Este artículo se publicó hace 4 años.
Urkullu ganaría con comodidad, aunque en Euskadi sería posible un tripartito vasco mayoritario de izquierdas
El miedo al virus y las fechas estivales restarán mucha participación a las autonómicas de este domingo en Euskadi, pero igualmente se reforzará el PNV en el poder, así como los socialistas vascos que lo apoyan, según las estimaciones de Key Data para Público, que también prevé un fortalecimiento de EH-Bildu como número dos en el Parlamento Vasco.
Carlos Enrique Bayo
Madrid-Actualizado a
Íñigo Urkullu superará ampliamente los resultados electorales que obtuvo en 2016 y podrá seguir gobernando Euskadi, con una mayoría reforzada también por el crecimiento del PSE, porque los electores vascos valoran positivamente su gestión durante la emergencia del coronavirus. En cambio, la alianza entre el Partido Popular y Ciudadanos le restará al PP este domingo gran parte de los votos y un tercio de los escaños que ganó en solitario hace cuatro años.
Estas son algunas de las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data en su nueva oleada del Observatorio Continuo para Público –un desk research ponderado en base a las más relevantes encuestas publicadas–, que también prevé el fortalecimiento del partido independentista EH-Bildu como segunda fuerza política en el Parlamento Vasco.
Tanto es así que, si los resultados del domingo son como apuntan las encuestas en este momento, existiría la posibilidad de que se formase un Gobierno de EH-Bildu con los socialistas y la confluencia de Unidas Podemos en Euskadi. Algo que no parece probable ni siquiera si estos datos se confirmasen, pero que por primera vez se ve como posible durante la campaña electoral(*) a pesar de que ya se da por seguro que Elkarrekin Podemos-IU sufrirá un importante descenso en votos y escaños, tal como se aprecia en la siguiente tabla completa de estimaciones de Key Data:
Bildu+PSE+UP sumarían 38 escaños y 48% de votos válidos
Como se puede ver en estas previsiones, la suma Bildu+PSE+UP volvería a alcanzar los 38 escaños –que constituyen mayoría absoluta sobre 75 parlamentarios en total–, al tiempo que reuniría un 48% de los votos válidos emitidos. Aunque, por supuesto, la mayoría formada por PNV+PSE sería bastante más amplia: 42 diputados que representarían al 54% de los votantes y a un tercio de los electores censados en Euskadi.
En cambio, la estrategia fraguada por Pablo Casado de aliarse con el nuevo Ciudadanos de Inés Arrimadas –que antes del inicio de la campaña parecía que podía salvar los muebles de la derecha "constitucionalista" en Euskadi– no sólo no ha cuajado, según las encuestas, sino que tendría un efecto bumerán: el PP perdería el 27% de sus votantes y tres de los nueve escaños que obtuvo por su cuenta en 2016.
Al pacto de Casado y Arrimadas le saldría el tiro por la culata: perderían casi un 40% de sus electores
El tiro por la culata del pacto Caso-Arrimadas sería doloroso para ambos, puesto que si se suman los votantes vascos que consiguieron sus partidos hace cuatro años (unos 130.000, que ahora no llegarían a los 80.000), resulta que habrían perdido en conjunto casi un 40% de su apoyo electoral. Una debacle que además estaría lastrada por la defenestración del histórico líder del PP vasco, Alfonso Alonso, para sustituirlo por el duro Carlos Iturgaiz, el candidato de la extrema derecha del PP y del expresidente Aznar.
Esa apuesta antinacionalista se estrellaría estrepitosamente porque la alianza PP+C's no lograría atraer más que a un puñado de los anteriores votantes vascos de Ciudadanos (unos 6.000, según los cálculos de transferencias de voto de Key Data), al tiempo que perdería a más de la cuarta parte de los electores que eran fieles al PP de Alonso.
Nuevo reparto de diputados por provincias
Por provincias, las pérdidas de escaños de PP+C's y de EP-UP estarían muy repartidas, con un diputado menos por circunscripción para cada una de esas coaliciones. No obstante, los que se beneficiarían de esos saldos negativos serían diferentes en Guipúzcoa, donde ganarían los abertzales, que en Vizcaya y Álava:
En Vizcaya, PNV y el PSE ganarían un diputado cada uno. En Guipúzcoa, los escaños irían a parar al PNV y a EH-Bildu. En Álava, los beneficiados por esos puestos disponibles volverían a ser el PNV y el PSE.
*Corrección
En la primera versión de este artículo se afirmaba que por primera vez sería posible un tripartito Bildu-PSE-UP, porque se tomaron los datos ofrecidos en la noche electoral de 2016, en los que EH-Bildu se quedaba en 17 escaños y el PNV alcanzaba los 29 diputados.
No obstante, se impugnaron los resultados provisionales de mesas en Bermeo, Basauri, Getxo y Bilbao porque los resultados no cuadraban con las actas, perdiendo un escaño el PNV en Vizcaya, en favor de Bildu, de forma que dicho tripartito ya hubiera sumado los 38 diputados de la mayoría absoluta durante la pasada legislatura. Una posibilidad que nunca se barajó durante la campaña electoral de aquel año, mientras que en ésta ha sido objeto de amplia polémica tras proponerla la líder de Elkarrekin-Podemos.
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