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Juan Antonio Delgado: "A quien más le preocupa que un guardia civil esté en la izquierda es a la derecha"

En esta entrevista con Público, el guardia civil de Podemos, que se ha presentado a las primarias de su partido a la Presidencia de la Junta de Andalucía, asegura que quiere liderar el espacio de izquierdas, pero que estará donde le digan: "Lo más importante es impedir que la ultraderecha entre en el Gobierno. Creo en el frente amplio, fuera de egos".

Juan Antonio Delgado posa después de la entrevista en el centro de Sevilla.
Juan Antonio Delgado posa después de la entrevista en el centro de Sevilla. Laura León

Juan Antonio Delgado (San Fernando, Cádiz 1971) es el primer guardia civil que entró democráticamente elegido como diputado en el Congreso –"con las pistolas ya entró alguno antes", dice con ironía–. Lo hizo en las elecciones de 2015 de la mano de la izquierda, de Pablo Iglesias, de Podemos. Delgado anunció este jueves en la librería Caótica, un enclave emblemático para una parte de la izquierda sevillana, que se lanza a la arena electoral andaluza.

"A quien más le preocupa que un guardia civil esté en la izquierda es a la derecha. Se siguen apropiando de los símbolos de todos. Habrá alguno al que no le guste un guardia civil en la izquierda, pero a quien hemos cogido con el paso cambiado es a la derecha y a la ultraderecha", afirma a Público, diario con el que se sentó durante una hora en la tercera planta de la librería después de hacer el anuncio.

Entre cajas y libros de segunda mano habló de política andaluza y de la vida de un guardia civil que se enfrentó, junto con algunos de sus compañeros, a todo el establishment del cuerpo, militarizado y jerárquico, para lograr, finalmente, en el año 2007, después de años de lucha en que fue perseguido y amenazado de expulsión –le abrieron como consecuencia de su actividad sindical un mínimo de 18 expedientes–, mediante una ley, el reconocimiento de que los guardias civiles tenían derechos. "Fue una lucha para que la democracia entrara en los cuarteles", dice. La Asociación Unificada de la Guardia Civil, de la que fue portavoz en los años duros, cuando eran apenas 200, tiene hoy más de 30.000 afiliados. En España, hay hoy unos 85.000 agentes, según afirma el propio Delgado.

Delgado quiere liderar –si logra ganar las primarias de Podemos a la Presidencia de la Junta– a las fuerzas de izquierda en unos comicios decisivos, en los que se verá si la mayoría de derechas que alumbraron las elecciones de diciembre de 2018 fue de verdad o se queda solo en un paréntesis. Que su apuesta sea ser el cabeza de cartel no implica que esa sea la única posibilidad. Delgado podría ir de número tres o en el puesto que fuera en función del resultado de las negociaciones que tienen abiertas Podemos con IU, Más País, Equo y otras fuerzas andalucistas más pequeñas, que él respeta y que espera que fructifiquen para hacer frente a la amenaza de la ultraderecha.

"Me presento –afirma Delgado– porque quiero ser candidato. Ahora bien, no seré yo el problema para esa candidatura amplia. Todos los demócratas estamos en un momento importante. Hay una amenaza real hacia la autonomía que heredamos de nuestros abuelos y padres. Hay retrocesos en derechos, en la igualdad de las mujeres, en diversidad sexual. Todo eso corre riesgos. Esto es real, no es broma. Sí creo en el frente amplio, fuera de egos. No quiero hablar de eso por respeto a los compañeros que están currando, pero yo estaré encantado de que salga. Para mí lo más importante es que la ultraderecha no entre en el Gobierno de Andalucía. Estaré donde la situación y el momento me necesite. No tengo ninguna ambición. Claro que me gustaría ser el candidato, pero no seré yo el que frene el frente amplio. Vengo para aportar. Si aporto como número tres, aporto; si aporto como candidato, aporto. Pero no vengo a armar la marimorena ni nada de eso. Soy así. Es el concepto que tengo de la política", afirma Delgado.

Juan Antonio Delgado, durante la entrevista.
Juan Antonio Delgado, durante la entrevista. Laura León

El barrio y la guardia civil

Delgado tiene un discurso político propio, escueto y sólido, curtido en esos años de sindicalismo clandestino, primero: "Cuando entré, a finales de 1992, me encontré una guardia civil anticuada donde los derechos brillaban por su ausencia, donde había todavía represión, donde los guardias hacían más horas que un reloj". Delgado recuerda al Cabo Rosa, pionero en la defensa de los derechos de los agentes y represaliado por ello. "Al principio hubo una persecución atroz, expediente tras expediente", recuerda.

Y antes aun, su pensamiento político nació en las calles de su barrio, La Ardila, una zona popular de San Fernando donde se crió. "La política es todo en la vida. Lo aprendí en la barriada donde me crié y donde vivo aún. Le compré la casa a mi madre, una de las que daba Franco. En ese barrio sabes lo importante que es lo común. Ayudarse, compartir. Cuando te metes en el movimiento sindical porque quieres modernizar la guardia civil, eso es hacer política también. Pero hoy la política se ha denostado y se piensa que es lo que hacen cuatro señores que llevan 40 años en el mismo sillón y que no han estado nunca en la calle".

Primero estuvo destinado en Barcelona, nueve años, en seguridad del Aeropuerto y fiscalidad, aduanas. Luego, en 2002, regresó a casa, a Andalucía, al puesto de Barbate (Cádiz). Eran años muy complicados, en que los narcos campaban a sus anchas, recuerda, y los GRS, acrónimo del Grupo de Reserva y Seguridad, considerada como un cuerpo de élite cuya función es garantizar el orden público en situaciones complejas, se instalaron durante seis meses en el municipio. Fueron también los tiempos en que llegaban las pateras un día sí y otro también. Allí convivió con esa realidad.

"En una patera hubo 17 ahogados. Estaban –recuerda– en el puerto de Barbate en fila, una imagen dantesca. Eso se te graba a fuego. Cuando escuchas a Vox diciendo que son manadas, que son criminales, te hierve la sangre. Son personas, son gente que viene haciendo lo mismo que yo haría si estuviese en su situación. Son gente noble y decente, la decencia no es que tengas mucho o que tengas poco. Yo he dado biberones a niños. Faltaban manos, allí eras de todo. Son las historias que te van formando como persona también, que te van calando".

Su figura, por el mero hecho de ser guardia civil, defensor de la política y alejado del politiqueo, abre el espacio de Unidas Podemos. "Es que yo lo vivo de otra manera", afirma. Delgado, cuando se produjo el terremoto de Haití logró 60.000 kilos de alimentos y ropa y se fue con otros compañeros, guardias civiles, a repartirlos a la isla. Nada como un guardia civil, bajo sospecha en el imaginario colectivo de cierta izquierda, para ampliar el frente amplio que promueve Unidas Podemos.

"La Guardia Civil –asegura Delgado– es un reflejo de la sociedad. La ultraderecha tiene en este país millones de votos, guardias civiles somos 85.000. Muchos pensarán que este no es mi espacio, pero yo no me he equivocado. Siempre he tenido conciencia de clase. También pecamos de los prejuicios de la izquierda, que siempre estamos con los mismos prejuicios cuando hablamos de la bandera, de las fuerzas armadas, de la semana santa. Los símbolos son de todos. No hay ningún país en el mundo que no tenga fuerzas armadas y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: son necesarios para el mantenimiento del Estado de Derecho, otra cosa es que el modelo no nos guste y que haya que ir a otro modelo de policía, pero somos un país diverso y plural".

Compañeros de viaje

Sobre la decisión de lanzarse a la batalla de Andalucía, Delgado afirma que fue Martina Velarde, la secretaria general de Podemos en la Comunidad, quien le "engañó", dice con humor. Pero, ¿habló con Yolanda Díaz sobre su candidatura? Delgado se lo piensa antes de responder. "A ver. No quiero entrar en esto. Yolanda Díaz es la ministra mejor valorada del Gobierno y es de mi espacio. Compartimos el espacio. Tengo una relación magnífica con Yolanda Díaz. He trabajado con ella en comisiones. Es la esperanza de este espacio, no lo puedo decir más claro. Pero al margen de las cosas que yo hable con ella. Si me preguntas, ¿a ti te gusta Yolanda? Sí. ¿Yo le gusto a Yolanda? Pregúntaselo a ella. Yo no soy portavoz de Yolanda. Se comentan cosas, pero no he ido a pedirle permiso ni lo contrario. Esta decisión se toma en Andalucía, la primera que puso la idea fue Martina Velarde. No le he pedido permiso ni a Ione Belarra ni a Yolanda Díaz. Es una decisión que se toma en Andalucía. Bienvenidos sean todos los apoyos".

Juan Antonio Delgado, en el centro de Sevilla.
Juan Antonio Delgado, en el centro de Sevilla. Laura Léon

Todas las encuestas en Andalucía dan como ganador de las elecciones al PP que podría gobernar con Vox. Sobre cómo combatir a la ultraderecha afirma: "Me gusta ir paso a paso. Hay que enfrentarse a las realidades. Decir las cosas por su nombre, cuando decimos que la autonomía está amenazada es verdad. La autonomía es el legado de nuestros padres y abuelas. Salieron a la calle. Y ahora que vengan esta gente a decir las cosas que dicen. Tenemos la autonomía porque nos la ganamos. El plan era Galicia, Catalunya y País Vasco y el resto, nada. Ese es el orgullo de la gente común. Mis padres fueron el 4D de 1977. No tenían banderas y llevaron una sábana. ¿Me van a robar eso de mi familia?"

Delgado tiene ya algunos nombres que van a acompañarlo en este viaje que provienen de diferentes sectores sociales. Están, por ejemplo, Paqui Macías, edil de Unidas Podemos en Málaga, trabajadora de Correos con una larga trayectoria en movimientos sociales y asociaciones vecinales; José Eduardo Muñoz Negro, profesional de la sanidad pública y especialista en salud mental, es psiquiatra y trabajador del SAS, además de profesor contratado doctor en la Universidad de Granada; Libertad Benítez, activista por la educación pública y miembro de la ejecutiva de Podemos Andalucía; José Ismael Criado Aguilera, hijo de una pequeña familia de agricultores, politólogo y máster en Derecho Constitucional, y Pedro Balbuena, trabajador de la industria siderometalúrgica desde hace 21 años y portavoz de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Torreperogil (Jaén).

"Confío mucho en el equipo que llevo. Solo nos falta un cura, que ya lo buscaremos", bromea. Precisamente José Chamizo, cura y exdefensor del Pueblo Andaluz, al terminar la rueda de prensa en que Delgado anunció su candidatura, apareció fugazmente en la puerta de la librería, que está en un lugar de paso ¿Casualidad? El nombre de Chamizo ha sonado y suena como posible candidato a la presidencia de la Junta en una candidatura de amplio espectro. Delgado y él se fundieron en un abrazo cuando se vieron. "Chamizo es mi amigo. Hace 20 años que lo conozco. El que conoce la trayectoria de mi vida personal sabe quién soy y de dónde vengo", afirma Delgado.

Sobre el presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), Delgado afirma: "Es muy peligroso porque tiene una estrategia de ir de buena gente, pero la política es la misma que hace Ayuso. Aquí hay un caso de mascarillas, en Almería. Han creado un personaje que no es él, de bonachón. Los asesores le dicen: no hables, no salgas que si no metes la pata, han creado un personaje que no es él".

El plan que tiene ahora este fan de Camarón, su compatriota universal, es el siguiente: "Me voy a recorrer toda Andalucía".

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