Público
Público

Basir, superviviente de la tragedia de Melilla, recurre a la Audiencia Nacional tras un año ignorado por el Gobierno

El sudanés, devuelto irregularmente a Marruecos tras cruzar a Melilla en 2022, pidió protección internacional en España ante la embajada en Rabat, pero no ha tenido respuesta. Ahora reclama a los tribunales su "traslado urgente" a territorio español. 

El joven sudanés Basir (nombre ficticio para proteger su identidad) junto a su abogado Arsenio G. Cores en la Embajada de España en Marruecos, a 13 de diciembre de 2022.
El joven sudanés Basir (nombre ficticio para proteger su identidad) junto a su abogado Arsenio G. Cores en la Embajada de España en Marruecos, a 13 de diciembre de 2022. CEDIDA

Después de un año esperando en vano la respuesta del Gobierno español a su solicitud de protección internacional, Basir, un refugiado sudanés que sobrevivió a la tragedia de la valla de Melilla de junio de 2022, se ha visto obligado a acudir a la Audiencia Nacional para que su caso salga de un olvido que parece interesado.

Hace más de un año que este joven, perseguido en su país por motivos religiosos, desafió al sistema legal de asilo y, en una iniciativa inédita, decidió pedir protección internacional en España. Lo novedoso de este caso es que Basir no está en territorio español. Sigue atrapado en Marruecos desde que fuera devuelto de forma irregular por la Guardia Civil, como otros 470 refugiados que lograron cruzar la valla de Melilla aquella trágica jornada en la que murieron al menos 23 personas. Los más de cien refugiados que sí consiguieron llegar al CETI de Melilla ese día pudieron pedir asilo y su solicitud fue admitida.

Pero este derecho le fue negado a Basir, que denuncia haber sido sometido a un trato inhumano y degradante en la frontera de Melilla y tras su devolución. Ahora intenta ejercerlo sin tener que arriesgar su vida en las vallas fronterizas o en una patera. Le ampara el artículo 38 de la Ley de Asilo, que establece la posibilidad de pedir protección internacional en embajadas y consulados españoles.

Invocando este artículo, Basir acudió a la embajada española en Rabat el 13 de diciembre de 2023, acompañado de dos abogados, Arsenio G. Cores y Adilia de las Mercedes, de Demos, Estudio Legal de Derechos Humanos. Su petición fue recibida y Basir fue entrevistado por funcionarios de la embajada el pasado marzo.

Pide su traslado urgente a España

Desde entonces, el Gobierno español ha ignorado por completo su petición, que debería haber sido respondida en los seis meses siguientes. Ante el silencio del Gobierno de España, el pasado 8 de diciembre sus abogados presentaron ante la Audiencia Nacional una medida cautelar en la que pedían el traslado urgente de Basir a territorio español.

Según aseguran sus abogados a Público, la medida cautelar ha sido admitida por la Sección segunda de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional. Recurren así la ausencia de respuesta en plazo por parte de la Embajada de España en Marruecos, que según la ley de asilo es la encargada de atender la petición y decidir si le concede a Basir un salvoconducto para residir en España mientras la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), dependiente del Ministerio del Interior, estudia su expediente.

"Es incomprensible que un Gobierno progresista mantenga a Basir en un entorno torturante"

Sin embargo, en todo este tiempo no han tenido noticias del embajador español en Marruecos ni del Ministerio de Asuntos Exteriores. El Ministerio no precisa las razones de este retraso y justifica en la "confidencialidad de estos casos" su negativa a responder a las preguntas de Público.

Más de un año viviendo en la calle

En declaraciones a Público, desde una ciudad marroquí que prefiere ocultar por seguridad, Basir asegura que su situación no ha cambiado en todo este tiempo. "Mis condiciones son muy duras aquí", asegura. "Sin trabajo, sin un lugar donde vivir, escondido de las autoridades y de algunos civiles, sin atención médica. Mi vida es solo una supervivencia muy arriesgada y dura", resume el sudanés.

Basir se siente "profundamente decepcionado después de esperar tanto tiempo un respuesta del Gobierno" español. "No tengo otra elección. Lo único que hago en intentar sobrevivir hasta que se reconozca mi derecho a ser trasladado a lugar seguro para mí", expone.

"Resulta incomprensible que un gobierno progresista, que se dice defensor de los derechos humanos, mantenga de manera injustificada a Basir en un entorno torturante y bajo el riesgo de volver a ser torturado por fuerzas y cuerpos de un Estado donde esta vulneración de derechos humanos es práctica común contra las personas migrantes y refugiadas, en especial cuando son africanas y negras. Confiamos en que, como ha ocurrido en otras ocasiones, los tribunales corrijan esta mala actuación del Gobierno y garanticen los derechos humanos de Basir", asegura su abogado.

Según Basir –y numerosas organizaciones– es habitual que las fuerzas de seguridad marroquíes detengan a migrantes subsaharianos de forma arbitraria. "A veces te expulsan del país, te dejan en desierto, en la frontera. No sé por qué tratan así a la gente negra. Vulneran todos nuestro derechos", lamenta el joven.

El Congreso pidió al Gobierno el traslado de Basir

El caso de este refugiado llegó a ser debatido incluso en el Congreso de los Diputados. En la misma moción en la que el Parlamento reprobó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por su gestión de la tragedia de Melilla, la Cámara Baja aprobó un proposición en la que también pedía al Ejecutivo el traslado de Basir a España. Hoy, Marlaska sigue al frente de Interior en el nuevo Gobierno de coalición, mientras Basir sobrevive en condiciones precarias y de inseguridad en Marruecos.

El caso de Basir ha puesto al Gobierno en un serio dilema: ignorar sus propias normas de asilo o abrir la puerta a que otros refugiados sigan los pasos del sudanés. Marlaska ha repetido en numerosas ocasiones que no es necesario "violentar las fronteras españolas" para solicitar protección internacional en España. Sin embargo, la realidad de Basir demuestra que no es cierto.

La Fiscalía, en el decreto con el que exculpó a España de cualquier responsabilidad en las muertes de la tragedia de Melilla, reconocía y criticaba que las personas subsaharianas tuvieran que arriesgar así su vida para poder pedir asilo en España. El documento pedía al Gobierno desarrollar el artículo 38 de la Ley de Asilo, el mismo que invoca Basir, para evitar que tragedias como la de Melilla vuelvan a repetirse.

"Esta demora arbitraria e injusta por parte de la embajada española en Marruecos para resolver la petición de Basir demuestra una vez más que el ministro del Interior y el Gobierno faltan a la verdad cuando aseguran la existencia de supuestas vías seguras para acceder al procedimiento de protección internacional en las embajadas", asegura a Público la abogada Adilia de las Mercedes. "Para las personas negras esas vías son simplemente inexistentes", añade.

Esa idea ya le fue trasladada por el propio Basir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En una carta manuscrita remitida a Sánchez, en el aniversario de la tragedia de Melilla, el sudanés le preguntaba: "¿Es mi color de piel me los que me impide recibir el mismo trato que los ucranianos?". Tampoco tuvo respuesta.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias