Este artículo se publicó hace 4 años.
Los negocios de la Casa RealColectivos vecinales y republicanos reciben con protestas a los reyes en la visita al barrio más pobre de España
Felipe VI y Letizia continúan la estrategia de visibilidad tras la polémica causada por las investigaciones judiciales de las cuentas del rey emérito Juan Carlos I.
Sevilla-Actualizado a
Republicanos contrarios a la monarquía y vecinos hartos de la situación del barrio con la menor renta media de España. Esa ha sido la mayoría ciudadana que ha recibido a los reyes en su visita al Polígono Sur de Sevilla, donde tan sólo unas cuantas decenas de personas han acudido expresamente a mostrar su apoyo a los monarcas en la gira que han iniciado por diferentes partes del país tras el final del confinamiento por la pandemia y con el fin de lavar la imagen de una monarquía tocada por las investigaciones judiciales de las cuentas del rey emérito Juan Carlos I.
Rosario García estuvo en la visita que hizo el Príncipe de Asturias al Polígono Sur en 2003 y ha estado en la que ha hecho ahora como Rey de España. Ella es la portavoz de la plataforma vecinal También Somos Sevilla y ha podido comprobar que entre las dos visitas reales la situación apenas ha variado en el barrio que sigue considerado como el más pobre de España en el último informe de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La renta media del Polígono Sur, un conjunto de siete barrios con unos 20.000 habitantes en la periferia de la capital de Andalucía, es de 5.112 euros, ocho veces menos que la de El Viso, en el distrito madrileño de Chamartín, el barrio más rico del país, como recoge la estadística del INE. Tasas de paro que han llegado al 45% en las zonas más degradadas, las 800 y las 624 Viviendas, la conocida popularmente como Las Vegas, donde el 61% de la gente no tiene estudios y sólo el 0,1% ha llegado a la Universidad, según informes oficiales, donde la mayoría de las viviendas carece de contrato o escritura y donde no se sabe ya quién es el dueño y a quién exigirle cuentas.
Todos esos datos, unos puntos arriba o abajo, son los mismos que estaban cuando el Príncipe Felipe visitó hace 17 años el Instituto de Enseñanza Secundaria Polígono Sur y se reunió con el profesorado y la asociación de madres y padres del alumnado. Rosario García asistió a esa reunión que tuvo lugar justo enfrente del Centro Cívico El Esqueleto, que es el lugar que Felipe ha visitado hoy como Rey junto a la Reina Letizia. A las puertas del centro, portando un letrero donde se lee "en el Polígono Sur no cabe más pobreza ni exclusión", acompañada de otros integrantes de la plataforma vecinal de la que es portavoz, Rosario hace un rápido balance de lo que ha sucedido entre una y otra visita real: "Vamos para atrás, como los cangrejos".
Luego, matiza. Ha habido avances, se han abierto más centros, culturales, deportivos, sociales, "se han hecho muchas cosas urbanas, pero poco con las personas, con las familias", resume la representante de la plataforma También Somos Sevilla. Por eso, al entrar los reyes en El Esqueleto, sus integrantes han empezado a gritar: "Más trabajo y menos caridad". No en vano, en ese mismo centro se forman diariamente, según Rosario García, colas de gente para recoger los alimentos que distribuye la Cruz Roja con el fin de paliar los estragos causados por la pandemia.
A quienes no han podido ver los reyes han sido las varias decenas de manifestantes de colectivos de izquierda y republicanos cuyo paso ha cortado la Policía Nacional a una gran distancia del centro cívico. Otra parte de esa manifestación ya se había quedado más atrás, a más de un kilómetro, bloqueada por agentes que obligaron a identificarse a cada uno de los participantes en la protesta.
La visita de los reyes, un "lavado de imagen"
Entre los manifestantes, y detrás de una pancarta con una comparativa de ingresos "Leonor (Princesa de Asturias), 102.564 euros, Polígono Sur, 5.112", se encontraban el parlamentario de Adelante Andalucía Nacho Molina y el portavoz municipal de IU en el Ayuntamiento de Sevilla, Daniel González Rojas. Molina se quejaba de las trabas que les habían puesto "a los plebeyos" para manifestarse contra "una institución caduca" que intenta "maquillar" la mala imagen de las últimas semanas con una visita a una de las zonas más pobres de España. Y González Rojas criticaba que se hubiese hecho un "lavado de imagen" del Polígono Sur para la visita de los reyes, pintando el centro cívico, trasladando trabajadores de otros centros municipales, adecentando el barrio en los últimos días, toda una batería de mejoras que han llevado a su grupo en el Ayuntamiento a pedir que los monarcas se queden seis meses para culminar la rehabilitación.
La Plataforma de Sevilla por la República también ha participado en la concentración de protesta contra la visita de los reyes. "Hemos venido a mostrar nuestra repulsa a una monarquía corrupta, que es una institución medieval que no tiene sentido en el siglo XXI y cuya continuidad debe ser sometida a un referéndum popular", ha subrayado su responsable, José Manuel García,.
Después del Centro Cívico El Esqueleto, donde los monarcas estuvieron reunidos con representantes de algunas asociaciones de la zona y de la Comisión de Emergencia Social del Polígono Sur que ha funcionado durante el estado de alarma, Felipe VI y Letizia han visitado otro recurso del barrio, el Centro Social Don Bosco, acompañados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Afuera, había congregadas varias decenas de vecinos, más entusiastas con la visita real, aunque en un número inferior al de la concentración de los colectivos republicanos. En la avenida que pasa por delante de ese centro son habituales por las noches los coches deportivos de segunda mano tuneados y con el motor trucado que pasan a toda velocidad para acabar quemando goma en la rotonda siguiente, asustando al vecindario. Eso y el tráfico de drogas y los tiros y los enganches ilegales a la luz que provocan cortes del suministro eléctrico forman también parte del paisaje cotidiano del Polígono Sur, aunque los reyes no lo hayan visto.
Un corro de vecinas, tras las vallas de seguridad colocadas para proteger la entrada de los monarcas al centro, comentan con cierta sorna lo limpio que están hoy las calles del Polígono. No hay ni rastro, dicen, de las botellas, las latas, los papeles que suelen cubrir los bancos y aceras de ese bulevar convertido al caer la tarde en el graderío de un circuito de carreras ilegal. En eso sí que coinciden todos los que han ido a protestar, a vitorear o a curiosear: el Polígono Sur estaba hoy más limpio que nunca. Una limpieza pasajera, sin embargo, con el horizonte permanente de las torres de Las Vegas, allí donde empieza a acabarse Sevilla, unos edificios podridos por dentro, desprovistos en algunos casos de los ascensores y convertidos sus huecos en basureros, el chabolismo vertical que nadie ha conseguido atajar, ni las visitas reales ni los millones de pesetas primero y de euros después que han invertido en planes integrales y de recuperación los sucesivos responsables de las administraciones públicas.
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