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Debate electoral en el PSOE Pedro Sánchez acepta el cuerpo a cuerpo con Susana Díaz y revindica un partido de "militantes" frente a otro de "notables"

El exsecretario general afirma que en las primarias del PSOE lo que se dilucida es "o curar o cronificar la abstención a Rajoy" y asegura que ésta ha causado "frustración" en las filas socialista.

Pedro Sánchez, a su llegada a la sala donde se celebró el debate sobre las primarias del PSOE. | EFE

J. otero | agencias

Pedro Sánchez mostró en el debate electoral del PSOE las dos ideas fuerza que ha esgrimido a lo largo de la campaña: primero, la abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy fue un error; segundo, el partido debe ser de los militantes y no una organización de notables "donde deciden cuatro o cinco".

Vestido de verde agua y muy sonriente, Sánchez utilizó su primer minuto del debate con Susana Díaz y Patxi López para plantear que en estas primarias lo que se dilucida es "o curar o cronificar la abstención a Rajoy". El exsecretario general habló de la "frustración" que supuso esa abstención, que entre otras cosas precipitó su salida de la dirección del PSOE. Sánchez aseguró que, si gana, lo primero que hará será exigir la dimisión del presidente del Gobierno, "manzana podrida en el cesto de la democracia". 

Sánchez empezó tranquilo pero enseguida tuvo que pasar a la ofensiva después de que en su primera intervención Susana Díaz, con quien mantuvo un agrio y tenso enfrentamiento durante todo el debate, fuera a por él. Pero no fue sólo con Díaz: Sánchez también tuvo sus rifirrafes con el tercer candidato, Patxi López, aunque con el vasco se mostró conciliador. Con Díaz fue mucho más beligerante: con ella casi todo fueron palos.

En realidad, los guiños de Sánchez a Patxi López fueron constantes a lo largo del debate: el exsecretario general no se cansó de repetir que las propuestas de López están incluidas en el proyecto que él encabeza. Sánchez insistió en apelar a la "responsabilidad histórica" de los militantes socialistas para saber que el domingo están ante "una encrucijada trascendental".

Bronco debate

Susana Díaz fue la primera que abrió las hostilidades contra Sánchez recordándole los malos resultados electorales del PSOE con él al frente y lo que ella considera una relación sumisa de los socialistas con Podemos. Sánchez le recordó entonces que varios barones regionales socialistas gobiernan en sus comunidades autonómicas gracias a Podemos y no por ello se han podemizado. También recordó que él no fue presidente del Gobierno porque no aceptó las condiciones de Podemos y de Pablo Iglesias. 

Sánchez y Díaz se enzarzaron por todo —el debate entre ellos fue bronco—, empezando por el modelo territorial, con el otro candidato, el ex lehendakari Patxi López, intentando intercalar su propio mensaje. Díaz acusó a Sánchez de tener una visión de España para cada día de la semana e incluso 19, una por cada comunidad y ciudad autónoma, mientras que el ex líder dijo de ella que no respeta la realidad plurinacional.

Díaz afirmó, además, que el PSOE perdió las elecciones pasadas porque Sánchez dio "muchos bandazos" y los ciudadanos no sabían qué estaban defendiendo en cuando a sistema territorial.

"No se puede cuestionar diariamente al secretario general. Si se hace, debilitamos a nuestra organización y damos armas a la derecha mediática y política", le dijo Sánchez a Díaz

"Has entrado y salido de la declaración de Granada, Pedro", dijo Díaz, que en la mayor parte de su intervención se dirigió directamente a Sánchez, y éste contraatacó recordando distintas actuaciones y frases de Díaz, como cuando en 2006 votó a favor del Estatut o cuando dijo en 2014 que la soberanía es indivisible pero se puede negociar el término nación.

Del mismo modo, Sánchez reprochó a Susana Díaz haber dicho que el euskera, el catalán y el gallego "son acentos". "Son idiomas", sentenció Sánchez, quien invitó Díaz a reconocer la realidad plurilingüe del país. Para el ex líder socialista, "hay una única soberanía, hay un único Estado, el estado español", pero es necesario "reforzar y reconocer una mayor pluralidad".

También señaló Sánchez que él defiende "la España nación de naciones" que defendían Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero. López, por su parte, enfatizó que para los socialistas "un país, antes que una nomenclatura es un pacto entre ciudadanos libres e iguales".

Liderazgo cuestionado "desde el principio"

El ex secretario general también reprochó a Susana Díaz durante el debate que desde el principio de su mandato ella y otros barones "cuestionaran" su liderazgo. "No se puede cuestionar diariamente al secretario general. Si se hace, debilitamos a nuestra organización y damos armas a la derecha mediática y política", le dijo Sánchez a Díaz.

Tras situar dicho cuestionamiento en diciembre de 2014, tres meses después de comenzar su mandato —con una entrevista en un periódico en la que decía que no compartía su "estrategia"—, Sánchez garantizó que el próximo domingo, día 21, por su parte "habrá unidad, desde la generosidad y habrá lealtad al resultado". 
"Espero lo mismo también por parte de los otros candidatos", emplazó a Susana Díaz y a Patxi López.

Sánchez: "Estamos en un momento decisivo, tenemos que conquistar el futuro porque el pasado ya lo conquistamos"

En la segunda parte del debate, la dedicada a la economía y las políticas sociales, Sánchez apostó por que las grandes corporaciones "contribuyan" al mantenimiento de las pensiones mediante un plan fiscal. Sánchez no ocultó su gusto por las políticas que ha puesto en marcha el Gobierno de izquierdas en Portugal, el llamado el Gobierno a la portuguesa.

En cuanto al modelo de partido, cuestión que protagonizó el bloque final del debate, el ex secretario general defendió la necesidad de compartir el poder con la militancia", mientras que Díaz habló de "reforzar la participación". Sánchez propuso que ya que los militantes pueden elegir al secretario general, también sean los militantes los que puedan revocarlo "con el voto secreto y directo de los militantes".  "Estamos a las puertas de un nuevo PSOE, debe ser un partido abierto al siglo XXI", resumió Sánchez, para quien los militantes deben jugar un papel muy importante, incluso en los pactos con otras fuerzas políticas: "A partir del 22 de mayo, si ganamos, las consultas sobre los acuerdos postelectorales serán obligatorias". 

En esta cuestión, la del modelo de partido, el choque entre Susana Díaz y Pedro Sánchez también fue estruendoso. Sánchez reclamó "un partido más horizontal" y puso como ejemplo de lo que es un partido que da la espalda a sus militantes el acuerdo en Andalucía entre el PSOE de Susana Díaz y Ciudadanos. En este caso, Pedro Sánchez acusó a Díaz de "faltar a la verdad" por decir que consultó su acuerdo con Ciudadanos en Andalucía con el Comité Director del partido.

Sánchez criticó también que se diera "poderes ejecutivos" a la gestora encabezada por Javier Fernández, e insistió en que si gana integrará a sus dos rivales en su Ejecutiva. Apostó por la transparencia y yambién reivindicó Sánchez la política de incompatibildiades que él instauró y se preguntó si Díaz quiere "revisar" la práctica de "un militante, un voto, un sueldo". Acusó a Susana Díaz de no tener modelo  de partido y recordó los hechos que tuvieron lugar el pasado 1 de octubre de 2016 cuando tuvo que dimitir como secretario general. "Yo no quiero eso para mi organización, quiero una organización donde los militantes decidan". "Estamos en un momento decisivo, tenemos que conquistar el futuro porque el pasado ya lo conquistamos", concluyó Sánchez. 

El exlíder del PSOE Pedro Sánchez ha acusado a la presidenta andaluza, Susana Díaz, de "faltar a la verdad" por decir que consultó su acuerdo con Cs en Andalucía con el Comité Director del partido y ha alertado de los "riesgos de involución en el discurso democrático" del PSOE, si ella gana las primarias.

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