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"Me sabe mal por ti, President"

CIU cambió la pomposidad del Majestic por la austeridad de una estación de trenes y al final ha sido otra austeridad, la de Barcelona en Comú, la que se ha llevado el gato al agua. Xavier Trias y Artur Mas felicitan a Ada Colau pero asumen que una Barcelona "fragmentada" no beneficia el proceso catalán.

Acto de CIU ayer en Barcelona./ R.X

ROGER XURIACH

BARCELONA.- El President de la Generalitat, Artur Mas, era muy hábil esta mañana cuando, después de votar, enfatizaba ante los medios que estas municipales no iban a marcar la "temperatura definitiva" del 27S. Una declaración intencionadamente victimista que ha acabado precediendo unos resultados algo fríos para los partidarios del procés, en especial para los votantes de Convergència i Unió.

Inteligente Mas: la venda antes que la herida. CiU no ha ganado en Barcelona. Y lo que es peor, ha quedado aislada entre fuerzas contrarias a la independencia. Por arriba, la triunfadora de la noche, Ada Colau, con una distancia algo menor de lo que proyectaban las primeros sondeos de la tarde. Por debajo: el socio fiel, ERC, con cinco escaños, pero empatado con Ciutadans y seguido de cerca por el PSC y el PP. La CUP, con tres escaños, cierra el hemiciclo más fragmentado de la historia de la Ciudad Condal. "Me preocupa la futura gobernabilidad de Barcelona", manifestaba el propio Mas sobre esta inédita dispersión del voto.

La Estació del Nord, la sede escogida por Convergència i Unió para celebrar la noche electoral, no ha traído suerte. Era la primera vez en 24 años que CiU renunciaba a la pomposidad y el lujo del Majestic, el hotel de cinco estrellas en cuyo balcón tantas veces botó Jordi Pujol después de una victoria en las urnas. En esta ocasión, la federación creyó oportuno renovar su imagen y aproximarse a la austeridad pero ha sido otro tipo de austeridad, la exhibida por Barcelona en Comú, la que ha acabado imponiéndose.

Los militantes congregados en la popular estación de autobuses no han podido vibrar esta vez con los resultados del escrutinio, a pesar de haber sido uno de los más emocionantes -e igualados- de los últimos tiempos. Las únicas explosiones de júbilo se han producido con la irrupción del presidente catalán -sobre las 20.00 de la tarde, para reunirse con el resto del equipo compuesto por el alcalde de Barcelona y candidato a la reelección, Xavier Trias, y destacados miembros de la federación como Ramón Tremosa, Josep Rull, Ramón Espadaler, Núria de Gispert e Irene Rigau- y cuando el escrutinio ha reducido la distancia con Colau -a la postre definitiva-, a un solo escaño.

Con el recuento de votos cerrado, la valoración de Ada Colau, proyectada en un monitor gigante en la sede de CiU, ha despertado a las masas. Los pitidos no se han hecho esperar cuando la líder de BComú ha expresado su deseo de ser alcaldesa de la ciudad, pero la cosa ha derivado en gritos y algún tímido insulto cuando el televisor ha escupido los "¡Sí, se puede!" emitidos desde la sede de la candidatura de izquierdas.

"David ha ganado a Goliat", disfrutaba Colau. Y las caras se alargaban más y más entre la parroquia nacionalista. No ha sido esta la mejor velada electoral en la historia de CiU, y eso que a la Estació del Nord daba gusto verla cuando abría sus puertas allá por las 17.00 de la tarde. Hasta tenía un punto indie, con su estructura barroca mezclada con diseño de IKEA. Qué decir de la comida: cortes de pizza rústica a tres euros, vermut de Reus a euro y medio y bocadillos de chipirones de l'Empordà se vendían con soltura entre los asistentes. Pica pica premium que ha acabado manchando más de una camisa POLO y algún que otro pantalón Dockers. Los fieles que se han acercado a jalear a Trias no han podido cantar gol pero han movido el esqueleto.


"Me sabe mal por ti, President", le ha espetado a Mas nada más abrir su intervención.

Maite Peris, una DJ contratada para amenizar la velada, reconocía que tenía preparada música cañera por si había que celebrar una victoria. Al final se ha tenido que conformar con pinchar algo de Oasis y The Police, y cerrar la sesión con un chill-out a caballo entre la nostalgia y la tristeza. "Claro que me preocupa que haya ganado Colau: me preocupa por el proceso soberanista", reconocía, molesto, un asistente. Y en la misma línea interpretaba la derrota Xavier Trias cuando ha salido públicamente a dar la cara, tocadas las 23 horas de la noche.

"Me sabe mal por ti, President", le ha espetado a Mas nada más abrir su intervención. Ojos vidriosos entre las asistentas de mayor edad, sentadas desde hacía horas en unas mesas de madera de lo más chic. "Que Barcelona tenga voto nacionalista es muy importante de cara a la opinión exterior", proseguía Trias. "Pero hemos perdido, y hay que felicitar a Ada Colau". Ha sido despedido entre gritos de "¡Alcalde, alcalde!". "Hoy empiezo otro trabajo, que es ganar Catalunya", ha sugerido antes de dar paso al presidente catalán.

Mas, como hacía por la mañana, ha evitado dramatizar la situación. Ha explicado que de los dos "grandes objetivos" que se había marcado para estas municipales, "solo se ha cumplido uno: ganar las elecciones en el conjunto de Catalunya". Para reforzar la gesta, ha recordado que lo han logrado "en las peores condiciones posibles a nivel social, político y económico". Pero cuando ha tocado hablar de Barcelona, la cosa no ha sido tan sencilla de vender: "El segundo gran objetivo era revalidar Barcelona. Hemos estado cerca", ha explicado antes de felicitar a Colau y recordar que "mandan las urnas, solo mandan las urnas".

Por último, una advertencia: "Barcelona, como capital del país, no puede debilitar el proyecto nacional". Gritos de "¡Independencia, Independencia!" y entrevistas personalizadas al gusto de los medios. Desde una de las puertas de la Estació del Nord se puede leer un rotúlo pintado a mano donde pone 'Paso a los andenes'. El resultado de este 24M bien puede hacer descarrilar el tren hacia Ítaca. Próxima estación; 27S.

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