El Gobierno ha anunciado la semana pasada la apertura de un "concurso internacional" para convertir el Valle de Cuelgamuros en "un gran centro de resignificación", como lo son el Museo del Holocausto de Berlín o la casa de Mussolini en Roma. El Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes ha cerrado un acuerdo con la Iglesia para intervenir la basílica –salvo el altar mayor–, la explanada y el enclave desde una triple dimensión: artística, arquitectónica y paisajística. Lo hará sin "desacralizar" el recinto, donde seguirán viviendo los benedictinos, una decisión que ha despertado polémica.

Izquierda Unida ha rechazado una intervención que se quede a medias y reclama una "solución integral y directa" sobre un espacio que en palabras de su líder, Antonio Maíllo, "se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todos los fascistas del mundo". Las asociaciones memorialistas tampoco han encajado bien la propuesta. El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio Silva, considera que la continuidad de los benedictinos resulta "incomprensible", sobre todo cuando la comunidad ha formado parte del "aparato represivo del franquismo". 

En el punto opuesto están los nostálgicos de la dictadura y algunos sectores ultracatólicos de la Iglesia, que consideran que la intervención acabará con el carácter sagrado del edificio. Los defensores de esta postura, sin base argumental teniendo en cuenta los planes del Gobierno, han organizado una misa en el Valle de Cuelgamuros a la que han acudido decenas de personas, tal y como han recogido las redes sociales y ha publicado La Gaceta. 

Vicente Barrera es uno de los rostros políticos que ha reaccionado a las imágenes de la eucaristía de este fin de semana. El exvicepresidente de Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana y torero retirado ha publicado un tuit en el que culpa al Ejecutivo de "destilar odio" y banaliza con el golpe de Estado que dio paso a la dictadura.

"El odio que destilan es infinito, pero así y todo, la realidad es que fueron los subcampeones en el 39 y eso no lo pueden cambiar por mucho que pataleen", ha escrito en su perfil de X, antes Twitter. El Gobierno no sólo aspira a "resignificar" el Valle de Cuelgamuros, sino que también reforzará este año, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del dictador, los mecanismos para hacer cumplir la Ley de Memoria y retirar la simbología franquista en los municipios donde persiste.