/

Míralo desde el otro lado: ¿por qué hacemos ghosting?

Rara es la persona a la que no hayan hecho ghosting en la vida. Sin embargo, tras este comportamiento subyacen diversos motivos que hemos de ser capaces de conocer y analizar para poder comprender mejor a los otros o incluso a nosotros mismos si somos quienes actuamos de tal forma.

Así que en esta ocasión te proponemos preguntarnos por qué hacemos ghosting y descubrir algo más sobre una forma de comportarse en las relaciones personales que, pese a haber existido siempre, parece haberse incrementado en los últimos años.

¿Qué es el ghosting?

Mujer con móvil
Mujer con móvil/Foto: Pixabay

El ghosting es una forma más de comportamiento de las personalidades pasivo-agresivas, las cuales para poner fin a una relación de cualquier tipo, ya sea amistosa, laboral, familiar o de pareja, cortan de golpe la comunicación sin ninguna explicación ni motivo. La otra persona no tiene así ni derecho a réplica y ni siquiera tiene por qué comprender qué es lo que ha pasado.

El ghosting resulta algo especialmente habitual en las relaciones de pareja en las que uno desaparece como un fantasma sin dejar rastro, así como en las amistades íntimas, en las que una de las partes también se volatiliza como por arte de magia. Pero también sucede con frecuencia en relaciones laborales, amistades o parejas incipientes en las que, después de unas pocas citas en las que todo parece haber ido de maravilla, una de las partes deja de dar señales de vida.

Este comportamiento no deja de ser una especie de maltrato emocional para aquella persona que es objeto del fantasma, que se sirve de esta práctica para mostrar hostilidad. De hecho, puede aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo si la persona afectada, que suele poseer una empatía de la que el otro carece, no pone límites al respecto.

Ghosting y redes sociales

Redes sociales
Móvil con redes sociales/Foto: Pixabay

Aunque esta manera de actuar ha existido siempre (¿quién no recuerda aquello de se fue para comprar tabaco y no volví a verlo en la vida?), ha aumentado considerablemente durante los últimos tiempos a causa de las redes sociales. Estas se convierten en una herramienta fácil y sencilla con la que cortar el trato personal, no dando respuesta a un mensaje o desapareciendo de las redes de la otra persona sin mediar motivo, incluso bloqueándola en todas ellas. Al fin y al cabo, esto resulta más cómodo que dar la cara y acompañar el discurso de argumentación y asertividad antes de tomar una decisión.

¿Por qué hacemos ghosting?

Chica con móvil ghosting
Chica con móvil/Foto: Pixabay

Los motivos por los que una persona hace ghosting pueden ser de lo más variado: desde el miedo a mostrarse vulnerable al miedo al conflicto, sin olvidar otras causas como estar enfadado con la otra persona y ser incapaz de gestionarlo, o que simplemente no le apetezca sentir emociones desagradables ante una situación que no es de tu agrado, lo cual también implicaría inmadurez y egoísmo.

De igual modo, la causa puede ser algún rasgo de personalidad como el orgullo, que conduce a evitar este tipo de situaciones movidos por el rencor; el narcisismo, motivado por el placer de creerse y sentirse superior a los demás; o la cobardía, ante el temor a cómo pueda reaccionar la otra persona si le dices lo que piensas.

Relaciones sanas

Mujeres
Mujeres abrazadas/Foto: Pixabay

En todo caso, hay algo de lo que debemos ser conscientes. Y es que para mantener relaciones sanas y honestas es inevitable tener que pasar por conversaciones incómodas, puesto que los malentendidos y los desacuerdos forman parte de la vida misma, sobre todo, si hablamos de relaciones íntimas más allá de la frivolidad de determinados tratos en los que no se profundiza en la comunicación ni en la confianza con los otros.

Por ello, es necesario reflexionar qué decir y cómo decirlo para poder afrontar estas situaciones, con cuidado y respeto. De tal modo, se deben elegir las palabras para comunicar al otro cómo nos sentimos y por qué estamos molestos, enfadados o desinteresados para poder hacer frente al motivo que causa esas emociones. De tal modo, no solo daremos la oportunidad a la otra persona a explicarse sino que seremos honestos a la hora de tomar una decisión y, si vamos a romper el trato con ella, cerrar la relación de manera adecuada sin que queden resquemores, rencores ni cabos sueltos que solo nos harán daño a nosotros mismos.

Recuerda que una persona adulta y madura, si hablamos en términos psicológicos, no debería hacer ghosting, puesto que ha de contar con las habilidades sociales y la empatía necesarias como para poder afrontar una situación incómoda con la intención de subsanarla o de ponerle fin. En todo caso, la gestionaría sin problema y no le causaría ningún trastorno hacerle frente. Como resultado, no solo la madurez sino también la inteligencia emocional vuelve a marcar aquí la diferencia.



1 Comment

  1. Me pregunto porque rayos no lo llaman de acuerdo al idioma? Seria asi como efecto fantasma, ,todo es inglesalizado!!!

Dejar una respuesta

Your email address will not be published.