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Nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible Más zonas SER, aparcamientos disuasorios y trabas para las bicis: puntos negros del plan de movilidad de Almeida

La estrategia del alcalde José Luis Martínez-Almeida para mejorar el tráfico y la calidad del aire en la capital echará a andar este mes de julio con la oposición de las asociaciones vecinales, ecologistas y otros colectivos ciudadanos.

Mujer en bicicleta por Madrid
Imagen de archivo de una mujer protegida con mascarilla montando en una bicicleta de BiciMAD por el centro de Madrid. Eduardo Parra / EUROPA PRES

La nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid echará a andar previsiblemente a finales de este mes de julio, después de que este pasado martes finalizara el plazo para presentar alegaciones. La estrategia del alcalde José Luis Martínez-Almeida para mejorar el tráfico y la calidad del aire en la capital verá la luz con la oposición de las asociaciones vecinales, ecologistas y otros colectivos ciudadanos como son los ciclistas.

Las nueva normativa viene a sustituir a la Ordenanza aprobada en 2018 cuando Manuela Carmena era la alcaldesa y llena el vacío legal que dejó la anulación de Madrid Central por parte del Tribunal Supremo el pasado mes de mayo.

Cuando el pasado 27 de mayo se aprobó el anteproyecto de la nueva Ordenanza, el Ayuntamiento de Madrid anunció que se iban a introducir "109 cambios sobre el texto vigente para fomentar la sostenibilidad, reforzar la seguridad vial, integrar todos los medios de transporte y favorecer la innovación".

Sin embargo, Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y varias asociaciones vecinales a título particular han presentado alegaciones a un proyecto que según dicen "provocará más contaminación" en Madrid.

"Probablemente no atenderán ninguna alegación", pronostica Vicente Pérez, responsable de Urbanismo y Vivienda de la FRAVM, quien que no duda en calificar como una "cortina de humo y medida de cara a la galería" la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible. La nueva normativa entra ahora en la fase de las enmiendas de los grupos políticos y se votará en pleno antes de que acabe el mes. "Tienen que correr para tener una normativa que les cubra tras tumbar Madrid Central", abunda Pérez.

Pérez, autor de las alegaciones presentadas por la FRAVM en un documento de 25 páginas, resume el descontento de los vecinos en cuatro aspectos muy polémicos: la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), la extensión del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) en algunos barrios de la capital colindantes con la M-30, el plan de aparcamientos disuasorios y las mayores dificultades para circular en bicicleta por la capital.

La medida estrella de la nueva Ordenanza es la llamada Zona de Bajas Emisiones (ZBE). También se introduce la figura de la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP), que en principio serán dos: el distrito Centro, manteniendo el mismo perímetro que Madrid Central, y la Plaza Elíptica, el punto más contaminado de la ciudad.

"Lo de la Zona de Bajas Emisiones es ridículo. Lo que hace el Ayuntamiento es declarar Madrid entero Zona de Bajas Emisiones, pero claro con medidas claramente insuficientes. Sólo prohíbe el acceso a vehículos con etiqueta A que no sean residentes en Madrid y, además, contempla un montón de excepciones: si eres un camión, pasas; si eres una furgoneta, pasas; si eres un taxi, pasas; si eres un autobús, también. Eso supone un porcentaje muy pequeño del parque móvil. Y será así hasta 2025, cuando lo harán extensivo a los vehículos empadronados en Madrid, pero aún así seguirá siendo una parte muy pequeña del total de vehículos", explica Pérez.

Respecto a la creación de la Zona de Bajas Emisiones De Especial Protección (ZBEDEP) de la Plaza Elíptica, el representante de la FRAVM considera que está condenada al fracaso debido a su reducido tamaño y a su carácter transitorio. Pérez lo explica así: "En Plaza Elíptica sólo se prohíbe la circulación de vehículos A pero con un montón de excepciones. Además es una zona tan pequeña que los coches más contaminantes van a pasar por la calle de al lado. Lo único que hace el Ayuntamiento es desviar el tráfico a otras zonas adyacentes. La medida es hasta contraproducente porque probablemente va a aumentar la contaminación en la zona al obligar a los coches más contaminantes a hacer un recorrido más largo".

Pérez lamenta que no declaren de especial protección otros puntos muy contaminados de la capital como pueden ser la entradas de las autovías A-5, A-3 o A-2. "No lo hacen porque allí no hay medidores de la calidad del aire. El Ayuntamiento practica la política del avestruz: si no hay medidores, no hay problema. La zona de bajas emisiones no es más que una medida de cara a la galería", concluye Pérez, quien también lamenta que desapareciera Madrid Central: "Era una medida que estaba funcionando, pero se la tenían que cargar porque era una medida de carmena".

Otro aspecto de la nueva normativa que solivianta a los vecinos es la posible extensión del SER, el estacionamiento de pago, en algunos barrios colindantes con la M-30, en especial en los distritos de Ciudad Lineal y Carabanchel, lo que ha llevado a varias asociaciones a presentar sus propias alegaciones, acompañadas por las firmas de centenares de vecinos de los barrios afectados.
La Ordenanza, además, suprime la figura de las Zonas de Aparcamiento Vecinal (ZAV), pensadas para regular la saturación de vehículos foráneos en barrios que sufren el efecto frontera con la M-30 y que se encuentran mayoritariamente en el límite de la almendra central y la zona SER. Las ZAV se crearon en la anterior legislatura, la de Carmena, y se establecían a demanda de los vecinos, tal como recuerda Pérez: "Desaparecen las ZAV y lo que hacen es extender el SER. No se entiende muy bien esa medida, a no ser que detrás haya un afán recaudatorio", afirma Pérez.

El representante vecinal también pone el acento en el plan de los aparcamientos disuasorios que el Ayuntamiento ha empezado implantar hace meses en el entorno de la M-40 y entre esta vía y la M-30. Hay varios casos en Aravaca, Hortaleza, Retiro o Fuencarral, en este último a costa de una zona verde y al precio de talar más de 60 árboles. Los vecinos siempre se han opuesto a este tipo de aparcamientos porque suponen un polo de atracción de coches en zonas que antes no mostraban una densidad de tráfico especialmente significativa.

Otro punto negro de la Ordenanza de Movilidad Sostenible que prepara el Ayuntamiento de Madrid afecta a la circulación en bicicleta por la ciudad. "No se contemplan medidas de fomento de la bicicleta, al contrario: lo que sí contempla la nueva Ordenanza son medidas restrictivas respecto a lo que hay ahora, sobre todo en lo referente al aparcamiento de las bicicletas. Va a ser más dificil aparcar una bicicleta que una moto. Además, la prohibición más clara es la de circular por túneles o pasos abiertos", resume Pérez.

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