Este artículo se publicó hace 2 años.
Este es el proceso parlamentario que aún deben recorrer los Presupuestos del PSOE y Unidas Podemos para 2023
Los socios del Gobierno han alcanzado un acuerdo para las cuentas del próximo año, que deben pasar por el Congreso de los Diputados y el Senado antes de entrar en vigor.
Madrid-Actualizado a
PSOE y Unidas Podemos han acordado los Presupuestos Generales del Estado para 2023. La negociación no ha sido sencilla: mientras el PSOE, especialmente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rechazaba la incorporación del impuesto a las grandes fortunas, el grupo confederal ha sido partidario de aumentar la fiscalidad a las rentas más altas.
Sin embargo, este acuerdo no supone el fin del proceso, más bien el principio. El texto debe atravesar la tramitación parlamentaria y las aportaciones del resto de grupos políticos. Las cuentas deben recibir la aprobación de las Cortes, por lo que deberán pasar por el Congreso de los Diputados y por el Senado.
El Ejecutivo debe sacar adelante la nueva partida antes de que finalice este año. En caso contrario, automáticamente, se prorrogarán los fondos de 2021, al igual que ocurrió con las cuentas de 2016, 2017 y 2018. Estas últimas fueron las más longevas de la democracia y fueron aprobadas por el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy y gestionadas por el de Pedro Sánchez.
El Gobierno hace la propuesta
El Gobierno es el encargado de elaborar el proyecto de los PGE. El Consejo de Ministros lo aprueba y lo manda al Congreso de los Diputados. Ahí, la Mesa de la Cámara publica el proyecto y arranca el plazo para presentar enmiendas de los grupos parlamentarios. Los grupos pueden tan solo presentar enmiendas a la totalidad para devolver la propuesta al Gobierno. No pueden plantear, por tanto, enmiendas para modificar partes del Presupuesto.
Una vez concluye el plazo para el registro de enmiendas, en el hemiciclo, comienza el debate de totalidad, donde la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene en primer lugar para defender las cuentas propuestas por el Gobierno. Después toman la palabra los portavoces de los grupos que han presentado enmiendas y, por último, el resto de grupos para fijar su posición.
Las enmiendas se someten a votación. Si una de ellas sale adelante, los PGE serían devueltos al Gobierno, que puede elaborar un nuevo proyecto para presentarlo o convocar elecciones, como hizo Pedro Sánchez tras el fracaso de las cuentas de 2019. Si, por el contrario, los fondos superan la votación parlamentaria por mayoría simple, continúa el trámite y se envía el proyecto al Senado.
Trámite en el Senado
El Pleno de la Cámara Alta acoge el debate sobre las cuentas. Al igual que en el Congreso, la titular de Hacienda vuelve a exponer el proyecto y el resto de partidos marcan su posición y pueden proponer vetos o enmendar la partida para que haya modificaciones. En estos casos, deben ser devueltos al Congreso, donde se puede levantar el veto por mayoría absoluta en la primera votación o por mayoría simple dos meses después.
Cuando regresan a la Cámara Baja se pronuncian los grupos sobre las enmiendas del Senado y pueden aprobar unas y desechar otras. Este paso puede saltarse si la Cámara Alta hubiera dado luz verde previamente. El destino de las cuentas es el mismo en ambos caminos: la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y la entrada en vigor.
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