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Sánchez se convierte en un aliado más fiable para Ciudadanos que Rajoy

El Ejecutivo de Sánchez cumple con los acuerdos a los que llegó con Cs cambio de su apoyo a las prórrogas del estado de alarma. No ocurrió lo mismo durante la última legislatura de Rajoy: ignoró por completo sus promesas a los naranjas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

marta monforte

El giro estratégico emprendido por Ciudadanos bajo la tutela de Inés Arrimadas les ha vuelto a acercar al PSOE después del veto que el anterior líder de la formación, Albert Rivera, impulsó contra los socialistas. Los naranjas repiten a menudo que no son "socios" del Gobierno, pero presumen cada vez que pueden los acuerdos a los que llegan con el Ejecutivo de coalición y lo útiles que son sus 10 escaños, en comparación con los 57 cosechados por Rivera. 

Lejanas suenan las referencias al "sanchismo", "la banda" y la "habitación del pánico", expresiones acuñadas por la dirección de Rivera y defendidas con solvencia por quienes ahora se quieren desmarcar de ellas. Ciudadanos sigue lanzando reproches contra el Gobierno, pero su tono y sus formas han cambiado. Y, sobre todo, sus relaciones con los socialistas han mejorado ostensiblemente, después de romper por completo cualquier contacto en 2019. "No nos quedaba otra opción", admite un alto cargo de la dirección de Cs.

En el Gobierno de coalición hay disparidad de opiniones sobre este nuevo rumbo de Cs. El PSOE está encantado mientras que Unidas Podemos trata de alejar a los naranjas todo lo posible. Distintas fuentes socialistas del Ejecutivo explican a Público que la intención y el empeño de Pedro Sánchez es "cuidar" todo lo posible a Ciudadanos para lograr su voto de cara a los Presupuestos. Y son habituales los contactos entre miembros de su Gabinete y la cúpula de Cs. Además, las citadas fuentes insisten en que no escatimarán en esfuerzos para lograr el sí de los naranjas. O, cuanto menos, su abstención.

Por ese motivo el Gobierno está cumpliendo a rajatabla con -casi- todo lo que pactó con Cs a cambio de su apoyo a las prórrogas del estado de alarma. El primer acuerdo entre Sánchez y Arrimadas se produjo el 5 de mayo; lo prioritario para los naranjas era que no decayeran los ERTE y las ayudas a pymes y autónomos, un compromiso que el Ejecutivo cumplió, ya que estas ayudas todavía están prorrogadas a día de hoy y hasta final de año.

Otra de las cuestiones en las que incidió especialmente Ciudadanos y se atribuyó luego como un éxito fue aumentar en un mes -de tres a cuatro- el plazo para ingresar impuestos sin intereses de demora a los contribuyentes que se hubieran visto afectados "por el impacto económico negativo" del coronavirus. Gobierno y Cs también pactaron que el mes de julio fuese hábil en el Congreso y que no hubiera "ninguna mesa de negociación con ERC" a cambio de su apoyo a la prórroga, lo que finalmente tampoco sucedió.

Los desplantes de Rajoy a Rivera

Ciudadanos se convirtió en el socio del PP después de la victoria del expresidente Mariano Rajoy en el año 2016. El PP obtuvo 137 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta necesaria para gobernar. Finalmente, consiguió el apoyo de Ciudadanos, junto al de Coalición Canaria, Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro. Rivera impuso seis condiciones previas como antesala para formalizar un pacto con 150 medidas concretas entre ambos partidos. Rajoy se comprometió a realizarlas pero acabó desdeñando gran parte de ellas una vez convertido en presidente del Gobierno.

La medida más llamativa, sin duda, fue la creación de una comisión parlamentaria de investigación sobre las finanzas irregulares del PP. Se contemplaba tanto en las condiciones previas como en el pacto, en concreto en el número 98. Esta comisión se puso en marcha gracias a la iniciativa del PSOE y de Podemos, a la que sumó Ciudadanos tras constatar que el PP se limitaba a 'marear la perdiz' en esta cuestión y daba largas a su socio de investidura.

Otro de los "desaires" más significativos fue el relacionado con el expresidente de la Región de Murcia, el popular Pedro Antonio Sánchez. Encausado en un procedimiento judicial por la trama 'Púnica' se negó a dimitir pese a las reclamaciones de Ciudadanos, que quedaban reflejadas en una de las seis condiciones previas firmadas en agosto de 2016: dejar un cargo público en caso de investigación judicial. Sánchez, apoyado por la dirección del partido en Génova, dimitió finalmente al apoyar Ciudadanos una moción de censura con el resto de la oposición. Sin embargo, mantuvo su acta de diputado autonómico.

También quedó en saco roto la supresión de los aforamientos —una de las obsesiones de Ciudadanos en aquella época— , el cese de cargos públicos por corrupción o de la limitación de mandatos. Al margen de la comisión de investigación sobre las finanzas irregulares del PP, tampoco se produjo ninguna reforma de la ley electoral, en la que Cs pedía listas desbloqueadas, ni se modificó la supresión de indultos a los condenados por corrupción.

Bal: "El Gobierno ha cumplido con sus compromisos"

El portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, ha asegurado este viernes que su formación ha sido "decisiva" y "responsable" con su poyo al Gobierno de coalición. "Tuvimos una serie de reuniones en las que se consiguieron compromisos, muchos y muy buenos", ha aseverado. Sin embargo, Bal ha lamentado que el Gobierno no se abriera a estudiar un Plan B como alternativa al estado de alarma. "Eso es lo único que puedo echar en cara, pero  todos los demás acuerdos a los que llegamos se se han cumplido", ha dicho.

Ciudadanos también ha reconocido abiertamente su intención de sentarse a negociar los Presupuestos Generales del estado (PGE). Lo hizo el miércoles, cuando aún no se conocían buena parte de los detalles de las Cuentas Públicas, y ni siquiera habían llegado aún al Congreso. Desde la formación admitieron a Público que veían con buenos ojos la propuesta del Ejecutivo.

"Nosotros no negociamos los Presupuestos, pusimos unas condiciones imprescindibles, necesarias para sentarnos. Y se han cumplido", ha manifestado Bal. Los naranjas consideran que el Ejecutivo de coalición ha dejado de lado algunas cuestiones que facilitan que su apoyo, como el hecho de que no se haya producido una subida del IVA en la educación concertada, ni en la Sanidad privada, que las subidas se impuestos se limitan a las rentas más altas (300.000€), y que se haya incluido un Plan de Lucha contra el Fraude.

La formación que dirige Arrimadas aseguró que había llegado a un acuerdo con el Gobierno para que retirase, vía enmienda, el impuesto al diésel que se incluye en los PGE. Sin embargo, desde Unidas Podemos son partidarios de mantenerlo. "El señor Sánchez decidirá si quiere cumplir con sus compromisos, con aquello que se ha comprometido con Cs a la hora de prometeros que no iba a subir el diésel", ha dicho Bal. El futuro dirá si Sánchez es un socio más fiable de lo que que fue Rajoy para los naranjas.

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