Este artículo se publicó hace 2 años.
Homenaje y legado de Almudena Grandes
Roberto Brunete
Madrid-
Más de tres minutos de aplausos cerraron ayer en el teatro español de Madrid el homenaje a Almudena Grandes en el que se celebraba su nombramiento como hija predilecta de la capital.
Almudena fallecía un 27 de noviembre a los 61 años dejándonos huérfanos a muchos de sus lectores. Siete meses después, la ciudad que la vio crecer y el teatro que la vio crecer se fundían en un emotivo homenaje en el que estuvieron entre otros el escritor y premio Cervantes 2021, Sergio Ramírez, el cantante Miguel Ríos, el abogado Baltasar Garzón, el ex jugador del Atleti Petón o el músico Joaquín Sabina.
La voz de Grandes sonó varias veces por los rincones del teatro durante la hora que duró el acto. "Estamos quitándole volumen y espacio a las palabras", decía Grandes. "No podemos permitirnos el lujo de perder palabras [..] Yo soy del Atleti, nunca dejo de creer". También estuvo como no podía ser de otra manera su marido, Luis García Montero, quien entre palabras de agradecimiento y gritos de viva la cultura dedicó unas emotivas palabras a su mujer.
Quienes no estuvieron en el acto de homenaje y para sorpresa de nadie, fueron el alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida y tampoco la vicealcaldesa Begoña Villacís, alegando ambos motivos de agenda y deseando a la familia que disfrutaran del homenaje.
Ayuso tampoco estuvo presente y ni siquiera envió a nadie en su representación.
Una última cosa a destacar antes de hacer el repaso a su obra. Almudena no ha recibido este premio porque Almeida hubiera querido. Esta decisión se tomó en base a una negociación entre los concejales 'carmenistas' que salieron del grupo de Más Madrid y el equipo de gobierno a cambio de apoyar unos presupuestos para la ciudad.
Vamos con los datos sobre Almudena Grandes. Nace en pleno franquismo en la ciudad de Madrid. Proviene de una familia burguesa y culta, instalada en el barrio madrileño de Malasaña. Vivía en una casa galdosiana de esas que no tienen pasillos, con servicio doméstico y se educó en un colegio de monjas; allí nunca tuvo un papel protagonista en la función de Navidad.
Una persona fundamental en esos primeros años fue su abuelo, Manolo Grandes. Un hombre culto y bueno que le leía poemas de Lorca y le regaló La Odisea por su primera comunión. Almudena cuenta que se hizo escritora gracias al fútbol (era del Atletico de Madrid) y a no saber dibujar.
Cada vez que había partido, los hombres de la casa se atrincheraban en el salón y relegaban a los niños a la cocina para que no molestasen. Allí debían mantenerse entretenidos mientras durase el partido. Almudena era una negada para pintar, así que se entretenía escribiendo cuentos que nunca terminaba a tiempo y retomaba la semana siguiente. Como muchas mujeres de su generación, tuvo una relación complicada con su madre. Nunca le hizo caso en nada, salvo en una cosa: estudiar Historia. Almudena quería estudiar clásicas pero su madre insistió en que estudiase una "carrera de chicas" que le diese una cultura general.
Fue precisamente su formación como historiadora la que le permitiría desarrollar su carrera literaria en el futuro. Almudena databa su obsesión por la memoria histórica en un momento muy concreto de su infancia. Fue el momento en el que se enteró de que su abuela había visto bailar desnuda a Josephine Baker. Para una niña que iba a un colegio de monjas en los años 70, resultaba inconcebible que su abuela, una señora decente de familia bien, hubiera visto bailar a una señora desnuda en uno de los principales teatros de Madrid. Ahí se dio cuenta de que el progreso no era una línea recta y de que había muchos retrocesos en la historia que precisaban ser explicados.
Años después, mientras trabajaba a destajo escribiendo pies de fotos, alumbró el que se convertiría en su primer éxito literario: Las edades de Lulú.
Hay una anécdota poco conocida sobre los orígenes de este libro de culto. El exceso libre de culpa que llena sus páginas está inspirado en la obra del novelista, poeta, ingeniero y trompetista de jazz francés Boris Vian. No en su obra legítima, sino en la que escribió bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan. En concreto en la novela 'Con las mujeres no hay manera', que cuenta como un pijo de Nueva York se ve envuelto en un secuestro llevado a cabo por una banda de lesbianas. Las edades de Lulú se inspiraría en este relato para contar la historia de una niña bien, que acaba sumergiéndose en el fascinante submundo del lumpen gay de Madrid.
Almudena Grandes ha escrito muchas grandes novelas que tratan sobre la historia reciente de nuestro país. Pero si hay un proyecto que destaca por su ambición fue el que le ocupó la última década: los Episodios de una guerra interminable. Una narración galdosiana en seis novelas de los principales episodios de la resistencia antifranquista.
Ha recibido innumerables premios literarios y varias de sus obras fueron llevadas a la gran pantalla. Queda pendiente que alguien se anime a convertir sus "Episodios" en una serie televisiva.
Con sus "Episodios" rompe también un tabú. El de la escritura por y para mujeres, instaladas en los géneros menores. La escritura por y para hombres que trata grandes acontecimientos (que podría representar la novela histórica de Pérez Reverte). En las novelas de Almudena las mujeres abandonan su invisibilidad histórica para adquirir protagonismo a partir de relatos de la vida cotidiana. Almudena prueba que la vida de la gente corriente es un camino tan válido como cualquier otro para construir la historia social de una nación.
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