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El PP abandona el centro y se entrega a la ultraderecha también en Aragón

Los populares dejan de lado al Par y Teruel Existe en la constitución del parlamento autonómico para consumar su cuarto giro extremista en dos semanas antes de seguir negociando con Vox acuerdos de gobierno que se sumarán a los de Castilla y León y el País Valencià.

Marta Fernández, de Vox, preside desde este viernes las Cortes de Aragón gracias a los votos del PP de Jorge Azcón.
Marta Fernández, de Vox, preside las Cortes de Aragón desde este viernes. Cortes de Aragón

El PP de Jorge Azcón consumó este viernes en las Cortes de Aragón el cuarto abrazo con la ultraderecha, de los seis a los que opta, al apoyar con sus votos la designación de Marta Fernández, de Vox, como presidenta de la cámara, en un giro que, como ha ocurrido en Cantabria, incluye un rasgo particular que desvela la tendencia real de los conservadores a escala estatal: el descarte de las opciones de centro que le permitían el Par y Teruel Existe para resolver la encrucijada en la que le situaron las urnas.

La maniobra de los conservadores, que comenzó a aflorar la noche del jueves con un alborotado cruce de anuncios y negaciones que quedó resuelto a primera hora de la mañana con la bendición de Génova, 13, enlaza con la de Cantabria.

Allí, el PP optó por aliarse con Vox en lugar de con el PRC (Partido Regionalista de Cantabria) de Miguel Ángel Revilla, con el que había estado negociando y con el que también sumaría mayoría absoluta, para asegurarse la presidencia de la cámara y una vicepresidencia y entregar una de las secretarías a la ultraderecha.

Esos decisiones, junto con otras anteriores como el pacto de gobierno entre conservadores y ultraderechistas en el País Valencià cerrado el día 15 y el acuerdo que cinco días después aupó a la presidencia del parlamento balear a Gabriel Le Senne, en este como paso previo a un acuerdo de gobierno que va a llevarse por delante la Oficina Anticorrupción, superan la categoría de "hechos aislados" para, contextualizadas, pasar a otras como "plan" por concentrarse entre la constitución de los ayuntamientos y la campaña del 23J.

Ese contexto, que se da apenas un año después del acuerdo de Castilla y León, proyecta dudas sobre qué grados de sinceridad y de tacticismo incluyen las resistencias mostradas por los candidatos populares de Extremadura y en Murcia a pactar con la ultraderecha.

Y, con cinco acuerdos y dos escenarios abiertos de siete posibles, deja en evidencia la línea de acción política de la dirección popular de Alberto Nuñez Feijóo, el mismo que hace un par de años se vanagloriaba de que Vox no había obtenido ni un cargo electo en Galicia mientras él gobernó allí.

El PP no obtiene más de lo que ya tenía asegurado

La situación de Aragón, donde ciertamente el PP tiene imposible acceder al poder sin el consentimiento de la ultraderecha, incluye algunas particularidades tanto en las circunstancias como en la narrativa.

Por una parte, el PP no obtiene en la Mesa más puestos de los que le garantizaban los resultados electorales: sus 28 escaños ya le aseguraban una vicepresidencia y una secretaría.

Y estas, en un tablero que se replicaba para la Presidencia, solo serían las segundas en lugar de las primeras si una eventual candidatura de la izquierda lograba esta improbable cuadratura: atraer a un Par que viene de pactar ayuntamientos con el PP y/o a un Teruel Existe que lleva semanas ofreciéndoles sus votos para aislar a Vox, además de conseguir la abstención de este último.

Por otra, el acuerdo llega después de que los populares llevaran diez días, hasta ayer a mediodía, manteniéndose firmes en ofrecer a Vox una Secretaría que estos, por su parte, consideraban "insuficiente".

Una tradición que sale de la manga

Y, en tercer lugar, el relato incluye un error de bulto. "En todas las legislaturas, excepto la constituyente, el tercer partido con mayor número de votos ha obtenido un puesto" en la Mesa, anunciaba a primera hora el PP.

"Hay una tradición en esta cámara de que siempre la tercera fuerza política, como somos nosotros, tenga una representación en la Mesa", anotó Alejandro Nolasco, cabeza de lista de los ultraderechistas.

Eso es, sencillamente, erróneo, como puede comprobarse en el histórico de las Cortes de Aragón: no ocurrió de salida en tres de las nueve legislaturas transcurridas de la segunda a la décima (la tercera, la sexta y la novena), mientras que en otras tres (segunda, quinta y décima) hubo cuatro grupos.

Básicamente, en todos los casos, como consecuencia de los intereses y de las posibilidades de cesión de poder de la formación que iba a gobernar.

Quizás sintoniza más con el espíritu de las Cortes de Aragón, las mismas ante las que los reyes medievales se tenían que oír aquello de que "somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos", recordar que en cinco legislaturas de diez (tercera a quinta, octava y novena) la presidió un miembro del tercer grupo y en otra (segunda) uno del cuarto, algo que apunta a cierta improvisación en la elaboración del argumentario.

Vox insiste en que quiere entrar en el Gobierno de Azcón

La entrega del PP a Vox de un puesto que tenía prácticamente en la mano y sin negociar otras alternativas ("no nos han pedido el voto", dijo Alberto Izquierdo, del Par), así como la aceptación por la ultraderecha de una presidencia que finalizaría el 23 de agosto si antes no hay una investidura a la que solo puede aspirar Azcón, y solo sin su oposición, dan paso a la siguiente pantalla.

"Lo único que hemos pactado, de manera exclusiva, es la Mesa", explicó la portavoz popular, Ana Alós, que anotó que "a partir de ahora comenzaremos a hablar de otros planteamientos con quien quiera hablar con el PP" para "alcanzar una investidura en cuanto sea posible".

"Vamos a seguir trabajando" en un Gobierno en solitario, dijo la portavoz de los conservadores, en un planteamiento que choca con el de la ultraderecha: "Queremos entrar" en el ejecutivo, señaló Nolasco, que negó la existencia de cualquier otro acuerdo más allá del que ha entregado la presidencia de las Cortes a Fernández.

Eso, de ser así, sitúa lo ocurrido este viernes en las Cortes como la aceptación de una cesión graciosa, algo que encaja con el "al final nos han cedido" la presidencia que verbalizó Nolasco, para quien "la buena noticia es que se ha abierto la mesa de negociación" y "vamos a hablar de programa".

Ahora está por ver si el acuerdo entre PP y Vox para la Mesa de las Cortes afecta al que los primeros pretenden cerrar con el Par y Aragón existe para la Diputación de Teruel y para la propia investidura de Azcón, en el segundo caso supeditada a que la ultraderecha no entre en la ecuación.

"Seguimos a la espera de poder llegar a acuerdos, y en función de eso diremos sí o no", señaló Izquierdo, mientras Tomás Guitarte, de Teruel Existe, lamentaba que "nadie está haciendo lo que podría hacer para evitar" que Vox juegue un papel clave en la política aragonesa.

Mientras tanto, el todavía consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, de Cha, se dirigía a estas dos últimas formaciones en estos términos: "no se pueden inhibir y tragarse esto por la vicepresidencia de una diputación y unos cuantos asesores".

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