Este artículo se publicó hace 2 años.
De compartir respiradores en urgencias a pastillas sin receta: los fármacos irrumpen para estabilizar la pandemia
La aprobación del paxlovid, un antiviral de Pfizer, pone en perspectiva los avances logrados en tan solo dos años contra la covid-19.
Jose Carmona
Madrid-Actualizado a
Cuando la ministra de Sanidad dice que "hay que transitar a un nuevo modelo de vigilancia" de la covid-19 y que el seguimiento actual tiene que dejar paso a otros parecidos a los que se usan para controlar la gripe, no lo dice tan solo porque la vacunación en España avance de forma eficaz o porque la letalidad y gravedad de la variante ómicron sea más leve que las anteriores.
Dos años después del aterrizaje del coronavirus en Europa, lejano parece aquel contexto de escasez de mascarillas, cuando ni la OMS sabía cómo se transmitía el virus o los fallecidos a diario se contaban por miles. De tener que compartir en urgencias un respirador entre varios pacientes a atreverse a comparar ómicron con un catarro hay todo un proceso de construcción sanitario que pensado en perspectiva, refleja todo el potencial de la ciencia ante la adversidad generada por la pandemia.
Ahora, además de información y vacunas, se tienen medicamentos específicos para la covid-19, un elemento clave y un paso más hacia la nueva normalidad, como son los medicamentos sin receta que se da a los que padecen de covid persistente.
El paso más llamativo es el de la aprobación del paxlovid, un antiviral de consumo oral del que España comprará más de 300.000 dosis. Según Pfizer, su empresa desarrolladora, tiene un 89% de efectividad contra el coronavirus y tiene que administrarse para pacientes con un riesgo alto y durante los primeros cinco días desde que aparecen los síntomas para evitar que se eleven las complicaciones de la enfermedad.
Igualmente, España opera desde finales de diciembre con molnupiravir, desarrollado por MSD (Merck & Co. Inc., Kenilworth, NJ, U.S. o Merck Sharp & Dohme) y aprobado por urgencia por la Agencia Europea de Medicamentos
(EMA) con una Autorización Temporal de Uso y en constante estudio.
Los medicamentos llegarán en un momento en el que las terceras dosis quedan implementadas en casi la totalidad de la población y, aunque ya hay países que inoculan una cuarta, la prioridad es llevar la vacuna al resto del planeta, para evitar la aparición de nuevas cepas y proteger a los países desabastecidos de recursos para comprar vacunas.
Qué usar cuando no había fármacos concretos
Hasta hace pocos meses, los fármacos que se utilizaban en pacientes graves habían sido desarrollados previamente para otras enfermedades. El ejemplo claro es el del remdesivir, creado en 2013 para la lucha contra el ébola, cayó en el olvido por su menor eficacia respecto a otros fármacos, fue rescatado para los enfermos graves de coronavirus.
El tratamiento en EEUU podía costar hasta 2.000 dólares por paciente, pero su coste de producción era de seis dólares. Tiene hasta sentido que los estudios posteriores de la OMS confirmaran que estos medicamentos no redujeran la mortalidad de los enfermos graves por covid, pero el negocio ya estaba hecho.
Eso mismo pasó con hidroxicloroquina, lopinavir o el interferón, que se usaron en pacientes graves ante la falta de recursos y un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) terminó por concluir que tuvieron "poco o ningún efecto en los pacientes hospitalizados con covid-19", tras un estudio preliminar con 14.200 pacientes en 52 países.
Ahora, el Consejo Europeo tiene en cartera más de setenta y cinco tratamientos contra la covid-19 en fase de desarrollo ya han recibido asesoramiento científico de la Agencia Europea de Medicamentos. En la actualidad, los fármacos inmunorreguladores para el tratamiento de pacientes hospitalizados son Actemra (tocilizumab), de Roche Holding; Kineret (anakinra), de Swedish Orphan Biovitrum; Olumiant (baricitinib), de Eli Lilly; y Lenzilumab, de Humanigen. Eso de reutilizar medicamentos empieza a tener menos cabida.
En cuanto a los antivirales orales que se deben usar cuanto antes tras el contagio, al molnupiravir y paxlovid se les unen los anticuerpos monoclonales antivirales, que son más eficaces en las primeras fases de la infección. Destacan ronapreve, de Atea Pharmaceuticals y Roche, pensada para mayores de 12 años y con un mayor riesgo de que su enfermedad empeore; Xevudy (sotrovimab), de Vir Biotechnology y GlaxoSmithKline; Evusheld, una combinación de dos anticuerpos monoclonales, tixagevimab y cilgavimab, de AstraZeneca. También se han dado pasos atrás y la aplicación sobre ómicron ha llevado a eliminar del mercado algunos de estos fármacos, como ha ocurrido en EEUU.
Además, el pasado 14 de enero la OMS recomendó dos nuevos tratamientos contra la covid-19, el Sotrovimab, y un medicamento en general utilizado contra la poliartritis reumatoide, el baricitinib. Según un estudio publicado en la revista especializada BJM, el sotrovimab se recomienda para pacientes que contrajeron covid-19 sin gravedad pero con alto riesgo de hospitalización. El baricitinib, en cambio, es para pacientes en estado crítico.
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