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¿Quién era Josep Sunyol, el presidente del Barça asesinado por el franquismo?

Esta semana han arrancado las tareas para encontrar su cuerpo en la sierra de Guadarrama, donde fue ejecutado por las tropas del bando fascista en el inicio de la Guerra Civil.

Fotografía de Josep Sunyol
Fotografía de Josep Sunyol. FC Barcelona

Tras la rectificación del Ministerio de Defensa, que inicialmente se había negado, este jueves arrancaron los trabajos de búsqueda del cuerpo de Josep Sunyol, el presidente del FC Barcelona asesinado por los franquistas, que también fue diputado de ERC durante la II República. Las tareas se desarrollan en la madrileña de Guadarrama, donde Sunyol fue ejecutado junto a otras tres personas -el periodista Pere Ventura, un teniente republicano y el chófer del coche en el que viajaban-. Ahora se buscan los cuerpos de los cuatro en terrenos que actualmente ocupa una residencia para militares retirados del ejército español. La investigación se ha iniciado a raíz de la petición del FC Barcelona. Pero, ¿quién era Josep Sunyol y Garriga?

Nacido en la capital catalana en 1898, era hijo de una de las familias más ricas de la ciudad en esa época. En concreto, su padre, también Josep, y su tío, Ildefons, eran los propietarios de la Compañía de Industrias Agrícolas, una empresa que haría una fortuna con el comercio del azúcar. Licenciado en Derecho en la Universitat de Barcelona, entró a trabajar en el negocio familiar. También sería editor y en 1930 fundó el diario deportivo y político La Rambla.

El rotativo, situado en Canaletes, colgaba una pizarra en el exterior con los resultados de los partidos del Barça, algo que acabaría provocando concentraciones de aficionados en ese punto cuando la entidad ganaba un título o conseguía un triunfo importante, una tradición que se mantiene todavía hoy.

Sunyol era un apasionado del deporte y su relación con el Barça se intensificó a partir de 1925, el año en que se hizo socio. La razón que le impulsó a dar el paso fue la clausura del Camp de les Corts -donde entonces jugaba la entidad- durante seis meses, decretada por el capitán general de Catalunya, Joaquín Milans del Bosch -sí, de la misma estirpe familiar que uno de los golpistas del 23-F-, a raíz de la monumental pitada de los espectadores en el himno español durante un partido ante el Júpiter, disputado el 14 de junio. Cabe recordar que en ese momento se estaba bajo la dictadura de Primo de Rivera.

En 1935 fue nombrado presidente del Barça

En 1928 ya entraría en la junta directiva del club, entonces presidida por Arcadi Balaguer, y poco a poco iría ganando peso, hasta el punto de que en 1934 le solicitaron que se convirtiera en presidente, opción que rechazó. Pero un año después sí que dio el paso y fue nombrado máximo mandatario del Barça, cargo que ocuparía hasta su asesinato por los franquistas. En ese momento Sunyol era un personaje muy conocido, ya que a su labor empresarial y deportiva se unía la política, como diputado de ERC en el Congreso, algo que provocó críticas de sectores vinculados a la Lliga -el partido catalanista conservador de Francesc Cambó- a su nombramiento como presidente del club azulgrana.

Ejecutado cuando era diputado

Esquivó el encarcelamiento que sufrieron la mayoría de los dirigentes de ERC a raíz de la proclamación del Estado Catalán en 1934

A nivel político, Sunyol arrancó su trayectoria en Acció Catalana -una escisión de la Lliga-, pero dejaría el partido para pasarse a ERC, que se convertiría en el partido hegemónico del país. Y él jugaría un papel importante, ya que sería elegido diputado en el Congreso por Esquerra en tres elecciones consecutivas: 1931, 1933 y 1936. Al encontrarse fuera del Estado, esquivó el encarcelamiento que sufrieron buena parte de los dirigentes de ERC a raíz de los hechos del 6 de octubre de 1934  -con la proclamación del Estado catalán-, empezando por el president de la Generalitat, Lluís Companys, lo que le permitió dedicarse a hacer campaña para su liberación.

Poco después del estallido de la Guerra Civil, Josep Sunyol decidió que quería ir a ver el frente de guerra y el 6 de agosto se desplazó a la sierra de Guadarrama, convencido de que un punto concreto -la Casilla de Peón Caminero o Casilla de la Muerte, por ser un punto negro en la carretera- estaba bajo control republicano. Allí una treintena de uniformados detuvieron el coche en el que viajaba junto a sus tres acompañados. Pensando que eran correligionarios, les saludaron con un "¡viva la República!" y demasiado tarde se darían cuenta de que les habían detenido soldados del bando fascista. Rápidamente y sin juicio alguno un piquete de 15 soldados ejecutó a Sunyol, al periodista Pere Ventura, al teniente republicano y al chófer. De nada le sirvió al primero esgrimir su condición de diputado en Les Corts.

Pese a su asesinato, tres años más tarde -septiembre de 1939- el tribunal franquista de Responsabilidades Políticas le abrió un expediente que se cerraría asegurando que Sunyol era "un comunista, separatista, responsable del marcado rumbo antiespañol del F. Barcelona".

Figura olvidada durante muchas décadas -una obviedad durante la dictadura-, la memoria de Josep Sunyol empezó a recuperarse gracias al trabajo de historiadores y periodistas, que empezaron a dedicarle libros y documentales. La llegada a la presidencia del Barça de Joan Laporta, en el 2003, daría un nuevo impulso a su figura, que culminaría en el 2015 -con Josep Maria Bartomeu al frente de la entidad- cuando se le puso su nombre al Palco presidencial del Camp Nou y se le dedicó un espacio permanente en el Museo del club.

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