Transformar la mayoría social contra Rueda en mayoría parlamentaria, el reto de la izquierda en las autonómicas gallegas
Las fuerzas progresistas pueden optar a la Xunta si logran rentabilizar la fortaleza del BNG en A Coruña y Pontevedra, el desgaste del PP en Ourense por la caída de Baltar, la irrupción de Jácome y la recuperación del PSOE en Lugo.
A Coruña-
En las municipales del pasado 23 de mayo la suma de votos de PP y Vox superó en más de 2,3 millones de sufragios a la de PSOE y Unidas Podemos.
En el poco tiempo que dio Pedro Sánchez para analizarlos antes de convocar elecciones generales, aquellos resultados se leyeron como un fin de ciclo por lo que representaban de catástrofe para la izquierda.
En Galicia, una región malentendida desde hace decenios en el resto del Estado como estructuralmente conservadora –o "geológicamente de derechas", como llegó a definirlo Manuel Fraga-, sucedió justamente al revés.
Entre BNG y PSOE, sin contar ni a Podemos, ni a EU ni a los restos de las mareas municipalistas, sumaron el 23M 115.000 sufragios más que el PP. Casi un 20%.
Menos de dos meses después, y aunque en menor medida, sucedió algo parecido en las generales del 23J. Pese a la caída del PSOE y del espacio de la izquierda alternativa frágilmente aglutinada en torno a Sumar, el nacionalismo y la progresía recabaron en Galicia casi 31.000 votos más que la derecha y la ultraderecha. Un 4%.
Cuando la candidata del BNG, Ana Pontón, y el del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, celebraron el adelanto electoral reafirmando que en Galicia hay posibilidades de arrebatarle la mayoría absoluta al PP, no expresaban una boutade, sino una realidad: los últimos procesos demuestran que hay una horquilla social opuesta, o que al menos no apoya, el proyecto de Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda.
Claro que convertir esa mayoría social en mayoría parlamentaria es otra cosa. Y ahí es donde la izquierda se la juega sobre un escenario muy incómodo que retroalimenta sus contradicciones.
El Parlamento de Galicia tiene 75 escaños y a la Xunta se accede con 38. El PP tiene 42, el BNG, 19, y el PSOE, 14. El espacio de la izquierda alternativa, ninguno.
El Bloque, con 13 de sus diputadas asentadas en las provincias atlánticas, quedó el 23J en tercera posición por detrás de Sumar. Pero en la formación nacionalista recuerdan que las generales se movieron en un contexto de extrema polarización que elevó los discursos de los partidos estatales sobre los relatos como el suyo, centrados en la defensa de los intereses de Galicia.
"En las autonómicas se vota en clave gallega"
"El escenario ahora es al revés. En las autonómicas se vota en clave gallega, el electorado lo sabe y el Bloque y Ana son la formación y la candidata que más se parecen al país", sostienen fuentes de la formación.
Destacan que el perfil transversal de su portavoz nacional puede atrapar votos a derecha e izquierda: en el entorno del PP galleguista, entre la socialdemocracia del PSdeG y en el espacio a la izquierda, dividido entre Podemos y Sumar, que concurrirán a las elecciones con listas separadas tras el rechazo de las bases de la formación morada de hacerlo en coalición.
El BNG llama a concentrar en Ana Pontón el voto de cambio
Tanto el estado mayor del BNG como la tropa que hace campaña desde las redes sociales replican desde hace semanas el mismo mensaje: que lo mejor para asegurar un Gobierno de progreso en la comunidad es concentrar el voto en Pontón. Porque existe el riesgo, aseguran, de que se pierdan miles de sufragios de izquierda si Sumar y sus aliados siguen peleándose por separado por el mismo electorado y no logran entrar en la Cámara.
"El cambio en Galicia puede depender de 50.000 votos", asegura una fuente de Anova, la formación de Xosé Manuel Beiras que rechazó el ofrecimiento de Yolanda Díaz para que su portavoz nacional, Martiño Noriega, encabezara la candidatura de Sumar.
En las últimas autonómicas, con la marca Galicia en común y con Antón Gómez Reino (Podemos) como aspirante, sustentado por la vicepresidenta segunda y su equipo y con Noriega de número tres por A Coruña, esa coalición obtuvo justamente 51.360 votos y se quedó sin escaño.
Multiplicar o dividir
El entorno de Díaz invalida el argumento de que su presencia puede dividir más que multiplicar, recordando que Sumar obtuvo el 23J casi 176.000 sufragios y dos escaños por A Coruña y Pontevedra.
Claro que entonces sí iba en coalición con Podemos, que asumió en Galicia el soporte logístico, organizativo y de medios humanos durante de la campaña.
Uno de esos dos escaños era el de Marta Lois, portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados y que asume ahora el difícil reto de superar la imagen de división y enfrentamiento de su espacio en Galicia y el desencanto que provoca en el elector de izquierdas, para tratar de acercarse a los resultados que logro su partido en las generales.
Quien sí ha planteado que Sumar no se presente en Lugo y Ourense, las provincias donde esa formación tiene menos posibilidades y donde el PP obtuvo en las generales los mejores resultados de todo el Estado, es el PSOE.
Los socialistas no lo hicieron directamente sino a través de filtraciones, que fuentes tanto del entorno de Díaz en Galicia como del candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, niegan rotundamente.
El PSOE se quedó el 23J a 5.200 votos de su segundo escaño por Ourense mientras Sumar no obtenía ninguno con casi 10.000
Lo cierto es que el exdelegado del Gobierno en Galicia y diputado en el Congreso es de Lugo -presidió también la Deputación Provincial-, y este viernes anunció que se presenta por su provincia tras barajar hacerlo por A Coruña.
Lo hará por Lugo porque es consciente de que en las provincias interiores el reparto del voto a la izquierda puede ser clave para decidir la Xunta, teniendo en cuenta los resultados de las autonómicas de 2020 y las generales de 2023.
En las primeras, Sumar no tuvo escaño por Lugo con sus 3.715 votos, cuando al PSOE le faltaron menos de 1.300 para robarle uno al PP en esa provincia. En las generales, Sumar no obtuvo diputado por Ourense con más de 9.800 votos, cuando los socialistas solo necesitaban 5.200 para llevarse otro, también, a costa del PP.
Jácome y Baltar
También teme a Ourense el Partido Popular, donde el alcalde de la capital provincial, Gonzalo Pérez Jácome, tiene posibilidades de pelear por uno o por incluso dos escaños de los ocho que se juegan en la provincia y que hoy son del PP si se repitieran en la provincia los resultados de las municipales.
Jácome quiere y puede aprovechar la caída de Manuel Baltar y la previsible descomposición de la red clientelar con la que el PP ha cimentando sus victorias electorales en la provincia. El presidente de Democracia Ourensana quiere tejer su propia red para elevar a autonómico su proyecto local.
Público no ha podido confirmar la veracidad de las informaciones de algunas fuentes de la provincia que aseguran que Xosé Luis Baltar, padre y antecesor del expresidente y hoy senador procesado por el Supremo, y muñidor de esa añeja red de intereses, esté pidiendo el voto para Jácome en los municipios de Ourense donde hay alcaldes del PP que aún le son afines.
Lo que sí ha podido constatar este diario es que el líder de Democracia Ourensana mantiene buenas relaciones con el entorno de su otrora enemigo, que ni siquiera oculta. Jácome y su candidato, Armando Ojea, se reunieron hace unos días en una céntrica cafetería ourensana con Jorge Pumar, un exdiputado provincial y concejal vinculado desde hace lustros al círculo más íntimo de los Baltar.
A Feijóo y a Rueda les preocupa Jácome, no sólo porque les va a robar votos, sino porque si además acaba teniendo en sus manos la llave de la Xunta resultaría un ejemplo penoso para el resto del Estado al verse obligados a pactar con él. "A ver cómo justifican entonces el argumento de que Pedro Sánchez está dispuesto a todo por mantenerse en el poder", destaca otra fuente socialista.
Vox y el candidato blandito
Para el PP, Jácome es un quebradero de cabeza, como también lo es Vox, que a pesar de su irrelevancia en Galicia puede robarle a los populares el votante que ve al sucesor de Feijóo como un político demasiado blandito y sin el tirón y el carisma del presidente del PP.
A Rueda no le van a sobrar los votos, y Vox, que obtuvo más de 77.000 sufragios el pasado julio en Galicia, mantiene en la comunidad un suelo electoral próximo al 5%. En ese límite está la barrera mínima legal para acceder al Parlamento de Galicia, aunque es difícil obtener un escaño con menos del 8% de los sufragios.
Vox puede robarle al PP unos votos insuficientes para sacar un escaño, pero suficientes para que Rueda no lo obtenga
Es decir, que la formación de Abascal podría birlarle al PP una cantidad de electores insuficiente para obtener representación, pero sobrada para mermar la de los populares en favor, paradójicamente, de la izquierda.
Sería "hacer el idiota", en palabras del ferrolano Miguel Tellado, portavoz del grupo popular en el Congreso y factótum del ala dura del entorno de Feijóo.
Tellado lo sabe por experiencia propia. El 23J obtuvo su acta de diputado encabezando la lista de A Coruña, donde en las autonómicas de 2020 el PP ganó otro de los escaños clave en la última mayoría absoluta de Feijóo por menos de 13.000 votos. Vox saco en esa provincia mas de 33.000.
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