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Rivera se erige como guardaespaldas de Rajoy y pide al PSOE que se olvide de derogar las leyes del PP

El líder de C's hace un discurso más duro con Iglesias que con el Gobierno y vuelve a apelar a Suárez y la Transición para defender que "ceder también es un éxito".

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante su intervención en la segunda jornada del debate de la investidura del candidato del PP, Mariano Rajoy, que se celebra en el Congreso de los Diputados. EFE/Emilio Naranjo

PAULA DÍAZ

MADRID.- Su equipo aseguraba, antes de iniciarse el debate de investidura, que Albert Rivera iba a ser crítico con Mariano Rajoy. Pero no sólo no ha sido así, sino que prácticamente se ha convertido en su guardaespaldas.

El líder de Ciudadanos subió a la tribuna del Congreso para 'completar' el discurso del futuro presidente del Gobierno, que había advertido previamente al PSOE de que no derogará sus propias leyes.  "Mirar por el retrovisor no es la mejor solución para gobernar. Para gobernar hay que hacer leyes", metaforizó para pedir a los socialistas que no se empeñen en pedir la eliminación de las políticas del PP.

Para compensar, el número uno de las filas naranjas insistió en que el Gobierno de Rajoy no es 'su' Gobierno, pero también defendió que será un Ejecutivo "legítimo, democrático y de todos los españoles". Además, pidió "respeto" al resto de grupos, especialmente a Podemos, a quien sí dirigió el tono bronco de su discurso. 

Rivera parafrasea a Rajoy para pedir estabilidad al PSOE: "Es tan importante que haya Gobierno como que haya gobernabilidad"

"¿Usted viene a reformar o a repetir los errores de la vieja política?", le dedicó a Pablo Iglesias, a quien acusó de "seguir en la calle" y no estar apoyando "el trabajo parlamentario". "Es un error estar en el Congreso y rodearlo", siguió en referencia a las protestas convocadas para este sábado. "Están dentro. No rodeen la democracia, participen de ella", le pidió. 

Asimismo, para contraponer sus posturas a las de los morados, Rivera sacó las "pancartas" de Ciudadanos, siendo fiel a su estilo de usar gráficos, aunque no un discurso cerrado. Se trataba de una factura de autónomos y otra de libros de texto con las que defendió que la presencia de C's sí servirá para obligar al PP a llevar a cabo reformas. "C's está en las instituciones para trabajar y servir", resumió. 

Servir... a Rajoy, a quien amenazó con "vigilar" durante la legislatura, pero con quien se mostró dispuesto a negociar desde el primer día los Presupuestos Generales del Estado, siempre que sean fieles a las 150 medidas pactadas entre ambas formaciones.  150 acuerdos de los que 100, insistió Rivera, también fueron firmados con el PSOE anterior de Pedro Sánchez. "Sería extraño verles decir que no a esas políticas que llevan en sus programas y que firmamos con ellos. Es tan importante que haya Gobierno como que haya gobernabilidad", sentenció parafraseando de nuevo a Rajoy y pidiendo a los socialistas que ofrezcan también estabilidad a la próxima legislatura. 

Contra Iglesias: "Prefiero parecerme a Dinamarca y no a Venezuela"

Una vez más, en su línea, volvió a erigirse como el nuevo Suárez -a quien citó para abrir su intervención ("hay que cambiar las cañerías sin cortar el agua")- de la 'Segunda Transición' para defender que C's ha sido capaz de "llevar a la vieja izquierda y la vieja derecha al centro", así como que "ceder también es un éxito cuando hay que negociar" teniendo en cuenta la nueva etapa política de "un bipartidismo que se acaba". 

De nuevo para arremeter contra Podemos, Rivera recordó el 23-F ("Ahí arriba hay tiros", dijo señalando al techo del Hemiciclo), pidió respeto para Suárez, Carrillo y los constitucionalistas (entre los que había "dos catalanes", recordó para introducir su apoyo a Rajoy frente al desafío soberanista en Catalunya) y argumentó que tanto él como Rajoy están obligados a entenderse, como se entendieron en la Transición, con el resto de grupos. "Será más fácil con quienes hablar y no gritar", agregó, diferenciándose de los de Pablo Iglesias al manifestar que C's prefiere que España se parezca "a Dinamarca -donde llevan 100 años sin mayorías absolutas- y no a Venezuela". 

Como conclusión, Rivera sacó su lado más cursi para vender su programa pactado con el PP. "Queremos cambiar las cañerías por las que ha corrido el agua putrefacta de la corrupción", dijo para vanagloriarse de los seis puntos del pacto anticorrupción que aceptaron los conservadores, así como todas las demás "medidas tangibles y reales que afectan al bolsillo, al corazón y al alma de los españoles". "Nuestro reto es cambiar las cañerías sin cortar la esperanza y la ilusión de 47 millones de españoles", cerró su discurso igual que empezó, citando a Adolfo Suárez.

Un leve arañazo a Rajoy

Entre los pocos arañazos dedicados a Rajoy se encuentra la amenaza de "vigilar" a su Gobierno. "El máximo responsable de que esto [la legislatura] vaya bien o vaya mal, es usted. Si cumple con las exigencias de Ciudadanos, irá bien. Si no escucha a esta Cámara, esto puede durar muy poco", le dijo tras prometer que él ejercerá una "oposición responsable". 

Rajoy defendió la Lomce, que no derogará: "Algunas cosas buenas tiene"

Nada quedaba ya del bronco discurso de la anterior investidura fallida cuando, pese al sí de los 32 diputados de Ciudadanos, Rivera arremetió duramente contra el todavía jefe del Ejecutivo en funciones y hasta pidió su cabeza. Hoy,  sólo tildó de "chapuza" su reforma energética y le puso de manifiesto que la Lomce no le gusta. Un leve arañazo para su socio que luego quedó cubierto cuando defendió que "manifestarse contra el modelo educativo es legítimo, pero para cambiarlo no se consigue protestando, sino negociando". 

Rajoy recogió el guante en su réplica y se mostró dispuesto a "suspender algunas reformas de la Lomce, pero no derogarla". Es más, defendió que la polémica ley Wert ya estaba dando sus frutos con la reducción de la tasa de abandono escolar. "Algunas cosas buenas tiene", argumentó, dando por suficiente el anuncio sobre las reválidas que no es más que un brindis al sol que ya estaba previsto en la ley. Pese a todo, prometió a Rivera que trabajará por buscar consensos y hacer reformas con la mayor premura posible para pedirle su confianza futura.  "Agradezco el apoyo de su grupo y le voy a convencer", le dedicó. Rivera sonrío. 

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