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SMI Iglesias negoció con la patronal la subida del salario mínimo con el visto bueno de Sánchez

Fuentes del Ejecutivo de coalición explican que el presidente del Gobierno dio su aval en diciembre a la negociación del vicepresidente segundo y de la ministra de Trabajo para conseguir la subida a 950 euros con la condición de que fuera acordada con sindicatos y patronal. Desde Moncloa alaban la capacidad de diálogo del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

El vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, durante su intervención en la toma de posesión de altos cargos del departamento que preside este miércoles en Madrid. EFE/J.J. Guillén
El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, durante su intervención en la toma de posesión de altos cargos del departamento que preside. EFE/J.J. Guillén

La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 900 a 950 euros anunciada por el Ejecutivo este miércoles, y pactada con la patronal y los sindicatos, es el final de una senda que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, comenzó a transitar en diciembre, con el visto bueno del actual presidente, Pedro Sánchez.

Cuando aún ni siquiera había seguridad sobre la posición de ERC de cara al pleno de investidura de Sánchez -y por tanto aún no se sabía si saldría adelante-, el por entonces presidente en funciones dio luz verde al líder de Unidas Podemos para que peleara por una subida del 5,5% del SMI.

Así lo explican fuentes del Gobierno de coalición, que destacan que la única condición impuesta por Sánchez a Iglesias y a la que después se convertiría en ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue que esta subida se alcanzara con diálogo social. Sólo un año antes, en 2018, el Ejecutivo de Sánchez aprobó una gran subida, pactada con Unidas Podemos, que incrementó el SMI en un 23%, pero esta decisión no se negoció con sindicatos y patronal, a diferencia del acuerdo alcanzado y anunciado por Díaz este miércoles.

Así, tras recibir el aval del entonces candidato a revalidar La Moncloa, Iglesias y Díaz tendieron puentes con la CEOE, CEPYME y los sindicatos CCOO y UGT -a los que hoy Díaz agradeció su "responsabilidad"-. Se coordinaron, apuntan, con la vicepresidenta económica del Ejecutivo, Nadia Calviño.

Iglesias y Garamendi tuvieron una conversación telefónica que sirvió para "encauzar" el acuerdo

Finalmente, la semana pasada Iglesias y Garamendi tuvieron una conversación telefónica que sirvió para "encauzar" el compromiso que ha cristalizado en el acuerdo sellado este miércoles. Este miércoles, desde Moncloa destacaban la "confianza" del presidente en el vicepresidente segundo y en su ministra de Trabajo, y subrayaban el perfil de "gran negociador" de Garamendi.

El mismo que hoy reconocía haberse dejado "pelos en la gatera" para lograr un acuerdo que no satisface a la CEOE, pero que supone reactivar el diálogo social de cara a otros asuntos, como la derogación parcial de la reforma laboral del PP que la patronal no ve con buenos ojos.

El acuerdo de coalición recoge el objetivo de aumentar el SMI hasta "alcanzar progresivamente" el 60% del salario medio en España, "como recomienda la Carta Social Europea".

Calvo se apunta el tanto e Iglesias saca pecho

Por su parte, lejos de fórmulas más explícitas, el vicepresidente segundo del Gobierno reivindicaba sutilmente en la mañana de este miércoles el rol que ha jugado para apuntalar el acuerdo con la patronal, sin desvelar su contenido.

Además de celebrar cómo se ha desempeñado el nuevo Ejecutivo en el inicio de su andadura, Iglesias afirmaba haber conversado con el presidente de la patronal y los secretarios generales de los sindicatos, para constatar que tenían "muy buena voluntad". Poco después, auguraba "muy buenas noticias para los trabajadores", sin concretar más.

Las palabras del vicepresidente segundo llegaban escasas horas después de que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, cerrase la puerta a un incremento del SMI hasta los 1.000 euros.

En una entrevista en la Cadena Ser, Calvo rechazaba un aumento de 100 euros mensuales en el salario mínimo: "De una vez no. Tiene que ser un crecimiento progresivo y asumible por el campo empresarial y que no provoque problemas en las pymes", justificaba.

En la misma entrevista, Calvo desvelaba que el Ministerio que depende de Díaz ya ha cerrado un proyecto de ley para modificar el despido por acumulación de bajas por enfermedad. Incidía en varias ocasiones en que este documento estaba "sobre su mesa".

Horas después, Díaz anunciaba este acuerdo. "Este Ministerio va a hacer grande el diálogo social", prometía, visiblemente satisfecha.

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