El tibio acercamiento entre Sánchez y Feijóo aleja la gran coalición y refuerza la alianza entre el PSOE y Unidas Podemos

Las expectativas y debates acerca de una gran coalición entre el PSOE y el PP que diera un vuelco a las alianzas partidistas actuales en el final de legislatura se han dado de bruces con la política real, la del BOE. Si algo se constató en la reunión mantenida el pasado jueves entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, es que hay poco margen para que ambas organizaciones puedan acordar un programa o una hoja de ruta común.

Feijóo acudió al encuentro abanderando una bajada generalizada de impuestos y Sánchez le respondió con el plan de respuesta al impacto de la guerra que ya está en vigor.

El líder del PP había ofrecido previamente su apoyo al PSOE a cambio de la expulsión de Unidas Podemos del Gobierno de coalición, pero en la reunión se encontró con la defensa por parte del presidente de un plan que, entre otras medidas, contiene una intervención de los alquileres para desligar las renovaciones de la inflación histórica que sufre el país. Una medida propuesta por el espacio confederal.

La reunión había levantado una expectación importante en el socio minoritario del Ejecutivo, sobre todo después de que el líder del PP pidiera abiertamente la ruptura del Gobierno de coalición. Aunque no se temía que este encuentro perturbase la estabilidad de la coalición, el marco del supuesto 'viaje a la moderación' de los conservadores (el PP de Feijóo gobernará con Vox en Castilla y León) podría acercar a las dos principales formaciones del país.

Sin embargo, nada de esto parece haber tenido lugar. Desde ambas partes se constató el tono constructivo y la cordialidad, pero también que no se había producido ningún avance concreto. Sánchez le pidió al dirigente gallego el apoyo de su partido al plan de respuesta a la guerra (que también contiene una restricción importante de los despidos mientras se prolonguen las consecuencias económicas del conflicto), y Feijóo le trasladó su rebaja de impuestos generalizada. No hubo acuerdo.

Tampoco se sacó nada en claro de la paralizada renovación del Consejo General del Poder Judicial, uno de los asuntos que más recelos ha provocado en los últimos años entre el Gobierno y el principal partido de la oposición.

Yolanda Díaz fue informada de los contenidos de la reunión

Para Unidas Podemos, el hecho de que Sánchez cerrase filas con el plan de respuesta a la guerra y no aceptase un debate sobre la bajada generalizada de impuestos supone un refuerzo en la alianza entre ambas formaciones. Después de la división causada por el envío de armas a Ucrania y por la decisión unilateral del presidente de cambiar la posición respecto al Sáhara Occidental, la coalición pasó por momentos muy tensos.

Fueron precisamente los acuerdos alcanzados en el plan de respuesta a la guerra lo que destensó la situación y devolvió a ambos espacios a una senda de colaboración y unidad que, de momento, continúa. Tanto es así que fuentes del Ejecutivo aseguran que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, fue informada de los contenidos que iba a llevar Sánchez a la reunión y, posteriormente, se le comunicó cómo se había desarrollado el encuentro.

Pese a que la gran coalición parece perder fuelle, en el espacio confederal siguen alerta ante eventuales acercamientos. Tras la reunión, varios dirigentes de Podemos (como Ione Belarra y Pablo Echenique) advirtieron al líder del Ejecutivo de que no "cayera en la trampa" de un Feijóo que ha pedido sin tapujos la salida de UP del Gobierno. 

En la formación morada insisten en que si el PP cambia su postura y se abre ahora a renovar el CGPJ, no puede imponer sus "vetos" a Podemos. "No vamos a caer en la trampa, vamos a cuidar la coalición", manifestó Belarra.