Las tensiones a nivel estatal entre Podemos e IU han zarandeado esta semana la alianza Por Andalucía, que hoy comparten con un grupo parlamentario propio de cinco diputados autonómico, Podemos, IU, Sumar, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Equo y Alianza Verde.

El final de la legislatura en Andalucía asoma ya en el horizonte —en junio se cumplen los tres años de la mayoría absoluta del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla— y los partidos preparan sus estrategias de cara al ciclo.

Moreno repite candidatura. Los socialistas, con María Jesús Montero, ya tienen resuelto el acertijo también. Adelante Andalucía, con José Ignacio García, lo mismo. Falta por saber qué van a hacer en Por Andalucía.

El PCA, alma de IU, ha enviado al resto de fuerzas un borrador para negociar unas primarias de la alianza, que serían abiertas y con un censo común. El PCA tiene una hoja de ruta que está aplicando ya y que pretende que el asunto quede resuelto cuanto antes.

En la memoria de todos está el accidentado arranque de Por Andalucía de hace tres años, con la discusión abierta hasta el mismo límite del plazo para presentarse, lo que tuvo luego sus consecuencias: jurídicamente, Podemos quedó fuera de la coalición y sus diputados se incorporaron a las listas como independientes, lo que en caso de ruptura de la alianza puede tener consecuencias en términos de presencia institucional en la campaña.

Con el tiempo, los partidos han logrado encauzar las relaciones y hoy en el grupo parlamentario se trabaja de forma coordinada; no exenta de tensiones, pero coordinada. Hace escasas fechas, el diputado de Podemos José Manuel Jurado acudió a la fiesta del PCA y compartió escenario, entre otros, con el coordinador de IU en Andalucía.

Belarra desliza que IU debe elegir: o la "paz" o el Gobierno

Esta semana, Ione Belarra, la secretaria general de Podemos, preguntada por si su partido se sumaría a una coalición amplia de izquierdas en Andalucía, dijo, según recoge Europa Press: "En este momento no es Podemos" [quien tiene que optar], pues se mantiene "donde ha estado siempre" a favor de la paz y contra el "belicismo", sino que son las "fuerzas que están siendo parte" de un Ejecutivo "de la guerra", en referencia a IU y Sumar.

"Y tienen que decidir si están por hacer crecer las fuerzas de la paz, por construir candidaturas por la paz o si van a continuar empujando el consenso de guerra desde ese Gobierno", agregó Belarra.

El miércoles, Irene Montero tenía previsto asistir a un homenaje a Julio Anguita, pero unas horas antes anunció que no iba a acudir. Esto impidió que Antonio Maíllo, líder de IU, y ella coincidieran en un mismo acto, lo que hubiera supuesto la primera imagen común en un evento desde la ruptura con Sumar a finales de 2023, según recoge Europa Press.

Este viernes, Maíllo estaba en Córdoba, y fue preguntado por si la ausencia de Montero afectaría a la posibilidad de que Podemos e IU acordaran una candidatura conjunta de cara a futuras elecciones: "IU va a seguir con su hoja de ruta, y no le va a quedar duda a la gente de izquierda que aspira a espacios unitarios para la transformación real de la vida y el aumento de derechos de que vamos a estar en los espacios donde se apueste por esa unidad".

Hace tiempo que la situación y el contexto estatal están influyendo en la negociación andaluza, que, según las fuentes consultadas, ha logrado avanzar desde su inicio. Estas mismas fuentes precisan que esto no quiere decir que en Andalucía el consenso sea total y no haya conflicto. "La militancia de Podemos en Andalucía todavía se acuerda de cómo se llevó a cabo el último proceso de unidad, tiene memoria", aseguran voces de la formación morada.

Diferencias en el fondo y hostilidad en las formas

Sin embargo, el territorio andaluz siempre se ha considerado como el más propicio para un acuerdo, entre otras circunstancias, por el funcionamiento de un grupo parlamentario que sigue unido pese a todo. El conflicto de fondo viene también marcado por el modelo que defiende cada parte en liza. Desde Podemos se estaría apostando por un acuerdo de cara a las próximas elecciones generales (en base a la organización de "las fuerzas de la paz") que sirva de base para decantar el resto de alianzas territoriales.

En Izquierda Unida, en cambio, prefieren el proceso a la inversa: unir los territorios primero y construir "desde abajo" y que la inercia de las alianzas en comunidades autónomas y municipios ayude a desinflamar el conflicto y dé más argumentos para concurrir en una alianza estatal. "No tenemos fecha ni previsión para unas generales, y esto Podemos lo sabe; en cambio, Andalucía, Castilla y León o Balears sí que están en el horizonte electoral más cercano. Cualquier cosa que no sea empezar por aquí es seguir una estrategia que no parece muy enfocada a la unidad y a dar a la izquierda posibilidades de competir en estos territorios", aseguran fuentes de IU.

Los de Antonio Maíllo ya han dado el paso de llevar esta hoja de ruta (la de cerrar primero los acuerdos territoriales) a sus documentos, y recientemente sus órganos de dirección han aprobado un texto en este sentido. 

"Cualquier proceso de unidad debe tener una base fundamentalmente territorial. La construcción debe ser hecha de abajo arriba, de lo local a lo estatal, aprovechando la importancia de lo municipal y subrayando el valor de la práctica política en la acción ante las situaciones concretas", reza el documento.

El texto, además, defiende que "el bloque político y social que resulte de ese encuentro de fuerzas deberá aceptar unas estructuras de geometría variable, habida cuenta de las diferentes situaciones que se dan en los territorios del Estado". 

IU: "Cualquier proceso de unidad debe tener una base fundamentalmente territorial"

En ese documento Izquierda Unida también advertía de que no aceptaría un escenario en el que alguno de los actores que aspiran a conformar una confluencia les obligara a "elegir entre dos bandos": "El encuentro para lograr su expresión organizada puede ser un Frente Amplio de unidad de la izquierda. Lo planteamos con respeto y atención a otras propuestas, pero sin ningún tipo de 'atentismo' ni de subordinación a otras organizaciones, con autonomía plena", reza el texto, en el que los de Maíllo también avisan de que se presentarán sí o sí a los diferentes procesos electorales, haya o no alianzas de las izquierdas.

En este conflicto subyacen también las reticencias de Podemos a forjar cualquier tipo de alianza con Sumar, un proyecto al que califican como una "operación fallida del PSOE" para sacar a la formación morada del Gobierno y hacerla desaparecer. Las discrepancias en el fondo se han agrandado con unas formas hostiles que ambas partes han empleado en las últimas semanas.

En Podemos han calificado al Gobierno de coalición, del que IU y Sumar forman parte, como "colaboracionista con el genocidio del pueblo palestino", y han insistido en numerosas ocasiones en tildarlo como Ejecutivo "de la guerra". En una reciente entrevista en Público, Sira Rego, dirigente de IU y ministra de Juventud e Infancia, mostró su rechazo a estas palabras y acusó a los dirigentes de la formación morada de haber votado a favor de contratos de armas con Israel cuando estaban en el Gobierno, en la pasada legislatura.

"No vale todo. Yo no he votado ningún contrato de compraventa de armas en un Consejo de Ministros y hay compañeros y compañeras que sentados en un Consejo de Ministros sí que lo han avalado, lo han apoyado, bueno, pues por la dinámica del propio Consejo de Ministros", aseguró Rego.

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Durante el acto en conmemoración del fallecimiento de Anguita, Maíllo afirmó que "el lenguaje a veces sana, pero también daña. Los que compartimos trinchera tenemos que construir desde el respeto, es fundamental. Si no hay respeto, no hay construcción de ningún proyecto; si hay sectarismo, hay voluntad incompatible con proyectos de unidad. Si pensamos en grande, la sociedad también nos verá en grande, si pensamos en clave mezquina o sectaria, la gente nos reducirá a esquinitas y no intervendremos en la transformación del país".

Maíllo: "Si no hay respeto, no hay construcción de ningún proyecto"

El secretario general del PCE y portavoz parlamentario de IU en el Congreso, Enrique Santiago, también ha subido el tono con Podemos. El pasado miércoles Izquierda Unida presentó una iniciativa para embargar armas a Israel, que será debatida en el Pleno del Congreso la próxima semana, y Santiago destacó que esta ley llevaba la firma de los de Belarra.

"Imagino que si Podemos se ha sumado a esta iniciativa nuestra es porque no se referirá a nosotros cuando habla de gobiernos de la guerra. No tenemos que rendir cuentas ni dar cuentas a una organización política que cuando gobernaba no acudió a manifestarse contra la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid", dijo el portavoz parlamentario de IU en el Congreso.

Toda esta situación, según las fuentes consultadas, ha generado mucha incertidumbre en los cuarteles generales de todos los partidos de la alianza en Andalucía, también entre los propios cuadros y entre los movimientos sociales que empujan por una izquierda que acuda agrupada y con un proyecto a las autonómicas. Se plantean numerosas preguntas, con dos como clave de bóveda: ¿Aguantará la alianza? ¿Reventará?

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Hay quien recuerda el antecedente de las elecciones europeas, unas elecciones muy particulares con una circunscripción única y donde se vota con otras claves, a las que la izquierda acudió dividida. Los resultados en Andalucía fueron estos: el partido de Alvise Pérez superó en Andalucía, tanto a Sumar, donde iba IU, como a Podemos. El PP obtuvo en la comunidad autónoma el 37,8% de los votos; el PSOE, el 32,16%; Vox, el 10,92%, SALF, el partido de Pérez, el 6,21%; Sumar, donde iba IU, el 5,09% y Podemos el 2,79%. En unas autonómicas, hay ocho circunscripciones y los votos se cuentan en cada provincia.