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Rajoy 'ahonda' en la "corrupción"
al presentarse a una investidura
que se prevé fallida

El presidente en funciones acusó a Sánchez de "corrupción" por "usar" el Congreso para iniciar su propia campaña. Ahora será él quien protagonice su propio "bluf": ha logrado crecer de 137 escaños a 170, pero siguen sin ser suficientes. 

Mariano Rajoy, en el Congreso. Archivo REUTERS

PAULA DÍAZ

MADRID.- Un vodevil, una comedia de enredo, un ente de ficción, un fraude, un engaño, una farsa. Esos fueron sólo algunos de los calificativos que Mariano Rajoy utilizó para calificar la investidura fallida de Pedro Sánchez el pasado marzo. El presidente del Gobierno en funciones acusó entonces al secretario general de los socialistas de haber utilizado las instituciones públicas "al servicio de su supervivencia" para iniciar su propia campaña: "Eso también es corrupción", espetó en el Congreso de los Diputados. 

Pero el líder del PP parece haber borrado toda esa terminología ahora que el candidato a una investidura que se prevé fallida es él. Como él mismo reconoció, esta semana se enfrenta a la crónica de un fracaso anunciado: pese a haber logrado el sí de Ciudadanos (32) y Coalición Canaria (1), sus 170 apoyos siguen siendo insuficientes para lograr ser investido. Siguiendo con su propio vocabulario, Rajoy estaría contribuyendo a ahondar en la corrupción que asuela su partido porque se enfrentará, entre este 30 de agosto y el 2 de septiembre, a su propio "bluf".

Como él, Sánchez tampoco tenía los votos necesarios para entrar en la Moncloa. "La RAE define 'bluf' como montaje propagandístico para crear un prestigio que posteriormente se revela falso. Me parece que está bien descrito", le criticó Rajoy en la pasada legislatura. Ahora, en cambio, le pide que se abstenga para poder formar un Gobierno en minoría.

Mariano Rajoy, en una imagen de archivo. REUTERS

¿Sus argumentos? Hay que consolidar la recuperación económica, cumplir con Europa y permitir que España eche a andar con unos Presupuestos renovados. En eso se centrará, con toda probabilidad, el discurso que Rajoy ofrecerá esta tarde en el Cámara baja, en la primera sesión del debate de investidura, y con el que presionará a los socialistas para que le permitan gobernar. Por ello, Rajoy también hablará de la "responsabilidad compartida" y destacará las coincidencias que tanto PP como Ciudadanos se esfuerzan en vender entre su pacto de investidura y el anterior acuerdo firmado entre PSOE y C's. Y, por supuesto, presumirá de que haber logrado alcanzar 170 escaños, hazaña que implica -según los populares- que el PP ya no está tan solo como al principio, cuando contaba sólo con sus 137.

Pero en su discurso inicial Rajoy no recordará algunos de sus argumentos de cuando votó 'No' a Sánchez. "En el PP respetamos a nuestras electores, que no nos han elegido para negarnos a nosotros mismos", le dijo. Y, aunque algunos dirigentes conservadores aseguran que no le pedirían al PSOE su abstención si ellos no estuvieran dispuestos a dársela en la misma situación, lo cierto es que le están exigiendo a Sánchez lo que ellos le negaron en su día.

Es más, Rajoy le acusó de protagonizar una "candidatura ficticia", una negociación con Albert Rivera "con muchas fotos y muchas ruedas de prensa" y de haber llegado a un acuerdo "que no es verdad, ni ha sido acordado para tener los suficientes apoyos ni podrá ser aplicado". Lo mismo ocurre con su actual pacto con C's, pero aquel era, según las palabras del todavía jefe del Ejecutivo, "un programa nonato" que servía a Sánchez de "autopromoción" de cara a las elecciones del 26-J. 

Según sus razonamientos, su discurso de hoy también podría servirle de precampaña de unas terceras elecciones que, si no hay acuerdo para evitarlo, se celebrarían el 25 de diciembre.  Para evitarlo, Rajoy tendría que alcanzar 176 votos a favor en la primera votación que se producirá el miércoles tras la intervención de todos los grupos parlamentarios, o tener más síes que noes en la segunda, que tendría lugar el viernes. Salvo sorpresas de última hora, con el rechazo del PSOE y del resto de grupos a excepción de C's y CC, el líder de los populares habrá protagonizado a final de semana su propia "comedia". Después tendrá dos meses para volver a probar suerte, siempre que el Rey vuelva a proponerle. Él, ha dicho, lo seguirá "intentando".

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