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La carta de despedida de una enfermera de las Urgencias de la Paz: "Paso vergüenza por las condiciones de los pacientes"

Una trabajadora renuncia a su puesto en el hospital madrileño cansada de las pésimas condiciones de un servicio colapsado a diario. Denuncia que nadie escucha a los profesionales sanitarios. "Esto cada vez va a peor", afirma.

Enfermos Urgencias de la Paz
Pacientes hacinados en los pasillos del hospital de La Paz de Madrid, en una imagen de archivo. TRABAJADORES DE LA URGENCIA DE LA PAZ

Las pésimas condiciones laborales y el permanente colapso de las Urgencias del Hospital de La Paz en Madrid pasan una alta factura a los profesionales sanitarios que trabajan en este servicio. El fenómeno no es nuevo: sindicatos y profesionales denuncian desde hace ya bastantes años que las trabajadoras que están en primera línea, fundamentalmente las enfermeras, sufren de manera recurrente cuadros de estrés, ansiedad y fatiga.

El día a día que tienen que enfrentar los profesionales es desolador: pacientes hacinados en los pasillos, una total falta de medios para hacer frente al aluvión de enfermos y horarios desquiciantes terminan por dejar huella. Tanto es así, que esta misma semana se ha hecho pública la carta de renuncia de una enfermera que trabajaba como interina en las Urgencias de La Paz.

La carta ofrece una dimensión real de lo que está ocurriendo en el hospital madrileño día tras día. Las condiciones de trabajo son tan deplorables que la enfermera en cuestión ha preferido engrosar las filas del paro a seguir soportando lo que ella misma define en su misiva como "una situación terrible y crítica". La enfermera, que prefiere mantener el anonimato, se ha mudado a una comunidad autónoma del norte donde ya ha empezado a buscar trabajo en unas condiciones mejores.

Confesando su desilusión y su decepción, la enfermera cuenta que deja su trabajo después de más de seis años trabajando en las Urgencias de La Paz porque no puede más. "El personal de enfermería está agotado física y psicológicamente por la carga laboral a la que está sometida diariamente, con salas llenas a más del doble de su capacidad día tras día. La ratio enfemera-paciente es muy alta, lo que conlleva un aumento del riesgo de equivocaciones y una pésima calidad de los cuidados básicos a pesar de nuestro gran esfuerzo", explica la profesional.

"Personalmente, paso vergüenza por la situación de hacinamiento y las condiciones en las que están los pacientes", añade la profesional sanitaria. "Esto es el día a día desde hace muchos meses", denuncia la profesional.

A todo ello hay que sumar horarios locos, absolutamente incompatibles con cualquier tipo de conciliación, con turnos mal diseñados y con una brutal carga de trabajo con –a veces– turnos extenuantes de 16 y 17 horas seguidas.
"A pesar de estar habitualmente las salas a más doble de su capacidad, prácticamente nunca se aumentan las presencias, la solución siempre es sacarnos de un sitio a apoyar a otro, lo que conlleva un potencial aumento de errores y agotamiento del personal", prosigue la enfermera al contar cómo es un trabajo al que, según explica, llegó "ilusionada y motivada" y que años después ha tenido que abandonar tras tomar "una difícil decisión".

 Además, fruto de esa situación, las profesionales sanitarias tienen que soportar que pacientes y familiares paguen con ellas su malestar. "A la gran carga de trabajo, se suma un ambiente agresivo y hostil", explica la profesional.

La carta de despedida de esta profesional es también una permanente denuncia de las malas prácticas de los responsables del hospital de La Paz. "Hemos expresado nuestro malestar y descontento en innumerables ocasiones, pero nadie nos escucha y nadie nos toma en serio. La Enfermería está muy maltratada en este servicio. Las cosas cada vez van a peor", apunta.

"Como persona y como enfermera no quiero ser partícipe de cómo se están cruzando unas líneas rojas a las que no se debería haber llegado, por lo que no veo otra salida más que renunciar a mi puesto de trabajo. Espero que mi cese pueda ayudar a visibilizar un poco la situación y a que cuiden de mis compañeros que se dejan la piel día tras día para que salga todo el trabajo adelante, intentando atender lo mejor posible a todos los pacientes a pesar de las circunstancias", concluye la enfermera.

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