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Elecciones 10-N Más de 500 días con un Gobierno en funciones: las parálisis de Rajoy y Sánchez

España está a punto de superar el récord de Bélgica de días con un Ejecutivo en funciones, aunque en el caso español el periodo no es continuo. Desde el 2015 el Congreso ha registrado un importante descenso en la producción legislativa.

Reunión del Consejo de Ministros | EFE

Pedro Sánchez lleva ya más de 150 días en funciones. España no tiene un Gobierno con plenas capacidades desde el 29 de abril, después de la celebración de las elecciones cuyo ciclo político terminó naufragando en una investidura fallida y en una nueva repetición electoral. El Ejecutivo seguirá en este situación, por lo menos, hasta el día 3 de diciembre, cuando se constituyan las Cortes con los diputados elegidos el 10 de noviembre en las urnas.

Para entonces, el Gobierno de Sánchez llevará en funciones 219 días, una cifra que previsiblemente se incrementará hasta que se celebre una sesión de investidura y hasta que un candidato pueda obtener los apoyos para ser designado líder del Ejecutivo. La cifra del secretario general del PSOE solo es superada por Mariano Rajoy. El expresidente llegó a encadenar 316 días en funciones; desde el 31 de diciembre de 2015 hasta el 31 de octubre de 2016 (cuando juró el cargo ante el rey. Logró ser investido el 29 de octubre).

Entre los dos líderes suman ya más de 535 días de un Ejecutivo en funciones, es decir, más de un año y medio en el que no ha habido un Gobierno con todas sus facultades. En este sentido, España va camino de superar un récord que en la actualidad ostenta Bélgica, que en 2011 llegó a estar 541 días con un Gobierno en funciones. El 3 de diciembre (fecha de constitución de las Cortes), España habrá acumulado 535 días en funciones desde 2015, a solo seis del récord de Bélgica, y no es probable, a menos que los plazos de la investidura se aceleren, que a finales de esa semana haya un candidato investido.

En el caso belga, este periodo (que se corresponde, al menos en la teoría, con una situación de transición entre dos ciclos políticos) no tuvo interrupciones. Es decir, Bélgica estuvo 541 días seguidos sin un Gobierno con plenas facultades, una situación que solamente se solucionó con un acuerdo entre seis partidos para apoyar al candidato socialista Elio Di Rupo.

Aunque algunos analistas han llegado a apuntar que un "país en funciones" no siempre va ligado necesariamente a la inestabilidad (España y Bélgica son dos de los países más descentralizados de Europa y sus Gobiernos tienen buena parte de sus competencias transferidas a entidades territoriales menores), lo cierto es que desde 2015 la no existencia de una legislatura larga con un Ejecutivo estable ha estado y está ligada a un descenso notable en la producción legislativa.

Esto no solo se corresponde con el hecho de que se hayan sucedido numerosas convocatorias electorales desde este año, sino también a la ausencia de acuerdos entre los grupos políticos y a la merma de las competencias del Congreso y del Gobierno en legislaturas inestables, sobre todo si acaban en repeticiones electorales sin investidura o en el adelanto de los comicios.

Sequía legislativa y abuso del decreto ley

En los últimos años, el número de iniciativas aprobadas en las Cortes se ha reducido a la mitad y el decreto ley se ha convertido en la herramienta más utilizada para legislar, una fórmula que precisamente emana del Gobierno (aunque necesita el refrendo de Congreso y Senado) y que puede ser utilizada por un Ejecutivo en funciones si se argumenta de forma sólida la urgente necesidad de las medidas planteadas. 

Si en 2015 salieron adelante en el Congreso un total de 84 iniciativas (entre leyes orgánicas, leyes y decretos), en 2017 se aprobaron solo 38 normas y en 2018, 35 leyes. En 2016 se produjo una situación idéntica a la actual, ya que se dio un adelanto electoral como consecuencia de una investidura fallida, así que las normas aprobadas por el Parlamento no superaron la veintena.

En 2014 los diputados lograron finalizar un trámite legislativo en 61 ocasiones, una cifra similar a la del año anterior, cuando la Cámara Baja aprobó un total de 54 iniciativas. Esta producción de los años 2013, 2014 y 2015 se corresponde con la etapa en la que el PP tenía una mayoría absoluta en el Parlamento, por lo que era más sencillo aprobar reformas.

Sin embargo, durante los últimos años del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que no tenía una mayoría absoluta en el Congreso, la producción legislativa no se queda atrás. En 2010, el último año del Ejecutivo del PSOE, salieron adelante un total de 68 iniciativas, casi el doble de las que se aprobaron en la legislatura 2016-2019, con Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

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