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GUERRA EN EL PP Génova sentencia a Ayuso y espera probar la mordida del hermano de la presidenta

La guerra está completamente desatada y sin control en el PP tras el carrusel de informaciones, declaraciones públicas y acusaciones que tuvieron lugar ayer. 

El presidente del PP, Pablo Casado junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se saludan en el acto de cierre de campaña a la presidencia de la presidencia de la Junta de Castilla y León.
El presidente del PP, Pablo Casado junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se saludan en el acto de cierre de campaña a la presidencia de la presidencia de la Junta de Castilla y León. Nacho Gallego / EFE

La guerra está completamente desatada y sin control en el Partido Popular (PP). Este jueves dejaba una sucesión de informaciones, declaraciones públicas y acusaciones cruzadas con pocos precedentes políticos. La división entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la dirección nacional liderada por Pablo Casado es total. Y no hay vuelta atrás. Génova ha dicho "basta" y ha sentenciado a la mandataria madrileña. Su objetivo es poder probar documentalmente que su hermano cobró de manera ilegal una mordida tras un contrato de emergencia adjudicado a dedo durante la pandemia. Ambos bandos se han enzarzado en una cruda batalla para poner el foco donde les interesa. Del lado de Casado, en la corrupción. Del lado de Ayuso, en el espionaje al que le sometió su propio partido. Pero ya solo puede quedar uno como ganador. 

El partido está completamente en shock y ha implosionado con unas consecuencias imprevisibles. El epicentro del conflicto abierto se situaba hasta ahora en el Congreso para renovar el partido en Madrid. Ayuso se postuló públicamente a principios de septiembre para liderar el partido. Salió en su momento hasta Esperanza Aguirre para espolearla. Pero en Génova se vislumbraban reticencias mientras Ayuso insistía en presionar y meter prisa para que se celebrara el Congreso cuanto antes. 

Hoy sabemos que la dirección nacional del partido frenó la renovación del PP de Madrid por un asunto que, ahora sí de forma pública, se ha destapado como clave en toda esta trifulca. Se trata de un contrato adjudicado a una empresa para adquirir mascarillas que habría beneficiado al hermano de la presidenta autonómica. Así lo señaló de forma bastante clara el secretario general de los populares, Teo García Egea en rueda de prensa. Así lo señalan también fuentes del sector "casadista" consultadas por Público

En Génova consideran un "escándalo" y un procedimiento "ilegal" ese beneficio que supuestamente obtuvo el hermano de Ayuso. La adjudicación, de 1,5 millones de euros se la llevó, por vía de emergencia, es decir, "a dedo", un empresario amigo de la familia desde la infancia que pasaban juntos en la localidad de Sotillo de la Adrada (Ávila). La presunta mordida del hermano de Ayuso, Tomás, sería de 280.000 euros según se publicó en varios medios. 

"Pablo y Teo la pusieron para garantizar que no hubiera más corruptelas en Madrid", señalan desde el sector de Casado

La empresa en cuestión se llama Priviet Sportive SL. y nunca había contratado antes con la administración pública. "Blanco y en botella", señalan fuentes consultadas en el PP madrileño crítico con la mandataria autonómica. "Pablo y Teo la pusieron para garantizar que no hubiera más corruptelas en la Comunidad de Madrid", añaden, convencidos de la mala praxis de Ayuso.

"Génova siempre gana", avisan estas fuentes, recordando la historia del partido y quienes han querido enfrentarse al aparato de la dirección. En este sentido, consideran que desde Sol "sabían que el caso les iba a estallar en cualquier momento" y atribuyen las informaciones de espionaje a un intento de "voladura controlada" y "cambiar el marco" por parte de Ayuso y su equipo, liderado por Miguel Ángel Rodríguez. "MAR" es uno de los principales señalados como estratega de todo el conflicto. 

Otro de los nombres propios en esta historia es el de Ángel Carromero. El dirigente del PP madrileño era mencionado como uno de los implicados en la labor de desgaste hacia Ayuso y responsable de tratar de impulsar una "tercera vía" para liderar el partido a nivel regional. Y así evitar implicar al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, en unas hipotéticas primarias. Según varias informaciones publicadas desde la noche del miércoles, él sería uno de los responsables de haber contactado con detectives para investigar al entorno de la presidenta.

Carromero ostentaba el cargo de coordinador general de la Alcaldía del Ayuntamiento de Madrid. Almeida negó por la mañana del jueves que hubiera habido espionaje, y menos usando, según se publicó en varios medios, a la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid (EMVS). Como publicó este medio, una supuesta grabación del implicado estaba siendo usada como arma arrojadiza entre los bandos. Al aparecer nuevas informaciones, incluso unas declaraciones del detective en cuestión, el gabinete de Almeida comunicaba la dimisión de Carromero

El partido se desangra ante las cámaras

Los relatos, como en toda guerra, son diferentes según los bandos. Y este jueves los populares se han desangrado a la luz pública y con miles de cámaras pendientes de sus palabras. El Congreso de Madrid ha pasado a un segundo plano y las fuentes consultadas son rotundas: "Lo que hay que aclarar es quién sigue vivo aquí. Y si es verdad que el hermano se lo ha llevado. Pero es que ella lo ha reconocido ya", afirman en el sector cercano a la dirección nacional. 

Por su parte, Ayuso sí reconoció que su hermano "había mantenido relaciones comerciales" con esa empresa pero que todo era completamente legal. Y en su intervención, sobre las 13.30 del jueves, efectivamente trató de cambiar el foco. De este modo, cargó con dureza contra Casado por acusarla sin pruebas y de haber actuado de "forma cruel" contra ella por investigarla. 

La actitud de Ayuso enfureció a Génova. "Hasta aquí hemos llegado", señalan fuentes cercanas a Casado que pensaron al escucharla. García Egea convocaba a la prensa y salía con todo frente a la presidenta para devolverle el golpe. Denunció que Ayuso había emprendido "una campaña masiva de ataques, infundios y calumnias" contra la cúpula nacional del partido. Anunció, además, que se abrirá un expediente informativo "para culminar las investigaciones que se han llevado a cabo". Este procedimiento "tiene por objeto recabar la información" necesaria, según indican desde Génova. 

Mientras Génova busca las pruebas y decide qué hacer con Ayuso, hay quienes la ven ya fuera del partido. "No lo descartaría", señala una dirigente madrileña afín a Casado. Vaticinan, como ya ha adelantado Aguirre, que su sector afín intentará pedir la dimisión de García Egea por el espionaje. La primera en hacerlo fue Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz del partido y abiertamente enfrentada a Casado. Incluso que intentarán forzar un congreso nacional para decidir quién lidera el partido. En medio de toda la marabunta, un puñado de "ayusers" se manifestó a las puertas de Génova en apoyo a la presidenta. 

Por su parte, la oposición ha olido la sangre y todos los grupos de la izquierda han pedido explicaciones por este caso. El PSOE de Madrid anunció que llevaría el famoso contrato a la Fiscalía. Algo que hizo también Más Madrid. Mientras tanto, Vox, socios de Ayuso, no han querido hacer mucho ruido con el asunto. En el Pleno de la Asamblea de Madrid, su portavoz, Rocío Monasterio, hizo una referencia genérica a que "los machetazos en el PP no van a solucionar la vida a los madrileños". 

Al tema se han referido incluso desde el Gobierno. Ayuso deslizó la idea de que Casado había recibido un dossier desde Moncloa, algo que niegan rotundamente desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, por ejemplo, señaló que con la supuesta trama "pierde la democracia" y reclamó al PP una "respuesta ejemplarizante" para colaborar en la "estabilidad" del país". 

La herida abierta en canal tiene difícil solución a corto plazo. La vida interna del PP en Madrid suma así un nuevo capítulo tenebroso tras otros ocurridos en el pasado como la "gestapillo" de Aguirre o las famosas cremas de Cristina Cifuentes. Todo, además, en un momento clave para la estrategia de Casado después de las elecciones en Castilla y León. El líder del PP tiene ahora que lidiar con unas negociaciones para formar Gobierno, decidir si lo quiere hacer con Vox y además surfear esta guerra civil con Ayuso. Casi nada. 

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