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Miren Gorrotxategi en el país de los Super Trionics

Una de las aspirantes más conocidas para lehendakari, según el Sociómetro de febrero. Apuesta por eliminar el empleo precario, dignificar las profesiones del ámbito de los cuidados y proteger el patrimonio natural. 

Imagen de archivo de la candidata de Elkarrekin Podemos a lehendakari para las elecciones vascas del 21 de abril, Miren Gorrotxategi.
Miren Gorrotxategi, candidata de Elkarrekin Podemos a lehendakari para las elecciones vascas del 21 de abril. Foto de archivo. Adrián Ruiz Hierro / EFE

Hace casi cuatro años, en medio de un clima de abstención y aburrimiento, la coalición Elkarrekin Podemos sublevó la campaña electoral vasca con un vídeo que aún nos baila en las retinas. En las imágenes vemos a los tres Super Trionics, una suerte de Power Rangers euskaldunes que desayunan sagardo en un baserri y combaten con rayos estelares contra un pérfido robot llamado Urkutrón.

Está el Trionic verde, que quiere cocinar huevos con chorizo, pero no da pie con bola. Está el Trionic rojo, que tiene la casa hecha un asco y se pasa el día despatarrado en el sofá. Y está por fin el Trionic morado, currante, sensible, paternal y con iniciativa propia.

Y es que la candidata morada, Miren Gorrotxategi, acudía a las urnas con una esperanza postelectoral: armar un tripartido de gobierno junto a EH Bildu y PSE para desbancar al PNV.

Unos meses antes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias habían sellado en Madrid su acuerdo de coalición progresista. ¿Por qué no era posible repetir ese esquema a la vasca? Dado que PNV y PSE mantienen una alianza fraternal, la propuesta de Elkarrekin Podemos se antojaba una fantasía intergaláctica, ciencia-ficción, un sueño de otro mundo. Sin embargo, ahí estaban los tres Super Tronics con sus pijamas de licra y sus cascos futuristas para instalar la idea en nuestros maleables cerebros.

Cuatro años después, casi todas las formaciones vascas, excepto Elkarrekin Podemos, han renovado sus candidaturas, de modo que Gorrotxategi acude a las elecciones con grado de veterana. De hecho, el Sociómetro de febrero la consagraba como la aspirante más conocida por el electorado.

Su itinerario como profesora de Derecho Constitucional en la UPV añade un punto de popularidad y solvencia, no todo van a ser mítines políticos y pasillos parlamentarios. Así que Gorrotxategi vuelve a la carga, esta vez sin los compañeros de Sumar, para imaginar un gobierno izquierdista que envíe al PNV al banquillo. Ni Urkutrón ni Pradatrón.

El problema, claro está, es que las izquierdas estatales andan de capa caída y no han sido capaces de concertar una candidatura única. Y el precedente gallego no es demasiado halagüeño. La última encuesta de EiTB, de hecho, les augura un doloroso descalabro.

En favor de Gorrotxategi hay que decir que Elkarrekin Podemos conservaría dos escaños y borraría a Sumar del mapa. Los intérpretes demoscópicos, no obstante, llaman a la precaución. Puede ser que los encuestados aún se hagan un lío y no sepan quién es quién. Entre el jeroglífico de siglas y los logotipos bilingües no sería la primera vez que alguien equivoca las papeletas.

¿Qué habrá sido de los Super Trionics? El guerrero intergaláctico morado, de momento, dice que EH Bildu y PSE no están por la labor de zumbarle a la derecha. Se queja de que el alquiler de vivienda ha alcanzado precios exorbitados en las capitales vascas y los jóvenes no pueden emanciparse. Reclama detener la privatización de Osakidetza. Terminar con la precariedad laboral. Dignificar el empleo en el ámbito de los cuidados. Intervenir los sectores estratégicos. Apuntar a un horizonte plurinacional. Y preservar el patrimonio natural, que para eso está por ahí Juantxo López de Uralde y su largo bagaje ecologista. Sí se puede.

La nave nodriza de Podemos ha acudido en auxilio de su franquicia vasca. El pasado febrero, Ione Belarra aterrizó en Gasteiz para abrigar a Gorrotxategi y aseguró que solo la coalición verdemorada está dispuesta a sacar al PNV de Ajuria Enea.

Después, durante una visita a Donostia, Irene Montero proclamó que Elkarrekin Podemos es la única garantía para un gobierno de izquierdas porque EH Bildu y Sumar le ponen ojitos a los jeltzales. En el país astral de los Super Trionics, Pradales es el jefe de la oposición, mientras Gorrotxategi, Otxandiano y Andueza combaten contra los fondos buitre, los políticos corruptos y las multinacionales energéticas. Para eso están las utopías. Para que gobiernen nuestra imaginación.

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