La ruptura de Podemos con Sumar abre el mayor cisma en la izquierda alternativa
Comienza una nueva etapa en las izquierdas que apunta a una candidatura de Podemos e Irene Montero en las europeas diferente a Sumar y a un entendimiento de los morados con soberanistas de izquierdas como ERC, EH Bildu o BNG
Madrid-Actualizado a
Este martes se ha materializado una idea que revoloteaba desde hacía semanas entre las izquierdas. La ruptura de Podemos con Sumar ya es una realidad. Los cinco diputados de Podemos, que concurrieron a las elecciones bajo la marca de Sumar tras haber llegado a un acuerdo de coalición con los de Yolanda Díaz, pasan al Grupo Mixto. Podemos incumple así el pacto de coalición signado antes del 23 de julio, el cual incluía el compromiso de mantenerse en el grupo parlamentario toda la legislatura. La decisión, por cierto, no ha sido sometida a votación de las bases del partido.
El cambio de grupo parlamentario de Ione Belarra, Lilith Vestrynge, Javier Sánchez Serna, Noemí Santana y Martina Velarde, las cinco actas moradas, supone un jarro de agua fría para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar se enfrenta a una complicada legislatura con una oposición frontal de las derechas política, mediática y judicial con una mayoría parlamentaria muy ajustada. Ahora tendrá que negociar cada medida legislativa también con el partido que dirige Belarra.
La noticia, adelantada por Diario Red, dirigido por el exlíder de Podemos Pablo Iglesias, ha sido la crónica de una muerte anunciada. Se abre así el mayor cisma en la izquierda alternativa y una nueva época en este espacio político acostumbrado a múltiples vaivenes. La gravedad del momento recuerda a enero de 2019, cuando Íñigo Errejón y Manuela Carmena anunciaron que se presentarían a las elecciones autonómicas y municipales madrileñas de aquel mismo año, formando un tándem electoral separado de Podemos. Fue el embrión de Más Madrid.
Aquella herida parecía, por momentos, haber cicatrizado. Sumar consiguió reunir en su candidatura a una quincena de fuerzas políticas de izquierdas, desde Podemos hasta Más Madrid, pasando por Comuns, IU, Compromís o Chunta Aragonesista, entre otras. Sin embargo, la tensión entre Sumar y Podemos había crecido en las últimas semanas y ya se arrastraba desde hacía dos años. La formación morada quedaba fuera del reparto ministerial de Sánchez hace menos de 20 días, tras una última disputa en la que Sumar puso sobre la mesa un ministerio para Nacho Álvarez, integrante de esta formación.
"Nos han echado del Gobierno", repitieron en aquel momento Belarra e Irene Montero. También Sumar había dejado sin portavocías del grupo parlamentario a los de Belarra. El motivo explicado ayer por el diputado Sánchez Serna como definitivo para abandonar Sumar fue que Belarra no pudiera replicar al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en su comparecencia sobre la situación en Israel y Palestina.
Finalmente, Díaz no ha conseguido mantener vinculado a su proyecto al partido que en su momento lideró Iglesias, su predecesor en la vicepresidencia del Gobierno correspondiente a la izquierda alternativa en la pasada legislatura y quien le nombró sucesora al frente de la izquierda alternativa. Desde aquel momento, el distanciamiento personal y político de Díaz e Iglesias ha ido en paralelo al de Podemos con el nuevo sujeto político que se iba construyendo.
Un nuevo mapa en la izquierda alternativa
Esta ruptura dibuja, además, un nuevo mapa en la izquierda alternativa. Casi nadie en el espacio pone en duda ya que la exministra de Igualdad se va a presentar a las elecciones europeas del 9 de junio de 2024. Menos consenso hay en si Podemos se animará con una candidatura en solitario, que previsiblemente lideraría Irene Montero, o con algún otro compañero de viaje. La primera opción permitiría a la formación morada medirse las fuerzas con Sumar, su ya rival más directo.
La segunda opción que se baraja es que Podemos concurra en una candidatura con partidos soberanistas de izquierdas. Una candidatura que podría reunir a ERC, EH Bildu o BNG. "Yo os aplaudo y ojalá podamos sumar juntos o juntas", con estas palabras se refirió el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, a Montero y Belarra en el debate de investidura de Sánchez. Estas se despedían aquel día de la bancada azul.
Fuentes de la dirección de ERC aseguran que este tema no se ha tratado de manera oficial en los órganos de dirección pertinentes, pero reconocen que hay distintas voces dentro del partido que ven con buenos ojos una alianza con Podemos. Los Comuns ya alertaron antes del 23J de contactos entre los republicanos y Podemos de cara a las generales, tal y como avanzó Público.
Más fríos con esta idea se muestran en EH Bildu y BNG, reticentes a airear una confluencia con Podemos de cara a las europeas. Al menos, de momento. Tanto el independentismo vasco como el gallego tienen antes sendas citas electorales autonómicas cruciales en sus respectivos territorios. Y ambos soberanismos van a esos comicios con las expectativas altas. Los abertzales aspiran a ser la primera fuerza de Euskadi y el BNG, a liderar una ecuación de cambio que rompa con la mayoría absoluta del PP en Galicia.
La ruptura de Podemos con Sumar en el Congreso de los Diputados ha supuesto un terremoto que, precisamente, se ha notado con especial fuerza en Euskadi y Galicia, donde los equipos de Sumar y Podemos negociaban posibles alianzas para concurrir conjuntamente a los comicios autonómicos. Las negociaciones quedan en stand by.
Un bloque de oposición de izquierdas en el Congreso
Más allá de las consecuencias que tenga la decisión de Podemos en la conformación de futuras candidaturas, está claro que ERC (7), EH Bildu (6), Podemos (5) y BNG (1) pueden conformar un bloque de oposición de izquierdas que actúe con coordinación en el Congreso y que podría reunir hasta a 19 escaños. Esto puede llevar de cabeza a Sánchez, pero también a Sumar. Se le dificulta mucho a Yolanda Díaz la tarea de construir un nuevo proyecto político de izquierdas alternativo desde el Gobierno. El proceso de construcción de Sumar, previsto para el primer trimestre de 2024, se hará más complejo con Podemos a cara de perro.
También habrá que poner ojos en cómo se estructura, si llega a ocurrir, esa entente entre las izquierdas estatal y las soberanistas, unos espacios políticos que siempre han tenido una difícil convivencia. Además, en unos momentos en los que la cuestión territorial y la concepción del Estado como realidad plurinacional toma especial protagonismo. El propio Grupo Plurinacional de Sumar incluye en su seno a fuerzas soberanistas como la balear MÉS, la aragonesista Chunta o la valenciana Compromís.
Otro giro de guion en una legislatura que acaba de comenzar.
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