

ERC sería la fuerza más votada en las cuatro provincias catalanas y, a pesar de la caída de participación, ganaría unos 2.000 votos con relación al 2017, hasta alcanzar los 931.000. En términos relativos, el partido republicano, que tendrá probablemente a Pere Aragonés como cabeza de lista, sumaría el 24,1% de los sufragios, 2,7 puntos más que el 21-D y pasaría de 32 a 37 escaños. La mejora de Esquerra contrasta con el retroceso de JxCat, que perdería tres diputados —de 34 a 31—, dos puntos de apoyo y 180.000 votos. Ahora bien, el observatorio de Key Data advierte que la situación puede empeorar para el partido de Carles Puigdemont, ya que si finalmente el PDeCAT concurre a las urnas por separado, como parece ahora mismo, "la bajada será aún mayor" y se dejaría más escaños.

La CUP, la tercera fuerza independentista, aumentaría de 4 a 7 escaños, pese a perder 9.000 votos, a consecuencia de la menor participación. Conjuntamente, el independentismo pasaría de 70 a 75 diputados, con lo que reforzaría su mayoría parlamentaria, aunque se quedaría en el 48,6% de los votos, 1,1 puntos más que el 21-D pero sin alcanzar el 50% de los sufragios que se fija como objetivo. En términos absolutos bajaría en 190.000 votos, quedando por debajo de los dos millones. De producirse estos resultados, sin embargo, el gran cambio con relación a las anteriores elecciones es que ERC y JxCat podrían pactar sin necesitar el apoyo activo o pasivo de la CUP, ya que suman 68 diputados, justamente la cifra que marca la mayoría absoluta el Parlamento.

Fuerte crecimiento del PSC

Del mismo modo que todas las encuestas pronostican la victoria de ERC, también coinciden en prever un fuerte ascenso del PSC, que se convertiría en la tercera fuerza de la cámara. Según el análisis de Key Data, el partido de Miquel Iceta ganaría ocho diputados, para totalizar 25, gracias a los 655.000 votos recibidos, el 17,0% del total, lo que supone 50.000 sufragios y 3,1 puntos más que el 21-D. Los socialistas serían la segunda opción más votada en la provincia de Barcelona, ​​con 18 escaños, y ganarían diputados en las cuatro demarcaciones.

En Comú Podem también aumentaría su representación, aunque perdería más de 30.000 votos y sumaría poco más de 291.000 (el 7,6%). La candidatura que encabezará Jéssica Albiach, sin embargo, se beneficiaría de la caída de la participación ya que ganaría un diputado (en Barcelona) y llegaría a los nueve. Con estos resultados, un tripartito formado por ERC, PSC y los comuns sería aritméticamente factible, ya que con 71 diputados superaría sin problemas los 68 de la mayoría absoluta. Sin embargo, ahora mismo parece un escenario propio de política ficción, ya que ERC ha insistido en que no piensa pactar con el PSC y los socialistas dicen exactamente lo mismo sobre los republicanos.

Hundimiento de Cs

En un contexto político radicalmente diferente del que había el 21 de diciembre de 2017 —menos de tres meses después de la celebración del referéndum del 1-O y de la posterior aplicación del 155 y el encarcelamiento de los dirigentes independentistas—, Ciudadanos será más que probablemente la formación más castigada en las urnas. De ganar los comicios hace tres años a ser apenas el cuarto partido del Parlament y a gran distancia del tercero. Traducido a números, la fuerza de derechas perdería 625.000 votos de los más de 1,1 millones que obtuvo —pasando del 25,4% al 12,3% de apoyo— y 21 de los 36 diputados actuales, sumando sólo 15. El hundimiento sería de tal magnitud que la triple derecha españolista perdería representación en el Parlament, a pesar de la subida del PP y el debut de Vox, pasando de 40 diputados y el 29,6% de los votos a 26 escaños y el 22,9 %.

El PP, ahora encabezado por Alejandro Fernández, recuperaría algo de terreno y ganaría tres diputados —de 4 a 7—, más de 60.000 votos y 2,2 puntos de apoyo, mientras que la ultraderecha de Vox se estrenaría en el Parlament después de obtener más de 160.000 papeletas (el 4,2%), que le reportarían cuatro representantes, todos en Barcelona. Tanto PP como Vox se alimentarían en gran parte de votantes que el 21-D habían optado por Cs. Las fugas del partido de Carrizosa serían múltiples, pero más allá de la abstención irían fundamentalmente a PSC (99.000 votos), PP (95.000) y Vox (90.000). También son significativos los más de 107.000 antiguos votantes de JxCat que ahora optarían por ERC. Los republicanos también serían la opción elegida por más de 50.000 personas que en 2017 se decantaron por los comuns y por cerca de 28.000 que lo hicieron por el PSC, mientras que tendrían fugas hacia Junts (50.500) y la CUP (28.000).

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