"No quiero mirar hacia otro lado", aseguró la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la gestión de las residencias en la región, donde se han producido 5.272 muertes relacionadas con el coronavirus desde el pasado 8 de marzo. La dirigente del PP señaló que "era consciente" de que las cifras son "tremendas" e hizo hincapié en el trabajo "inmenso" de su administración.

"En lo que respecta a los consejeros sobre los que tengo decisión de nombramiento y cese, si tengo la certeza o seguridad de que ha habido negligencia, dejación de funciones, falta de interés, o errores evidentes, no tengo ningún problema (en pedir responsabilidades). Evidentemente hay que hacerlo", afirmó de manera contundente la conservadora.

Según trasladan a Público fuentes de la región, el acuerdo de gobierno que une a populares y 'naranjas' especifica que cada partido elige a sus consejeros (siete en el caso del PP y seis en el caso de Cs), pero no dice nada sobre los ceses. "En un momento de crisis, de pandemia, sería insensato abrir una crisis de gobierno con nuestro socio", destacan, sin embargo, voces cercanas a Ayuso.

Las discrepancias entre Ayuso y el Consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Cs), han ido en aumento. Tras ser apartado de la gestión de las residencias el pasado día 26 de marzo, Reyero criticó en una entrevista en la Cadena Ser la inacción de Ayuso y Ruiz-Escudero: "No hay ninguna residencia medicalizada", dijo, pese a que se aseguró que se haría el pasado 12 de marzo.

Ayuso señaló que estas declaraciones le habían sorprendido y aseguró que en estos momentos "hay más de 100 residencias madicalizadas" de las 475 que hay en toda la red madrileña. El baile de cifras de fallecidos en las residencias ha reabierto una grieta interna entre ambos partidos, que cierran filas públicamente.

Desde 1995 el Partido Popular ha gobernado en solitario en la Comunidad y ha ostentado la competencia en la gestión de las residencias, que pasaron a ser diligencia de Ciudadanos tras el acuerdo de coalición que se formalizó el pasado mes de agosto y que ahora han vuelto a manos del PP tras anunciase el "mando único"  del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero.

A Ciudadanos no le sentó bien que Ayuso apartara su consejero, y así lo exponen en privado fuentes del partido a este diario. Las citadas fuentes aseguran que las discrepancias entre Ayuso y Reyero venían de antes del inicio de la pandemia. Según explican, Reyero trasladó en varias ocasiones el caos que reinaba en las residencias, lo que ocasionó un choque con Ayuso. "Le tenía ganas", resumen.