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Moreno Bonilla marca perfil propio frente a Génova y Ayuso y señala al PP el camino frente a la ultraderecha

El presidente andaluz ha sido el dirigente popular más contundente en su condena a la Nochevieja de Ferraz. En el partido lo ven como sucesor natural de la vía moderada que antes encarnaba Feijóo.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla interviene en el acto a 4 de julio de 2023 en Sevilla.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, interviene en un acto a 4 de julio de 2023 en Sevilla. Francisco J. Olmo / Europa Press

El argumentario de la dirección nacional del PP sobre el apaleamiento de un muñeco de Pedro Sánchez en la Nochevieja ultra de Ferraz ha estado días replicándose sin fisuras entre los dirigentes del partido: condenaban los hechos, pero acusaban a la izquierda de victimizarse y de no haber criticado acciones similares contra políticos del PP. Hasta que el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, se deshizo de cualquier adversativa.

"Es inaceptable, del todo, completamente inaceptable, que se haga una piñata con la figura del presidente de todos los españoles y sea apaleada y agredida. Me parece que es algo que tenemos que rechazar de manera contundente, como así estamos haciendo la mayoría de los demócratas. A mí me pareció absolutamente vergonzoso", dijo contundente Moreno Bonilla. "Yo lo condeno con firmeza y absoluta determinación, como ya ha hecho mi propio partido", apuntaba este jueves, aunque nadie en el PP lo hubiera dicho tan clara y rotundamente.

Es más, pocas horas antes de estas declaraciones, en el Ayuntamiento de Madrid se debatió la reprobación a Javier Ortega Smith (Vox) por la agresión a Eduardo Fernández Rubiño (Más Madrid) en el último pleno de 2023, y el PP, que votó a favor de la misma, centró su intervención en culpar a la izquierda de la espiral violenta de los últimos meses.

Cabe recordar que el ultraderechista Ortega Smith es el político en activo que más presencia y protagonismo ha tenido en las protestas frente a la sede nacional del PSOE —violentas durante las primeras semanas— que se prolongan desde el mes de noviembre. Llegó incluso a enfrentarse a la Policía para defender a los ultras.

Ni aquellos intentos de asedio a Ferraz, ni la violencia desplegada por Ortega Smith frente a Rubiño en el consistorio madrileño, ni el apaleamiento de una piñata con la cara de Sánchez entre gritos de "hay que hacer esto al de verdad" merecieron para la dirección nacional del PP una condena sin reproches. "¿Qué opina el PSOE de los insultos a Almeida por parte de los mismos que golpearon la piñata? ¿Y de la quema de muñecos con la imagen de Feijóo en Galicia? ¿Y de la quema de imágenes del presidente del PP en la Diada? Nuestra postura es la misma en todos los casos. La suya, no", trasladaban fuentes de Génova.

El PP, tibio en sus condenas

Una reacción similar a la que tuvieron cuando se iniciaron las protestas violentas en Ferraz alentadas por asociaciones de la órbita de Vox. Feijóo lo condenó, pero a su manera: culpando a Sánchez. "De un lado están los que cometen o amnistían actos violentos y antidemocráticos y del otro quienes condenamos lo uno y lo otro", defendió.

Los populares se sienten incómodos cada vez que se les exige condenas a las acciones ultras —creen que es un marco favorable al PSOE—, y llevan meses instalados en un equilibrismo constante. Por eso la respuesta contundente de Moreno Bonilla ha tenido eco nacional: no solo ha marcado perfil propio, sino que también ha señalado un camino más firme frente a la violencia de la ultraderecha.

'Barón de barones' en el PP y sucesor de la vía moderada

Con una mayoría absoluta en Andalucía, Moreno Bonilla —que negoció con Vox para que le dejara gobernar en 2019—, es ahora el 'barón de barones' del PP y en el partido le ven como el sucesor natural de esa vía moderada frente al PP de Madrid, factoría histórica de los posicionamientos más duros, que antes representaba Núñez Feijóo como presidente de la Xunta.

Y en esa línea trabaja el mandamás andaluz en la construcción silenciosa de su perfil político. Así, otros presidentes autonómicos y altos cargos del partido, en conversación con Público, le reconocían en el mes de noviembre su buena gestión de la crisis con el Gobierno por Doñana.

Mientras a nivel nacional Feijóo saltaba al cuello del Ejecutivo de Sánchez por la amnistía y volaba lo que quedase de los puentes que ya rompió hace un año, Moreno Bonilla se fotografiaba en el Parque Nacional de Doñana con la ministra Teresa Ribera tras cerrar un acuerdo entre ambas administraciones. La absoluta sintonía y los agradecimientos mutuos que protagonizaron aquella jornada parecían un espejismo dentro de la ofensiva sin cuartel del PP.

"Moreno hace lo que tiene que hacer, como hacía Feijóo en Galicia, y luego sois vosotros los que os encargáis de poner la etiqueta de moderado", dijo en aquél momento un dirigente del PP en conversación con este periódico.

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