Este artículo se publicó hace 3 años.
El Gobierno de Aznar ocultó la donación de 17.000 toneladas de armamento al Ejército afgano auspiciado por Bush
Archivos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU revelan que España envió 100 tanques, 4.000 cartuchos de mortero, 200 misiles guiados antitanque o 65.000 pistolas. La donación fue ocultada a los diputados que formularon preguntas parlamentaria
Bilbao-
El respaldo absoluto de José María Aznar a la campaña militar de George W. Bush se tradujo en una donación secreta con destino a Afganistán. En marzo de 2003, el Gobierno del Partido Popular envió al Ejército Nacional Afgano –auspiciado y controlado por Washington– 17.000 toneladas de armamento de todo tipo. Dicha operación, que aparece reflejada en documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU, no fue comunicada al Congreso.
"El Programa de Entrenamiento y Equipamiento del Ejército Nacional Afgano está diseñado para desarrollar una fuerza militar ligera, moderna y profesional, que sea multiétnica y nacionalmente representativa, subordinada a la autoridad civil y capaz de proporcionar estabilidad interna y defensa contra las amenazas externas", describía el Gobierno de Bush en un reporte enviado a distintos congresistas estadounidenses el 14 de julio de 2004.
En aquel documento, la Casa Blanca describía el plan que había trazado para montar ese "nuevo Ejército Nacional Afgano", cuya misión inicial sería involucrarse en la operación Libertad Duradera que EEUU había lanzado tras los ataques a las Torres Gemelas de septiembre de 2001. Aquella intervención, encuadrada en la denominada "guerra global contra el terror", recibió el firme apoyo del Gobierno de Aznar, que en enero de 2002 envió el primer contingente. La salida definitiva de las tropas españolas se produjo el pasado 13 de mayo, casi 20 años después.
En aquel informe de julio de 2004, la Administración Bush destacaba que "numerosos aliados han proporcionado equipos, armas y municiones" para el Ejército Nacional Afgano. "El Departamento de Estado y el Departamento de Defensa tienen un programa activo para solicitar y coordinar las donaciones aliadas. El total de las donaciones internacionales se acerca a los 100 millones de dólares entre 2002 y 2004", subrayaba.
De hecho, "la mayoría de los nuevos países de la OTAN han proporcionado importantes contribuciones de armas pequeñas y municiones, pero los contribuyentes se extienden por todo el mundo desde Asia Oriental, pasando por Asia Meridional y Oriente Medio, hasta Europa Occidental". Ahí entra, precisamente, la donación española de 17.000 toneladas de armamento.
Según describe el documento, la entrega de ese "equipamiento militar" a las fuerzas afganas controladas por Bush se materializó el 1 de marzo de 2003, con Federico Trillo como ministro de Defensa. Entre los materiales enviados figuraban 100 tanques, 36 morteros, 200 misiles guiados antitanque, 4.000 cartuchos para mortero o 65.000 pistolas. El listado ofrecido por el Departamento de Estado incluía un apartado en el que se detallaba si las donaciones contaban o no con "aprobación política". En el caso concreto del armamento enviado por el Gobierno de Aznar, ese casillero aparece vacío.
Alejandro Pozo, investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz y autor de distintos informes sobre la evolución de la misión española en Afganistán, considera que se trata de una revelación "muy grave". "Ante todo, es un ejemplo flagrante de la ocultación a la opinión pública de algo tremendo", señaló a Público tras conocer el contenido del documento.
Silencio en el Congreso
En efecto, el Gobierno del PP no informó al Congreso sobre esa donación de armamento a un país en conflicto, lo que la convertía en una operación extremadamente sensible. "Por supuesto que estaba obligado a informar sobre algo así", señala el ex secretario general de Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares, quien entonces ejercía como diputado y seguía de cerca todos los asuntos relacionados con la participación española en las operaciones militares en el extranjero. "Todo esto entra dentro de la concepción de la política exterior del Gobierno del Partido Popular, sumisa y muy poco transparente", afirmó.
El Ejecutivo de José María Aznar tampoco quiso dar datos sobre esta operación ante distintas preguntas parlamentarias formuladas por esas fechas. Según ha podido constatar Público, el Gobierno de entonces omitió cualquier dato sobre aquella donación en la respuesta escrita ofrecida en junio de 2003 al representante del BNG Guillerme Vázquez, quien había pedido información acerca del "conocimiento" que tenía La Moncloa sobre la situación en ese país asiático.
"España viene desarrollando allí un importante esfuerzo en materia de ayuda humanitaria y ayuda a la reconstrucción", decía la respuesta oficial, que aludía además al "objetivo de luchar contra el terrorismo de las células de Al Qaeda y de talibanes". La participación española en aquella misión se saldó con 102 militares muertos, mientras que el coste económico estimado de aquellos casi 20 años de despliegue roza los 4.000 millones de euros.
"Se trata de una ocultación a la opinión pública de una información muy relevante"
Eduardo Melero, experto en comercio de armas e investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz, sostiene que la donación española para el Ejército Nacional Afgano "supone un caso más de injerencia militar a través del comercio de armamento". Subrayó además que se trata de "una ocultación a la opinión pública de una información muy relevante", lo que no dudó en calificar como "un comportamiento muy poco democrático".
Violaciones de derechos humanos
A lo largo de estas dos décadas, el Ejército afgano que Aznar contribuyó a equipar se ha visto involucrado en distintas vulneraciones de los derechos humanos. Amnistía Internacional denunció en uno de sus informes que "entre 2001 y 2004, las fuerzas extranjeras, junto con el Ejército nacional afgano, aprehendieron y detuvieron arbitrariamente a cientos de hombres, sin respetar en muchos casos los derechos humanos, negando, por ejemplo, las garantías procesales debidas". En marzo de 2020, la Corte Penal Internacional anunció la apertura de una investigación por la posible comisión de crímenes de guerra por parte de todos los actores involucrados, incluyendo el Ejército afgano al que Aznar regaló 17.000 toneladas de armamento.
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