El Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido este miércoles en el Congreso de los Diputados para rendir cuentas sobre la actuación de España en la masacre de la valla de Melilla. 

Recordemos que el pasado 24 de junio, cientos de personas trataron de cruzar la frontera que separa Marruecos de la ciudad de Melilla. Se trata de la mayor tragedia en las fronteras terrestres de Europa de los últimos tiempos.

Hubo al menos 23 muertos y 70 desaparecidos. Además, según concluyó el Defensor del Pueblo, la Guardia Civil [en colaboración con los agentes marroquíes], ejecutó 470 devoluciones en caliente, devoluciones que se produjeron, según la nota divulgada por el Defensor del Pueblo, "sin contemplarse las previsiones legales tanto nacionales como internacionales", es decir, que se produjeron fuera de la ley. 

La explicación oficial dada por fuentes cercanas al Gobierno de Marruecos es que las muertes fueron causadas por una avalancha. Por su parte, las autoridades españolas han asegurado desde un primer momento que el 24 de junio no se violaron derechos humanos en territorio español. 

Sin embargo, a pesar de la versión oficial, las imágenes que empezaron a circular eran terribles y mostraban la enorme brutalidad con la que actuó la Policía.

Además, numerosos testigos y organizaciones no gubernamentales denunciaron que se habían producido devoluciones en caliente, alertaron sobre la brutalidad policial, y señalaron que se había dejado agonizar a víctimas sin proporcionarles asistencia médica. Estas denuncias fueron corroboradas por distintas investigaciones periodísticas. 

El diario Público reveló que agentes marroquíes entraron en territorio español para golpear, detener y devolver en caliente a varias personas que ya habían logrado traspasar la frontera. Las imágenes desveladas en exclusiva por este periódico mostraban a gendarmes y miembros de las fuerzas auxiliares marroquíes moviéndose en el lado español con total normalidad, como si estuvieran en territorio marroquí, y colaborando con la Guardia Civil y la Policía Nacional.  

El propio Pedro Sánchez puso un tuit en 2017 en respuesta a la petición de Helena Maleno de acabar con las devoluciones en caliente: "Sí, Helena. Pedimos la derogación total de la Ley Mordaza y rechazamos rotundamente las devoluciones en caliente".

A pesar de ello, tras la masacre de Melilla, Pedro Sánchez agradeció públicamente el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad de España y Marruecos en lo que calificó de "asalto violento". 

En una entrevista con Àngels Barceló en la SER, aseguró que no había visto las imágenes que muestran los muertos y la brutalidad de los agentes marroquíes cuando dijo que lo de Melilla estaba "bien resuelto". 

A principios de mes, la BBC publicó un documental que venía a contradecir esta versión: las muertes no se circunscribieron exclusivamente al territorio marroquí. El documental de la cadena pública británica mostraba que varias muertes que supuestamente habían sucedido en "tierra de nadie", en realidad se habían producido en territorio español.

Las imágenes difundidas muestran personas agonizantes y cuerpos sin vida a ambos lados de la valla y apuntan a la responsabilidad de las autoridades españolas en la tragedia. 

Además, la BBC también documentaba la realización de devoluciones en caliente por parte de la Guardia Civil. Según muestran las imágenes, las fuerzas de seguridad marroquíes entraron en España para llevarse a los migrantes de vuelta a Marruecos sin ofrecerles la oportunidad de solicitar asilo. 

Marlaska este miércoles ha dicho básicamente que todo se hizo de acuerdo a la legalidad, que no se realizaron devoluciones en caliente, que en ningún caso se movió ningún cadáver desde España hacia Marruecos, y que el Ministerio de Interior había compartido todas las cámaras de seguridad disponibles con el Defensor del Pueblo y los jueces. 

A esto se suma una última investigación periodística, esta vez realizada por el consorcio de medios Lighthouse Reports, que incluye a periódicos como El País, Le Monde, Der Spiegel y Enass.

La investigación, para la que se han analizado más de 140 vídeos y realizado 40 entrevistas, muestra el papel que jugaron España y Marruecos en las muertes del 24J.

Los agentes marroquíes actuaron con brutalidad lanzando gases lacrimógenos en un recinto cerrado. Los agentes españoles no atendieron a las víctimas y dejaron morir a las personas que agonizaban, a pesar de que un helicóptero de la Guardia Civil estaba grabando todo lo sucedido. Algunos de los entrevistados cuentan que perdieron el conocimiento y que los agentes españoles, lejos de atenderlos, les esposaron para entregarlos a Marruecos, donde fueron golpeados. Además, según recoge el documental, un testigo asegura que una persona, Abdul Aziz Yacoub, murió en el lado español. Esta versión aparece también corroborada por los agentes marroquíes. 

Marlaska básicamente ha ignorado las nuevas investigaciones periodísticas que sitúan al menos una muerte en suelo español, y se ha mantenido enrocado en su respaldo a la actuación policial.