Este artículo se publicó hace 4 años.
Fauna en peligroDos cazadores matan a dos osas en peligro de extinción durante una batida de jabalís
La Fundación Oso Pardo ha iniciado acciones legales para pedir el esclarecimiento de la muerte a tiros de dos hembras de oso pardo en el transcurso de cacerías de jabalís en el Pirineo aragonés y en el Parque Natural de la Montaña Palentina.
Durante la jornada de este domingo, dos cazadores han matado a tiros a dos hembras de oso pardo en el transcurso de una cacería de jabalís en el valle de Bardají, en el Pirineo aragonés, y otra en el Parque Natural de la Montaña Palentina. Ambas ejemplares estaban protegidas debido a que la especie se encuentra en peligro de extinción.
La primera osa se trata de Sarousse, establecida en la Ribagorza aragonesa desde 2010, donde fue tiroteada por un cazador que se encontraba en una batida de jabalís y que, según fuentes del Gobierno de Aragón, ha alegado "defensa propia". Los perros que acompañaban la cacería motivaron la salida de la hembra de oso pardo que, al acercarse al grupo de cazadores, recibió varios disparos a corta distancia.
Tras el incidente, la batida fue suspendida y se avisó a la Guardia Civil que, finalmente, certificaría la muerte del animal. Sarousse se convierte en la tercera víctima mortal en la colonia de osos del Pirineo en lo que llevamos de año tras la muerte de Cachou y la de otro ejemplar el pasado verano.
Sarousse fue introducida en el Pirineo francés el 21 de agosto de 2006. La osa fue vista con vida por última vez el pasado mes de septiembre en la zona de Espés Alto, en el municipio de Laspaúles gracias a unas cámaras de fototrampeo.
La segunda fue abatida en el Parque Natural de la Montaña Palentina por un cazador que, al parecer, la confundió con un jabalí. Además, también se trata del tercer oso tiroteado por cazadores locales en los últimos años, debido supuestamente a confusiones con jabalís.
Seprona investiga ambas muertes
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investigan la muerte de la osa Sarousse, según lo ha confirmado el teniente jefe del Seprona en Huesca, Rubén González, quien ha incidido en la necesidad de analizar los datos de la necropsia hecha este lunes, así como los testimonios del cazador que le abatió y del resto de cazadores que tomaban parte en la batida.
Según informó el Gobierno aragonés poco después de producirse la muerte de la osa, el autor de los disparos relató a los agentes desplazados a la zona que el animal le sorprendió de repente en su mismo camino y continuó hacia él a pesar de los gritos dados para asustarle. Detalló, además, que tuvo que efectuar varios disparos para protegerse de un posible ataque. Su testimonio fue corroborado por los compañeros de batida del cazador.
El jefe del Seprona ha rechazado dar detalles de la investigación, de la que se encarga el Juzgado de Instrucción de Boltaña, a la espera de que se produzca el análisis de toda la información. Mientras tanto, el cazador permanece a disposición de la juez en calidad de investigado.
Por su parte, la Guardia Civil de Palencia investiga a un vecino de la localidad palentina de Velilla del Río Carrión como el presunto autor de un delito de caza contra la flora, la fauna y animales domésticos en el caso de la osa abatida en el Parque Natural de la Montaña Palentina .
Hasta el lugar de los hechos se trasladaron agentes de la Guardia Civil que se encargaron del reconocimiento del terreno, de la realización de la inspección ocular y posterior levantamiento del cadáver y de la instrucción de las diligencias para la investigación de las posibles responsabilidades penales y/o administrativas que se desprendan de la investigación de los hechos.
Tras su levantamiento, se trasladó al animal para su análisis y estudio a los laboratorios del Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos. Las diligencias han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cervera de Pisuerga.
La Fundación Oso Pardo inicia acciones legales
La Fundación Oso Pardo (FOP) ya ha iniciado acciones legales para pedir el esclarecimiento de la muerte a tiros de ambas hembras de oso pardo en el transcurso de las supuestas cacerías de jabalís.
La FOP ha solicitado a las Fiscalías Superiores de Justicia de Castilla y León y de Aragón que ordenen el inicio urgente de Diligencias de Investigación para asegurar la obtención de todas las pruebas necesarias que permitan aclarar lo sucedido y comprobar si hay responsabilidad penal en los actos de caza mencionados y ello con todas las garantías procesales requeridas, según informa a través de un comunicado.
"No debe olvidarse que los actos de caza de especies en peligro de extinción pueden conllevar penas de hasta dos años de privación de libertad, y tres años, si es un espacio natural protegido; además de graves inhabilitaciones. Quizás sea el momento de plantearse el agravamiento de las penas de estos delitos, a la vista de la reiteración de estas muertes en circunstancias similares", explican.
Cambio en la forma de cazar o prohibición de la caza
Los casos de "confusiones con jabalís" son situaciones que para la FOP exigen cambios de calado en la práctica de la caza en zonas oseras, tal y como vienen planteando en las mesas de trabajo con la administración, en concreto con la castellanoleonesa en los últimos dos años.
"La FOP considera ineludible que el compromiso de los cazadores en zonas oseras sea firme y formal, es decir, que cada cazador participante reconozca por escrito que es conocedor de las buenas prácticas a seguir en un área con presencia de osos, y se atenga a las consecuencias de no cumplirlo. La FOP comenzará las gestiones de forma inmediata y las extenderá a las administraciones del ámbito pirenaico, así como a mesas de trabajo con la Real Federación Española de Caza para mejorar la formación y la sensibilización de los cazadores", agrega.
Por otra parte, algunas voces están reclamando la prohibición de la caza en zonas oseras. En este sentido manifiestan al respecto que no es un escenario realista debido a la extensa área, de miles de kilómetros cuadrados, por la que se distribuye la especie actualmente.
También subraya que uno de los motores fundamentales de la recuperación del oso pardo cantábrico ha sido el diálogo permanente y el acuerdo con los habitantes del territorio; con todos los sectores que integran el medio rural, entre ellos el de la caza. "Esta es una realidad incontestable que es reconocida internacionalmente como un éxito de conservación, y que requiere por parte del conjunto de la sociedad una respuesta alejada de argumentos polarizados", concluye.
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