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Granados torea en su declaración al juez, al fiscal y a los investigadores de la Operación Púnica 

Quien fuera mano derecha de los gobiernos de Esperanza Aguirre no ha desvelado ninguna incógnita sobre la presunta financiación ilegal del PP de Madrid, a pesar de haber sido él quien pidiese declarar voluntariamente antes de las navidades. 

El presunto 'cerebro' de la trama 'Púnica' y ex secretario general del PP en Madrid, Francisco Granados. EFE/Archivo

MADRID-. La actuación del ex secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, entre el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, ha recordado a la escena de El Padrino II en la que Frank Pentangeli pierde la memoria al tener que declarar como Michel Corleone. Así el ex vicepresidente de Esperanza Aguirre ha frustrado las esperanzas de fiscalía e investigadores sobre sus intenciones de arrojar luz sobre la pieza que aún continúa secreta y que investiga la presunta financiación ilegal en la comunidad autónoma. 

Como Pentangeli renegó de sus conocimiento sobre la mafia nada más ver a su hermano llegado desde Italia sentado en el Senado de Estado Unidos, Granados ha toreado el interrogatorio con parsimonia durante las dos horas que este ha durado. Su testimonio se ha resumido a elogiar a Esperanza Aguirre, asegurar que siempre ha trabajado para lo público y negar que guarde dinero en Suiza como han declarado las autoridades helvéticas. 

También desconoce si las iniciales 'JLM' se corresponden al empresario Javier López Madrid, sus relaciones con funcionarios que le ayudaban a manejar información privilegiada y no tiene nada que explicar sobre su enemigo y sucesor de Aguirre en sus cargos, Ignacio González

Su abogado Carlos García de Ceca ya anunciaba a la entrada a la Audiencia Nacional, que Granados no iba a "tirar de la manta" para salir de prisión porque eso sería "destapar a otro", una conducta que "en su manera de ser no figura".

El dinero del altillo

El ejército de abogados presentes en la sala tampoco salían de su asombro. Según una acusación, "la sensación ha sido que Granados sólo quería darse una vuelta fuera de la prisión de Estremera, ahora que el juez le ha prorrogado dos años más su estancia como preventivo". 

Sus respuestas también han llamado la atención. Lo único que ha reconocido es que el dinero que hace un año se encontró en el altillo de casa de sus suegros es suyo, aunque había sido atribuido a "algún fontanero o a alguien del Ikea" por el padre de su mujer. Según Granados, se trata de una cantidad que guardaba en Suiza antes de su entrada en política y que se trajo en el año 2000.

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