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COP 25 La otra cumbre del clima: los colectivos sociales se movilizan para arrancar compromisos medioambientales

Los colectivos sociales han organizado una 'contracumbre' paralela en Madrid en la que, además de la gran manifestación del día 6, se organizarán debates y acciones que visibilicen la brecha de compromisos ecologistas entre la clase política y la sociedad civil.

Protestas contra el cambio climático. / Reuters

alejandro tena

Las calles de Chile no son aptas para cumbres por el clima. Así lo entendió el presidente Sebastián Piñera, que decidió cancelar el evento y buscar un lugar en el que las protestas no interfieran demasiado en el escenario de negociación multilateral para la lucha política contra el cambio climático. Ese lugar es Madrid. La capital española se convertirá, desde el 2 al 13 de diciembre, en el centro mediático del planeta, ya que dará espacio al ejecutivo latinoamericano para que pueda presidir la COP 25 en la que la comunidad internacional pretende cerrar los compromisos necesarios para que el Acuerdo de París pueda comenzar a funcionar bajo unos criterios de ambición.

El traslado de la sede a Madrid, sin embargo,  no ha servido para calmar los ánimos, en tanto que las protestas contra el Gobierno se han incrementado durante los últimos días. Las organziaciones ecologistas chilenas llevaban meses preparando una cumbre paralela de carácter ecosocial y el cambio de sede no será una barrera que ésta se desarrolle. Más bien lo contrario. Tanto es así, que el movimiento climático español ha planteado un escenario de convulsión social para tratar de mostrar su hermanamiento con los colectivos del país andino y sacar a las calles todo el musculo posible durante las dos semanas que durarán las reuniones de Ifema, lugar donde se desarrollará la COP 25.

"Tenemos un deber de solidaridad con el pueblo chileno y con muchos otros que viven una situación similar"

“Salir a las calles es fundamental. No solamente porque sea nuestro deber como ciudadanas, sino porque tenemos un deber de solidaridad con el pueblo chileno y con muchos otros que viven una situación similar”, explica Vanessa Álvarez, portavoz de Alianza por la Emergencia Climática, una de las plataformas principales de esta cumbre social. De alguna forma, el escenario que se abre en Madrid pretende ser un reflejo del descontento social que impera en los países del cono sur.

“Siendo conscientes del claro eurocentrismo que implica la celebración de una COP en un país europeo por tercer año consecutivo, aceptamos el reto de articular protestas y críticas contra estas políticas como una enorme responsabilidad. Lo hacemos desde la rabia e impotencia ante las injusticias y atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo chileno, desde la determinación de intentar generar un espacio donde su voz también pueda ser escuchada”, argumentan desde Juventud por el Clima, elemento crucial del nuevo ecologismo que llena las calles del planeta.

Los miles de kilómetros y el océano que separa los dos continentes no será un obstáculo para que las voces del ecologismo suenen en consonancia en las dos capitales climáticas del momento. Tanto es así, que Madrid y Santiago de Chile serán escenarios de protesta simultánea durante el día 6 de diciembre, ecuador de la Cumbre del Clima, desarrollándose manifestaciones que se esperan masivas.

Presionar a la clase política

La Cumbre por el Clima (COP 25) de Madrid –con presidencia de Chile– se presenta crucial para desarrollar unas herramientas que completen la ambición requerida por el Acuerdo de París, el cual comenzará a funcionar en 2020. Más allá del hermanamiento de la sociedad española con la chilena, la cumbre social se plantea como elemento de presión que permita condicionar los consensos políticos alcanzados en Ifema hacia la ambición climática.

Los encuentros multilaterales por el clima han sido un ejemplo de conquistas y avances en la lucha contra el cambio climático, pero también han sido un escenario de decepciones y pasos en falso que han visibilizado el bajo compromiso de algunas naciones en esta materia. Si París (2015) fue una reunión provechosa y esperanzadora, Katowice (2018) plasmó las divergencias en forma de acuerdos poco ambiciosos para con las advertencias de la ciencia.

"La sociedad civil ha demostrado tener más ambición para el clima que los propios gobiernos"

En virtud de ello, las organizaciones ecologistas pretenden desarrollar un entramado de acciones y debates intensos que consigan condicionar para bien las decisiones que se alcancen en Madrid durante el mes de diciembre. “La sociedad civil ha demostrado tener más ambición para el clima que los propios gobiernos”, puntualizan fuentes de 2020 Rebelión por el Clima, plataforma europea que aglutina a una treintena de organizaciones ecologistas.

La propia organización de la COP dará visibilidad a las posturas de la sociedad civil, ciencia, mundo académico y sector empresarial, que convergerán en los espacios verdes de Ifema y en el Paseo de la Castellana, reconvertida en un espacio participativo que va más allá de la política. Pero las actividades del ecologismo español trascienden a la propia organización de la ONU, en tanto que durante las dos semanas que dura el evento climático se articularan espacios de debate, charlas y performance en las universidades madrileñas para tratar de visibilizar la brecha existente entre el poder político y la sociedad civil.

"No nos queda tiempo, se nos agota. Los dirigentes van a tener que pararse a escuchar", expone Álvarez, que señala las diferencias entre la rigidez institucional y la transversalidad con la que se articulará la cumbre social. "La lucha ecosocial contra el cambio climático no es posible si no se escucha y da relevancia a las mujeres, las comunidades indígenas y a las futuras generaciones. Necesitamos otra forma de hacer las cosas", concluye.


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