Feijóo busca un reinicio político un año después del 23J
El presidente del PP se ha avenido a renovar el CGPJ, se ha deshecho de los gobiernos autonómicos con Vox, entierra su beligerancia contra Junts y se entrega a las redes sociales.
Madrid-Actualizado a
A Alberto Núñez Feijóo le costó reponerse del shock del 23 de julio, pero los suyos le vuelven a ver en forma. "Está bien, casi mejor que nunca", apunta un barón del PP en conversación con Público. "Las europeas le han venido bien", añade. Un año después de una victoria que supo a derrota porque ni abrazándose a la extrema derecha, como pensaba hacer, consiguió la mayoría parlamentaria para gobernar, Feijóo intenta dar un nuevo rumbo a su liderazgo al frente del principal partido de la oposición. Volver al origen. A la imagen de moderación —pese a haber integrado en los últimos el discurso antimigratorio que vincula a las personas migrantes con inseguridad o exprimir los ataques al entorno personal de Pedro Sánchez— que le catapultó a Génova para salvar a un partido a la deriva.
De algún modo, las elecciones europeas del 9 de junio cerraron el ciclo electoral que empezó el 28 de mayo de 2023 y, con los resultados sobre la mesa, aunque el PP acumula un importantísimo poder territorial, Feijóo está condenado a liderar la oposición.
Hasta media decena de fuentes del PP consultadas por este medio para esta información coinciden en que el partido—o al menos una inmensa mayoría— ha asumido que la legislatura será larga. Pocos creen en realidad que vaya a haber una repetición electoral en el mes de octubre, como pregonan en público. Y a eso atribuyen los últimos movimientos de Feijóo como la renovación del Consejo General del Poder Judicial y su predisposición a cerrar más acuerdos para las cúpulas de otros organismos como el Banco de España, la Junta Electoral Central, la CNMV o la CNMC.
Construir un nuevo escenario para sí mismo
Ello, sumado a la ruptura con Vox en los gobiernos autonómicos, ha acabado con algunos elementos del discurso político que venían lastrando al líder del PP. O eso creen en Génova, donde prefieren no hablar de los más de cien ayuntamientos y diputaciones donde sus alianzas siguen intactas. Tan bien le ha venido al presidente nacional del PP que los de Santiago Abascal decidieran salir de las instituciones, que fue él mismo quien quiso ponerse al frente de la ruptura con una comparecencia en la sede nacional del partido inédita cuando se trata de asuntos relaciones con Vox.
Es una opinión compartida entre los barones del PP que a Feijóo le lastró su gestión de aquellos acuerdos con la extrema derecha: quiso desligarse de ellos tanto como pudo y dejó "manos libres" a los presidentes autonómicos, pero terminó aflorando el papel de la dirección nacional en los pactos. Génova impuso la entrada de Vox en los gobiernos en al menos dos comunidades autónomas. Ahora ha forzado su salida empujando a todos sus territorios a votar a favor de la acogida de 347 menores migrantes no acompañados para meter a Abascal en un callejón sin salida que terminó en ruptura.
Nueva estrategia de comunicación
El presidente del PP también busca un reinicio de su estrategia de comunicación, enfocado sobre todo en su imagen en las redes sociales y su capacidad de penetrar entre los más jóvenes. Uno de los movimientos más importantes e impredecibles en el espacio de la derecha en los últimos meses ha sido la entrada con fuerza de SALF, una agrupación electoral impulsada por el agitador ultra Alvise Pérez, en el Parlamento Europeo.
No quisieron reconocer el susto que esto generó en Génova, pero un mes después Feijóo ya había aumentado exponencialmente su presencia en Instagram y TikTok con contenidos adaptados a la narrativa de estos formatos; además, también acudió a un conocido podcast de la esfera ultraderechista donde triunfa el discurso de Alvise. "Feijóo está haciendo un esfuerzo", aseguran fuentes del PP.
¿Nuevos socios?
Como también lo está haciendo por recuperar la capacidad para forjar mayorías parlamentarias del PP. El reinicio político de más calado para los populares, si lo consigue. En los doce meses que han transcurrido desde que Feijóo se topó con la realidad de su incapacidad para gobernar, se han destapado sus acercamientos a Junts. Pese a la beligerancia pública con los de Carles Puigdemont, en el PP les señalan como un aliado en cuestiones ideológicas y tratan de arrastrarlos a un bloque de derechas que legisle contra el Gobierno progresista.
También ven ahí al PNV, pese a los repetidos portazos de los nacionalistas vascos al proyecto de Feijóo. La salida de Vox de los gobiernos autonómicos podría allanar el camino para el presidente del PP, aunque por el momento Feijóo no quiere hablar de ello. Cuando suceda, asegura, lo dirá abiertamente.
La ‘calma chicha’ del ala dura
Y, ¿qué piensa de este reseteo el ala dura del PP? Hasta ahora el expresidente de la Xunta de Galicia ha conseguido la calma interna y entre las filas populares ven su liderazgo fuera de toda cuestión. Cuenta el presidente de una comunidad autónoma del PP que en las semanas posteriores al 23J habló con Feijóo y pensó por su tono de voz que podría decidir marcharse. El partido se conjuró para animarle convenciéndole de que sería una legislatura corta y que no tendría que esperar mucho más tiempo en la oposición. A juzgar por su pronóstico un año después, le mintieron.
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