Abocado al desahucio sin saber por quién: Sareb, una promotora en quiebra y una casa sin dueño aparente
Tras tres órdenes de desahucio aplazadas, Jostin se enfrenta a abandonar su casa por una denuncia de alguien que nunca fue propietario de la vivienda.

Madrid--Actualizado a
La historia de Jostin es el reflejo de la ferocidad del mercado y de la inestabilidad de la vivienda; también de los escasos derechos que tiene un inquilino que está en régimen de alquiler. Es posible que, más temprano que tarde, Jostin sea desahuciado de una casa que el dueño siquiera ha reclamado. No sabía quién le cobraba el alquiler y, aunque la propiedad ha cambiado varias veces de manos, arrastra pleitos de gestores anteriores, ni siquiera de los dueños legítimos.
Por medio de este desahucio está, además, la Sareb, el banco malo creado durante la crisis del ladrillo para engullir la deuda de bancos y promotoras con pisos impagables. Jostin vive en Tetuán y lleva tres órdenes de desahucio pospuestas y la próxima semana le llegará una cuarta, cuentan sus compañeros de sindicato. Este viernes estaba programada una orden de expulsión del piso donde vive desde hace años, pero ha logrado un nuevo aplazamiento después de mucha pelea. Su situación tiene un toque absurdo e incluso podría definirse como cómica si no fuese porque un hombre puede quedarse en la calle.
"He podido dormir bien desde el aplazamiento —narra Jostin a Público—, pero no podía dormir del estrés, estaba muy preocupado. Espero lograr un alquiler social con el actual propietario, pero el caso roza lo absurdo. Me piden los pagos desde 2018, cuando ya no eran propietarios. Además, es absurdo que te denuncie alguien a quien no pertenece el piso", zanja el afectado.
El joven, de 32 años y con dos hijos, reside en un piso de alquiler en Tetuán, un barrio del norte de Madrid. La casa, como todo el bloque, era propiedad de una promotora que externalizaba la gestión a una compañía llamada Urbi Class, la responsable de cobrar las cuotas de alquiler e hipotecas.
Fue entonces cuando se inició el desencuentro. La promotora quebró y la Sareb se adueñó de las viviendas. Urbi Class siguió como gestora de los pagos y cuando Jostin tuvo que dejar de pagar su alquiler, empezaron los trámites para su desahucio. Mientras tanto, Sareb sacó la casa a subasta pública y esta fue adquirida por un particular que por ahora no se ha manifestado. Pero la orden de demanda sigue adelante a pesar de que Sareb ya no es propietaria del piso. De llevarse a cabo, Jostin tendría que abandonar la casa por una denuncia de alguien que ya no es propietario de la vivienda. Nadie se ha puesto en contacto con él para intentar negociar un alquiler asequible. "Si este desahucio se produce, lo hace una inmobiliaria cesionaria a la que encargó Sareb, pero que no es la actual propietaria", denuncian desde el Sindicato de Vivienda de Tetuán.
Un conflicto de una casa sin dueño
El Sindicato de Vivienda de Tetuán explica el conflicto: "Ellos seguían pagando el alquiler todos los meses. Cuando se enteran de que la promotora había quebrado, preguntan a quién están pagando el alquiler. Tras intentar contactar con la Urbi Class, la inmobiliaria no da respuesta. Es ahí cuando los vecinos se plantan y deciden dejar de pagar porque entienden que están pagando a quien no es propietaria".
El Sareb fue un invento del Gobierno de Mariano Rajoy en plena crisis del ladrillo para almacenar todos los restos de vivienda impagada de los bancos y las promotoras que se fueron a pique. Una jugada que compra como deuda pública (a pesar de tener capital privado) y que elevó tres puntos el déficit de España.
Esta semana, Pedro Sánchez anunció que el Estado asumirá la factura de unas 40.000 viviendas que pasarán a la nueva Empresa Pública de Vivienda dentro del paquete de medidas para el problema del acceso a la vivienda que atraviesa España.
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