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La pugna de los trabajadores de Twitter contra Elon Musk

Sara Serrano en La Base
Sara Serrano en La Base.

Hace poco menos de un mes Elon Musk se convertía en el dueño de Twitter. El multimillonario compró la red social por 44.000 millones de dólares y desde entonces no ha dejado de dar titulares. 

Una de sus primeras medidas fue despedir a los principales cargos directivos de la empresa: al CEO, al director financiero y a la máxima responsable de políticas y asuntos legales. Poco después, los directores de publicidad, marketing y recursos humanos anunciaron que dejaban también la empresa.

A esto, les siguieron los despidos masivos de trabajadores de la compañía en Estados Unidos, Europa y Asia. En total, de las 7.500 personas que tenía en plantilla, prácticamente la mitad, 3.700, recibieron una carta de despido. Una de las oficinas más afectadas por los despidos fue la de Nueva York, donde el 90% de los trabajadores perdió su empleo. 

Parece que muchos de ellos podrían haber incurrido en la ilegalidad. En San Francisco, donde está la sede principal de Twitter, cinco extrabajadores han demandado a la empresa por haber violado la ley, la Warn Act, que obliga a las compañías a preavisar los despidos con un mínimo de 60 días.

Sin embargo, algunos de estos trabajadores fueron avisados con sólo dos días de antelación y otros se enteraron de que ya no trabajaban para la compañía cuando dejaron de tener acceso a los canales de comunicación interna. En las oficinas de Londres, según informa Bloomberg, el temor.

En el sindicato Prospect Union, especializado en el sector tecnológico, han asegurado que numerosos empleados de la firma se han unido a sus filas

A día de hoy la industria sólo da trabajo a 2,7 millones de personas en nuestro país frente a los casi 6 millones de personas que desempeñan trabajos intelectuales o de oficina. 

En España, un total de 26 trabajadores fueron despedidos. Según denunció el Secretario General de UGT, Pepe Álvarez, estos despidos se hicieron además sin respetar la normativa reguladora de despidos colectivos de nuestro país: no se abrió periodo de consultas, ni se negoció durante 15 días, ni se comunicaron los despidos a la autoridad laboral.

En base a esto, según Álvarez, Twitter tendría que readmitir a todos los trabajadores que ha echado. 

Musk sostiene que no le quedaba otra opción que echar a casi la mitad de la plantilla por las pérdidas millonarias de Twitter: "Con respecto a la reducción de la fuerza laboral de Twitter, desafortunadamente no hay otra opción cuando la empresa está perdiendo más de 4 millones de dólares por día", dijo. Los despidos masivos, buscan ahorrar 1.000 millones de dólares anuales, que se corresponde casi perfectamente con la cantidad que Musk tiene que devolver a los bancos por los préstamos que adquirió para la compra de Twitter.

Aunque lo cierto es que en el primer trimestre de 2022, Twitter acumuló beneficios por más de 500 millones de dólares, multiplicando por siete las ganancias del mismo periodo del año anterior. Además, en los últimos 12 meses sólo se ha devaluado un 1% en bolsa. Esto contrasta enormemente con las fuertes caídas en el mercado de valores de otras grandes tecnológicas, como Meta, con una caída del 70% y Amazon que se devaluó un 97%. 

Musk también se escuda en la retirada de la publicidad de la red social, que representa un 90% de los ingresos de Twitter. Tras su compra de la compañía muchos anunciantes decidieron retirar sus contribuciones. Es el caso de compañías como General Motors, Volkswagen, o el conglomerado alimenticio General Mills, al que pertenecen marcas como Old El Paso o Häagen-Dazs.

¿Y a quién creéis que ha culpado Musk de estas pérdidas publicitarias? 

Musk ha culpado a los activistas. Estos estarían presionando a las empresas para que retirasen la publicidad y acabar así con la libertad de expresión representada por Twitter, en Estados Unidos. Musk se ha autoproclamado como un "absolutista de la libertad de expresión", y lo cierto es que desde su compra de la compañía los mensajes racistas, antisemitas y machistas se han disparado incrementado –aún más– la toxicidad de la red.

De hecho, hace sólo unos días el dueño de Twitter readmitió a Donald Trump en la red social después de que fuera suspendido tras incitar el asalto al Capitolio desde su cuenta. Además de la cuenta de Trump, Musk también ha reactivado la cuenta del periódico conservador satírico The Babyloon Bee, que concedió el título de "hombre del año" a una mujer trans. O la del psicólogo Jordan B. Peterson, que también publicó un tweet tránsfobo, en este caso contra el actor Elliot Page.

Twitter también ha recuperado la cuenta del rapero Kanye West, que había sido excluido de la red por difundir mensajes antisemitas, racistas y machistas. 

La pasada semana Musk envió un email a todos sus empleados en el que les instaba a decidir si permanecían o no en la compañía dándoles un plazo de 36 horas para decidirse. En esta carta avisaba de largas horas de trabajo a gran intensidad y les exigía compromiso con la labor "extremadamente dura" para construir lo que define como un Twitter 2.0. Un nuevo Twitter en el que no habrá espacio para beneficios que hasta ahora estaban vigentes: a partir de ahora se pondrá fin a la posibilidad de teletrabajar y se recuperará la jornada laboral de 40 horas. 

Pues la CNN habla de un "éxodo masivo" de empleados, el New York Times cifra en cientos el número de trabajadores que han decidido marcharse, y Fortune señala que cerca de 1.200 trabajadores podrían haber abandonado la compañía. En caso de confirmarse esta cifra, Twitter habría pasado, [en menos de un mes], de emplear a más de 7.000 trabajadores a tener sólo 2.000 personas en plantilla. Ante el temor a un posible sabotaje por parte de los trabajadores a la red social, Musk decidió cerrar todas las oficinas hasta el día de hoy. 

El pasado 18 de noviembre se proyectaron unos mensajes luminosos en la fachada de la oficina central de Twitter en San Francisco dedicados al presidente de la compañía. Para entender la importancia política y empresarial de Elon Musk ya dedicamos un especial en La Base que recomiendo revisitar, pero creo que el mensaje proyectado hace un buen resumen y condensa perfectamente sus principales características. Dice: bebé en bancarrota; parásito supremo; grano petulante; beneficiario del apartheid; besaculos de dictadores; oligarca fuera de la ley; colonizador inseguro; cruel acumulador de riqueza; niño mediocre; privilegio presurizado; pequeño racista; megalómano; millonario inútil.

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