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La oposición aprieta a Susana Díaz por cada lado para que desbloquee la investidura

PP y Ciudadanos le exigen que presione a la dirección del PSOE para pasar del no a la abstención en la investidura de Rajoy, mientras Podemos e IU piden que facilite un gobierno alternativo

La presidenta andaluza, Susana Díaz, atiende a los medios en el Parlamento de Andalucía. EFE/Julio Muñoz

DANIEL CELA 

SEVILLA.- Susana Díaz es la presidenta andaluza y, como tal, se somete a la sesión de control a su Gobierno cada 15 días en el Parlamento autonómico. Pero la oposición en bloque ve en ella a la secretaria general del PSOE andaluz, la federación más numerosa y la más crítica con la ejecutiva federal de Pedro Sánchez.

De ahí que todos los partidos la Cámara, tanto del flanco derecho como del izquierdo, hayan interpelado en algún momento, no a la presidenta andaluza, sino a la baronesa socialista con más poder en la estructura orgánica de su partido, la persona que, según ellos, podría desbloquear la investidura antes que el propio Sánchez. Esta tesis, claro, no la formulan igual PP y Ciudadanos que Podemos e IU.

Los conservadores exigen a Díaz que presione a Sánchez para pasar del no rotundo a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, una opción que la sevillana comparte, pero que nunca ha defendido abiertamente en público. Los progresistas, en cambio, sitúan a la presidenta andaluza en el ala más dura del PSOE, y le reprochan que trate de dinamitar cualquier intento de la dirección federal socialista por formar un gobierno alternativo al de Rajoy. Ambas posturas contienen algo que chirría.

Por ejemplo, Ciudadanos es el partido que sostiene al Gobierno socialista en Andalucía, pero ahora también defiende el acuerdo de su formación con el PP en Madrid para hacer presidente a Rajoy, y por ello intenta convencer a Díaz para que interceda a favor del desbloqueo institucional. “Yo creo que es lo más justo. Susana Díaz reclamaba responsabilidad en sus discursos de investidura y que gobernara la lista más votada, justo lo que ahora el PSOE no está permitiendo”, dice el portavoz andaluz de Ciudadanos, Juan Marín.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, sentada en su escaño delante del portavoz socialista, Mario Jiménez, escucha a la oposición tras una de sus intervenciones en la sesión de control al Ejecutivo que ha tenido lugar en el Parlamento de Andalucía en Sevil

Por otra parte, la secretaria regional de Podemos, Teresa Rodríguez, acaba de pedir abiertamente a Díaz que facilite un Gobierno del PSOE “en solitario”, algo a lo que ella misma se negó rotundamente cuando tuvo en su mano la investidura de la sevillana. “Yo no me fío del PSOE, pero me fío menos de Susana Díaz”, advierte Rodríguez.

Por último IU, que cogobernó con los socialistas en la pasada legislatura, no deja pasar una sesión de control sin reprochar a Díaz que rompiese el pacto de gobierno y convocase elecciones anticipadas con la excusa de que su formación se había radicalizado. “Usted no es de fiar, señora Díaz, quien no la conozca que la compre”, dejó escrito su líder, Antonio Maíllo, en las actas de la sesión plenaria del Parlamento. Y pese a todo, Maíllo también reclama ahora a Díaz que “deje de poner palos en las ruedas y apoye un intento de gobierno alternativo al PP”.

La presidenta andaluza está entre dos fuegos, pero no parece especialmente incómoda. De hecho, capotea todas estas alusiones en el Parlamento sin mayor preocupación, consciente de que la estrategia de PP y Podemos coincide en presentarla como “una presidenta andaluza despreocupada por Andalucía”. “Yo estoy centrada en trabajar por esta tierra”, repite una y otra vez. Con todo, Díaz sí entra en el cuerpo a cuerpo con el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, que le exige “coherencia” y que permita gobernar a la lista más votada en las generales, “lo mismo que usted reclamaba cuando ganó las andaluzas”. Pero en ese momento, Susana Díaz se pone en pie y se remanga la camisa de los brazos, gesto inequívoco para todos los cronistas parlamentarios: va a dar un golpe seco a su oponente. “¿Coherencia dice usted?”, y acto seguido recuerda al líder popular que el PP bloqueó su investidura durante 81 días, con tres votaciones fallidas, y se opuso a que las instituciones empezasen a funcionar. “Le pedí varias veces que me permitiese gobernar, que no bloqueara las instituciones y que me controlase desde la oposición. Y se negó durante 80 días, ¿ahora de qué se queja?”, advierte.

El PSOE andaluz es la federación con más peso en el Congreso, tiene 20 de los 85 diputados socialistas, de ahí que la oposición en bloque agudice la presión sobre ella cada dos semanas en el Parlamento. Creen que un movimiento claro de la sevillana en el próximo comité federal del 1 de octubre desenredará la maraña política.

Y Díaz ha dejado claro, por activa y por pasiva, que con “sólo con 85 diputados no se puede gobernar España”. Su opción es que el PSOE pase a la oposición, condicione desde allí al Gobierno en minoría de Rajoy, y aproveche la interinidad de una legislatura breve para recomponerse. Pero la dirección federal sospecha que ese “recomponerse” conlleva una maniobra interna para forzar la salida de Sánchez para que Díaz, u otra persona afín con visos de interinidad, ocupe la secretaría general del partido.

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