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El Gobierno incluye cotización por nivel de ingresos, cuatro tipos de 'paro' y ayudas por cuidados en el marco de autónomos

Los agentes sociales y los ministerios de Inclusión y de Hacienda dan los últimos retoques a la primera reforma de calado del RETA en décadas, a la que seguirán nuevos retoques para equiparar los sistemas de aportaciones y prestaciones de los trabajadores por cuenta propia con los de los asalariados.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, conversan a su salida de la conferencia de Presidentes en el Museo Arqueológico Benahoarita, a 13 de marzo de 2022,
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, conversan a su salida de la conferencia de Presidentes en el Museo Arqueológico Benahoarita, a 13 de marzo de 2022, en La Palma, Canarias. Jesús Hellín / Europa Press

"Está a punto, estamos con los flecos", admiten desde el Ministerio de Inclusión que dirige José Luis Escrivá, cuyos responsables están cerrando estos días con los de Hacienda, las organizaciones de autónomos, los principales sindicatos y las patronales los últimos detalles del nuevo marco social de los trabajadores por cuenta propia, la primera reforma de calado del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) en su poco más de medio siglo de existencia desde su creación en 1970 y, también, el inicio de un proceso de alineación para equiparar el sistema de aportaciones y de prestaciones de estos y de los asalariados.

El eje fundamental del nuevo marco social, que contempla cuatro modalidades de cese de actividad o ‘paro’ y ayudas por hacerse cargo de cuidados, supone un primer paso hacia la cotización de los autónomos en función de sus ingresos netos, aunque con una presión sobre sus bases o ganancias teóricas del 30,6% que resulta seis puntos inferior a la de los asalariados, para los que alcanza el 36,6% de su salario entre la aportación empresarial y la del trabajador.

La última propuesta sobre este aspecto de la reforma, que apenas varía sobre la anterior y que todo apunta a que va a ser la última que Inclusión ponga sobre la mesa, contempla cuotas mensuales de 245 a 278 euros frente a las actuales de 295 para los autónomos que ganen menos del SMI (Salario Mínimo Interprofesional), es decir, 1.166 euros netos mensuales; una similar a la actual para el grupo cuyas ganancias netas se encuentren entre esa cifra y los 1.700 y, a partir de ahí, una escala que arranca en 310 y termina en 500 para quien obtenga 6.000 o más, las cuotas de cuya base mínima sumarían 1.466 euros más que ahora.

Esta es la última escala de bases y cuotas sobre la que negocian el Ministerio de Inclusión, los representantes de los autónomos y los agentes sociales.
Esta es la última escala de bases y cuotas sobre la que negocian el Ministerio de Inclusión, los representantes de los autónomos y los agentes sociales. Ministerio de Inclusión

Las cotizaciones de los trabajadores autónomos pasarán a tener base mínima y máxima en función de sus ingresos, y no solo la primera de ellas como venía ocurriendo hasta ahora. Las aportaciones por encima de los ingresos comenzarán a tener limitaciones.

Al cabo de dos años, en 2025, el tercero y último de los tres años de esta primera fase, la horquilla de quienes no llegan al SMI habrá bajado a 230/270 y la de quienes pasan de 1.700 habrá subido a 350/590, movimiento que, según informa Europa Press, ha acercado al acuerdo a CCOO, uno de los pocos negociadores que no acaban de sintonizar con los términos que se venían barajando.

El aparentemente inminente cierre del acuerdo permitiría al Gobierno cumplir con un desfase despreciable el plan de reformas enviado a la Comisión Europea, que incluye como compromiso disponer al final del primer semestre de este año de una "reforma del sistema de cotización a la Seguridad Social para autónomos que desplace progresivamente" el modelo vigente hacia otro "basado en los ingresos" reales de esos trabajadores.

Un mes tras liquidar el IRPF para pagar lo ingresado de menos por cuotas
De hecho, el ejecutivo ya ha ido implementando algunas medidas del entramado legal que requiere el nuevo sistema, cuya aplicación se prevé para 2023, con las primeras liquidaciones en la segunda mitad de 2024 una vez acabe la campaña del IRPF.

Entre esas nuevas medidas se encuentra el real decreto aprobado la semana pasada por el que se amplían de cuatro a seis las posibilidades de cambiar la cuota de cotización mensual a lo largo del año y se regula la información que han de aportar los autónomos sobre sus previsiones de ingresos.

Anualmente, la Seguridad Social deberá devolver a los autónomos lo pagado de más o reclamarles lo ingresado de menos una vez hayan liquidado el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, con un mes de plazo para ingresarlo en el segundo caso antes de comenzar a aplicar recargos.

La base para ese cálculo incluirá "la totalidad de los rendimientos netos obtenidos" al cabo del año "por sus distintas actividades profesionales o económicas, aunque el desempeño de algunas de ellas no determine su inclusión en el sistema de la Seguridad Social y con independencia de que las realicen a título individual o como socios o integrantes de cualquier tipo de entidad, con o sin personalidad jurídica, siempre y cuando no deban figurar por ellas en alta como trabajadores por cuenta ajena o asimilados a estos". A esa cantidad se le aplicará "una deducción por gastos genéricos del 7 por ciento".

Los textos que se manejan en la mesa, a los que ha tenido acceso Público, prevén que los trabajadores por cuenta propia exentos de la obligación de declarar el IRPF coticen por la base mínima, una situación que en la práctica solo afecta a los alrededor de 200.000 que cobran una ‘nómina’ de menos de 22.000 euros mensuales de las entidades en las que son socios-trabajadores.

Tarifa plana, pruriactividad, ERTE y cuidados

El nuevo marco social del trabajo autónomo que sale del trabajo de esa mesa de negociación incluye otros aspectos de calado como el mantenimiento de la tarifa plana durante dos años con una cuota mensual, en principio, de setenta euros para nuevos profesionales independientes.

También contempla que los autónomos en situación de ‘pluriactividad’, es decir, que compaginen la actividad por cuenta propia con otra por cuenta ajena recuperen hasta el 50% de lo cotizado por la primera de ellas. Hasta ahora solo recuperaban las cantidades que, tras sumar ambas aportaciones, superaran la aportación máxima que contempla la normativa, pero sin que lo cotizado como profesional se contabilizara a efectos de su carrera de cotizaciones: se pagaba pero no sumaba.

El cese de actividad, que ahora alcanzará también a los socios-trabajadores de cooperativas, pasa a tener cuatro tratamientos: definitivo o temporal, en función de su duración, y total o parcial según a qué parte de la actividad pueda afectar.
El sistema de protección incluirá, además de la prestación en función del tipo de cese, la cobertura de las cotizaciones sociales mientras se mantenga esa situación de inactividad.

Paralelamente, se establece una "prestación para la sostenibilidad de la actividad" similar a los ERTE sectoriales y/o cíclicos del Mecanismo Red, para cuando todo un sector o el conjunto de la economía se vea afectado por un ‘pinchazo’. Será aplicable a los Trade o Trabajadores Autónomos Dependientes que únicamente presten sus servicios en una empresa.

Por último, el nuevo marco social de los autónomos contempla para los casos de ceses parciales de la actividad "para el cuidado de un menor afectado por cáncer u otra enfermedad grave", lo que se conoce como CUME (Cuidado de Menor), reducciones de las cuota por contingencias comunes de hasta el 75% en función del porcentaje de recorte de la jornada.

Los primeros tres años de un proceso de nueve

"Este es inicio de un proceso de cambio de situación que va a traer justicia contributiva y que va a traer rebajas en las cotizaciones a dos millones de autónomos", señal Eduardo Abad, secretario general de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), organización que hace ya más de cinco años, a comienzos de 2017, abrió el melón de la cotización por ingresos en una comparecencia ante la Subcomisión del Pacto de Toledo del Congreso.

"Esta batalla la iniciamos nosotros, este es el camino para que las pensiones y las prestaciones de los autónomos sean adecuadas", recuerda Abad, que se muestra "orgulloso" del acuerdo alcanzado para rebajar las cuotas a los perceptores del CUME. "Eso es política social, era algo más que necesario", señala.

Al sistema, en cualquier caso, le faltarán seis años cuando concluyan los tres que ahora contempla esta primera fase para concluir con la alineación completa de las cuotas, y con ellas las prestaciones, con los ingresos netos de los autónomos.

Antes, la agenda de los autónomos tiene otras tareas destacadas, como la bonificación del 100% de los gastos que la digitalización va a generar a los profesionales, el eventual desmantelamiento del sistema de módulos, cuya razón de ser pierde peso conforme avanzan los pagos electrónicos, y la aplicación real de los tres flecos de la última reforma, que son la posibilidad de desgravarse los gastos de manutención y el uso de espacios de trabajo en el domicilio familiar, y también, la gravosa obligación de pagarle a Hacienda el IVA nominal de las facturas antes de haberlo cobrado.

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