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La juventud española seguirá sin poder emanciparse durante la próxima década pese a la recuperación económica

El porcentaje de jóvenes que vive con sus padres crecerá casi un punto en 2030 debido, sobre todo, al aumento del precio de la vivienda, según un análisis de Ayuda en Acción.

Un grupo de jóvenes durante una de las jornadas de trabajo de Ayuda en Acción para la preparación del informe.
Un grupo de jóvenes durante una de las jornadas de trabajo de Ayuda en Acción para la preparación del informe. Ayuda en Acción

La población joven española seguirá teniendo serios problemas para emanciparse durante la próxima década a pesar del descenso del paro juvenil, cierta corrección de la precariedad laboral y la mejora de su formación académica que se prevé. Y uno de los principales factores es el acceso a la vivienda, o más concretamente, los precios.

Es una de las principales conclusiones del estudio prospectivo realizado por Ayuda en Acción con un amplio panel de expertos, en el que se analiza y se trata de predecir la situación de la juventud en España hasta 2030 y se proponen actuaciones políticas para mejorar las perspectivas.

Según este estudio, durante recuperación económica tras la crisis de 2008, "las posibilidades de emancipación de la juventud no han mejorado a pesar de contar con un mejor nivel educativo y haber aumentado su acceso al empleo", y se debe en gran parte al continuado aumento de los precios de la vivienda, a nivel general, pero con grandes diferencias territoriales. Este factor llevará, según las previsiones de los expertos, a que el porcentaje de población que vive con sus progenitores aumente casi un punto en 2030.

Si tras la recesión, la tasa de paro juvenil entre menores de 25 años rondaba el 37%, los datos del pasado febrero la sitúan en un 29,3%, recuerda Matías Figueroa, responsable de Programa España y Europa de Ayuda en Acción.

Mejora la previsión en material laboral

Las previsiones de los expertos contemplan para esta década una reducción de la población activa unido a la creación de empleo continuada, lo que llevaría a rebajar aún más la tasa de desempleo juvenil (entre 15 y 29 años) hasta el entorno del 20%, según la previsión elaborada por sus expertos con datos de Eurostat. Es un descenso en línea con la Estrategia España 2050 del Gobierno, que prevé una tasa de paro del 30% para jóvenes de entre 18 y 24% dentro de una década.

También se ha reducido significativamente el abandono escolar temprano. En 2008 estaba en un 31,7%, 17 puntos por encima de la media de la UE. En 2021 es del 13,3%, tres puntos superior que en la UE. Al mismo tiempo, entre 2010 y 2020, la proporción de jóvenes (de entre 25 y 29 años) con altos niveles de estudios ha crecido 12 puntos, alcanzado el 50%. Ha descendido en 11 puntos el porcentaje de jóvenes con niveles de estudios bajos. La mejora en la formación es uno de los factores de determinan el acceso a más y mejores empleos en el futuro, subraya Figueroa, que advierte, no obstante del peligro de hablar de jóvenes como "concepto homogéneo", ya que hay profundas diferencias a nivel económico o territorial.

Emancipación a los 30 años

Sin embargo, pese a esta recuperación económica, el estudio certifica un "empobrecimiento constante de la juventud respecto a la población en general", y eso repercute seriamente en la dificultad para esbozar un proyecto de vida. El estudio muestra que el empleo juvenil sigue siendo el más precario, con tasas de temporalidad y parcialidad "muy superior al conjunto de la sociedad".

La edad media española de emancipación en 2021 era de 29,8 años. Eso supone 3,3 años más que la media europea, pero también es 1,4 años más tardía que en 2008, y con una diferencia de género de dos años en detrimento de las mujeres.

El alquiler a precio de mercado es ya la opción mayoritaria entre los jóvenes emancipados

El 46% de los jóvenes de entre 25 y 34 años vivía con sus progenitores en 2021, un 10,6% más que en 2008. En la franja de entre 20 y 24 años, el número de los que no se han ido de casa es un 14,4% superior a la media europea y esta diferencia asciende a más del 21% en el grupo de entre 25 y 29 años.

Las proyecciones apuntan incluso a un ligero empeoramiento de la tasa de emancipación durante la próxima década, lo que indica una "cronificación de los problemas para poder emanciparse" debido fundamentalmente al encarecimiento de los precios de la vivienda, tanto en alquiler como en compra, advierte Figueroa.

Esta tendencia al alza en los precios queda muy clara con el enorme aumento de jóvenes emancipados que viven de alquiler, que ya son clara mayoría frente a los que han podido comprar. El 45% de los jóvenes emancipados vive de alquiler a precio de mercado, un brusco cambio de tendencia respecto a 2006, apunta el informe. Si en 2020, el 75% de la población tenía una vivienda en propiedad, entre los jóvenes es solo el 30%, y la diferencia entre jóvenes con casa propia y jóvenes que alquilan se ha reducido a la mitad en una década.

"El empleo no garantiza escapar de la pobreza o la exclusión social", advierte el estudio

La subida del precio de la vivienda, puntualiza Figueroa, ha llevado a que cada vez más jóvenes tengan que dedicar hasta el 35% o el 40% de sus ingresos a pagar la vivienda, "lo que implica seria dificultades a la hora de planificar un futuro". Según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el porcentaje de jóvenes que ha tenido problemas para pagar gastos relacionados con la vivienda (alquiler, hipoteca, suministros, etc.) pasó del 8,7% en 2004 al 16,8% en 2020, prácticamente el doble.

El estudio es contundente al asegurar que, pese a la mejora laboral de los jóvenes "el empleo no garantiza escapar de la pobreza o la exclusión social". Entre jóvenes de 18 a 24 años, una de cada cuatro personas ocupadas está situación de riesgo de pobreza o exclusión social, y en el grupo de 25 a 49 años, representan un porcentaje del 14,9%, advierte. Lo que dibuja una de las grandes asignaturas pendientes, tanto para el Gobierno como para las empresas del país.

Soluciones políticas de consenso y duraderas

Los expertos consultados por Ayuda en Acción consideran que, entre los escenarios deseables para 2030, es fundamental mejorar el acceso a la vivienda "entendida como un derecho", precisa Figueroa, ya que de ello depende no solo la emancipación, sino también la natalidad. Las recomendaciones y políticas que proponen podrán reducir el porcentaje de jóvenes que no se han ido de casa hasta en ocho puntos, aseguran.

Para adecuar la tasa de emancipación de España a la de Europa ven clara la necesidad de hacer asequible el coste de la vivienda, tanto en alquiler como en propiedad. Para ello apuestan por "un nuevo marco político" ante el "problema estructural" de la vivienda, pero basado en "un consenso, que perdure en el tiempo y que esté acompañado de la suficiente dotación presupuestaria", es decir, un pacto de Estado que garantice la continuidad de las políticas pese a los cambios políticos que pueda experimentar el Gobierno de turno.

"Emanciparse no consiste solo en irse de casa, sino en tener un proyecto de futuro"

Entre las medidas planteadas están incrementar y mejorar la oferta de vivienda, sobre todo el parque público destinado a alquiler. Aquí es clave la rehabilitación de viviendas tanto urbanas —evitando problemas de segregación socioeconómica y problemas de gentrificación—  como rurales —buscando facilitar el desplazamiento hacia zonas despobladas—.

Consideran que la promoción de vivienda asequible "se puede ver beneficiada de la colaboración entre entidades privadas y del tercer sector", y también apuntan a la necesidad de movilizar la vivienda vacía vía incentivos y penalizaciones fiscales.

No obstante, Figueroa advierte de que "emanciparse no consiste solo en irse de casa, sino en pensar y tener la oportunidad de desarrollar un proyecto de vida". Por eso la ONG también se marca objetivos de calado en materia de educación, digitalización y empleo.

"La educación y la formación son las claves para subirnos al tren de la transformación digital y medioambiental", sostiene el informe. Dos sectores "capaces de generar inmensos incrementos de la productividad y crecimiento económico, pero también de destruir empleos", sobre todo de baja cualificación", añade.  Figueroa subraya la importancia del "acompañamiento en la transición hacia la vida adulta", con más inversión en orientación educativa, vocacional y laboral.

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