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González Pons inicia su carrera para ser candidato del PP en las europeas enfangado en polémicas

El mismo día en el que dijo del Tribunal Constitucional que eral "el cáncer del Estado de derecho" dejó claro su deseo de regresar a Bruselas. Pactar la renovación del CGPJ es su gran tarea pendiente.

Feijóo y Pons
Alberto Núñez Feijóo y el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons. Fernando Sánchez / Europa Press

El popular Esteban González Pons ha sido uno de los protagonistas de la semana. Primero, por unas declaraciones que en su propio partido califican de "desafortunadísimas" y, más tarde, por la citación de Bruselas para iniciar el diálogo a tres bandas —PP, PSOE y Comisión Europea— sobre el CGPJ la semana que viene. Amigo personal de Alberto Núñez Feijóo, Pons es uno de los pesos pesados de la cúpula del PP, pero, paradójicamente, no encuentra su sitio en la política nacional y ha iniciado ya la carrera europea.

Los planes de Pons, como los de tantos otros en el PP, se frustraron al no conseguir el Gobierno. En el partido era un secreto a voces que el actual vicesecretario de Institucional de Génova aspiraba a algún cargo con relevancia internacional: distintas fuentes apuntan al de comisario europeo. Pero los únicos nombramientos que ha hecho Feijóo desde el 23 de julio han sido para armar al principal partido de la oposición y la principal novedad para Pons en esta etapa ha sido la de convertirse en diputado.

Aunque aún le queda una oportunidad con las elecciones europeas del próximo 9 de junio y sus cartas ya están sobre la mesa. "No niego que creo que la mejor versión mía como político la he dado en Bruselas. Pero si el partido cree que no debo volver, no volveré, aunque sí me guste", dijo esta semana en un encuentro informativo organizado por el Círculo Ecuestre de Barcelona y el periódico La Vanguardia.

En privado, según hasta cinco fuentes distintas del PP, Pons transmite claramente que quiere regresar a Bruselas, a donde Feijóo fue a buscarlo en 2022 cuando se decidió a dar el paso para liderar el partido. El político valenciano hizo de avanzadilla de la actual dirección popular y gestionó, junto a Cuca Gamarra, las semanas de transición en el intercambio de poderes tras la defenestración de Pablo Casado. Dirigentes del partido recuerdan esto para subrayar la absoluta confianza de Feijóo en él.

Si él quiere, será el cabeza de lista, reflexionan las fuentes consultadas. Pons, que se convirtió en eurodiputado y vicepresidente del PPE (Partido Popular Europeo) en 2014, fue el número dos en las listas a las últimas europeas, por detrás de Dolors Montserrat, la apuesta entonces de Pablo Casado. Ahora está en la pole de salida para escalar hasta el uno.

Un reguero de polémicas

Tras de sí, un reguero de polémicas. Esta misma semana Génova forzó su rectificación y disculpas por decir que el Tribunal Constitucional era "el cáncer del Estado de derecho" y dejar en el aire que fueran a recurrir ante él la ley de amnistía. Unas declaraciones que sentaron muy mal en su partido.

En las filas populares hay quien tiene miedo a desbarrar en la dura ofensiva contra el Gobierno y creen que eso mismo es lo que hizo Pons en una semana clave en la que, creen, los focos tendrían que haber apuntado al PSOE y al sprint final en la redacción de la amnistía y no a ellos.

Solo un día después, Feijóo se reunió con distintos dirigentes internacionales en Génova. González Pons participó también en alguno de esos encuentros, pero no apareció en las fotografías.

Sonada fue también su participación en un acto del PP con la comunidad hispanoamericana en Madrid en la que, más allá de compartir escenario con una telepredicadora, cargó contra la presencia de Pedro Sánchez en la Cumbre Iberoamericana en la que también estuvo el rey Felipe VI; y de él salió también el "plan de calidad institucional" en el que proponían limitar el poder de los plenos municipales para garantizar que gobernase la lista más votada y que acabó enredando al partido.

Objetivo CGPJ

Pons tiene ahora por delante dos meses —los que ha dado la Comisión Europea— para conseguir cerrar un acuerdo con el PSOE y renovar el CGPJ, su primer gran tarea como miembro de la dirección nacional del partido. Como interlocutor de los populares no ha sido capaz de tejer buenas relaciones con el ministro Félix Bolaños y las conversaciones entre ambos estaban tan encalladas que han necesitado abrir la mesa de negociación al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, en calidad de supervisor.

En el PP hay quien piensa que para regresar a Bruselas y mantener la influencia de la que presume, Pons necesita cerrar la renovación del Consejo.

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