Catalunya afronta la primera vendimia tras la sequía pendiente del precio de la uva
La cosecha se prevé de media un 25% superior a la del año pasado, mientras los viticultores reclaman percibir un pago que les sirva para cubrir los costes de producción.

Barcelona--Actualizado a
Con la vendimia ya en marcha en varios territorios de Catalunya -este año se ha iniciado más tarde por las lluvias registradas durante julio-, la cosecha de uva de este verano es la primera tras varios años que no está marcada por la sequía y las restricciones de riego. Después de unas temporadas en las que la falta de agua, acompañada de una baja producción, ha sido la protagonista de los cultivos, ahora el sector vitivinícola augura que esta campaña será la del inicio de la recuperación.
Si bien la cosecha todavía quedará lejos de la media de una campaña normal, se espera un vino de calidad. Entre las incógnitas del año 2025 se encuentra el temor de los productores sobre el precio al cual cobrarán la uva y cómo afectará la plaga del mildiu, que se ha extendido este año a consecuencia de la humedad derivada de las lluvias de la primavera y el invierno. De hecho, más de un centenar de viticultores se concentraron el sábado por la mañana ante la sede de la Asociación de Elaboradores de Cava (AECAVA) en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) para exigir un precio "digno" de la uva.
El director de la Denominación de Origen (DO) Penedès, Francesc Olivella, calcula que se recogerá un 25% más de uva que el año pasado. "Estará por encima de la del 2024, pero no será igual que las que había hace seis o siete años". Los viticultores esperan que, a partir de 2026, si no vuelve el ciclo de sequía, la poda de la viña se pueda realizar de forma más intensa, puesto que habrá desaparecido el temor a no disponer de agua.
Los productores, independientemente de la zona productiva, coinciden en señalar que la del 2025 será una vendimia que consolidará una recuperación progresiva, no de grandes cantidades. De hecho, servirá como punto de inflexión desde el año 2020. Tal como aseguran, no será una campaña abundante en uva, pero sí la del arranque de la recuperación. De la sequía y las producciones bajas se ha pasado a hablar de cosechas, manejo, podas o añadas.
Plus climático
A la espera de la decisión que tomen bodegas como Freixenet o Vallformosa sobre el precio al cual pagarán la uva para cava, Codorníu ya ha anunciado que incrementará un 50% la compra de volumen de producción. Además, prosiguiendo la línea de las últimas campañas, aplicará un plus climático, que supondrá un aumento del 45% sobre el precio base para compensar el rendimiento de las viñas afectadas por la sequía.
Está previsto que el valor medio de la vendimia de este año logre los 72 céntimos por kilo. "Queremos asegurar que mantenemos los ingresos por hectárea de nuestros viticultores, para garantizar la buena viabilidad de sus rentas", indica el CEO de Codorníu, Sergio Fuster. Actualmente, dos de cada tres kilos de uva que se cosechan en Catalunya tienen como destino la DO Cava para la elaboración de esta bebida.
Mientras tanto, el sindicato Unió de Pagesos (UP) exige que todas las bodegas se comprometan a pagar, como mínimo, 60 céntimos por kilo de uva. El responsable de la viña y el vino, Josep Marrugat, recuerda que "el año pasado, a pesar de que la cosecha fue menor, se llegaron a abonar una media de 85 céntimos el kilo para esta misma uva".
En este sentido, en la concentración en Sant Sadurní d'Anoia, Marrugat denunció que determinadas empresas quieren pagar precios alrededor de los 50 céntimos por kilo, muy lejos de los 60 céntimos. Es por eso que el sector hace un llamamiento a "perder el miedo" y a no firmar ningún contrato por debajo del coste de producción. "Tenemos que estar más unidos que nunca porque nos va el futuro en ello", alertó el dirigente sindical.
Viabilidad de las explotaciones
Por su lado, el jefe sectorial de la viña y el vino de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), Jaume Domènech, alude al incremento de los costes soportados los últimos años por los viticultores. "La subida obliga a las bodegas a abonar un precio mínimo de 6.000 euros por hectárea para asegurar la viabilidad de las explotaciones. Es lo que tendríamos que recibir para que la actividad de nuestra finca acabe siendo rentable".
Para evitar una crisis de precios, el consejo regulador de la DO Cava ha aprobado unas normas para esta campaña que rebajan de 12.000 a 10.500 kilos de uva por hectárea, el rendimiento máximo autorizado. Con esta medida, la DO Cava intenta equilibrar la oferta con la demanda existente y evitar que las cotizaciones que reciben los viticultores por la uva se desplomen.
En el marco de la 13.ª Mesa del Cava que tuvo lugar a finales de julio en Vilafranca del Penedès (Barcelona), el Departament de Agricultura del Govern presentó el cuarto estudio de costes de producción de uva y de elaboración de vino base cava. Los costes se calculan utilizando el rendimiento medio por hectárea de las últimas seis campañas. Este estudio determina un tenedor de costes de producción de las tres variedades mayoritarias: xarel·lo, parellada y macabeo. Los datos sirven de orientación para determinar unos costes de referencia aproximados, teniendo en cuenta la producción de cada explotación y los gastos inherentes a las características de cada campaña vitícola.
Si se compara con la estimación del año pasado, este año hay una previsión del incremento del rendimiento de la viña de cerca del 20%. En consecuencia, el coste de producción es de 53 céntimos el kilo de macabeo, de 58 por el xarel·lo y 49 por la parellada. Las organizaciones agrarias valoran de forma positiva la realización del estudio, pero consideran que los precios marcados son insuficientes. Más allá del precio, otro de los previsibles acompañantes durante la campaña de la vendimia será el mildiu, un hongo que aparece con el exceso de humedad. Para avanzar en su erradicación, el Institut Català de la Vinya y el Vi (Incavi) ha iniciado una prueba piloto para reducir el uso de cobre a la hora de prevenir la presencia del hongo mildiu en las viñas. Lo han hecho con seis productos que tienen como base sales de cobre en diferentes concentraciones, combinadas con otras sustancias permitidas en agricultura ecológica.
Este año es la campaña con más mildiu desde el año 2020. Las viñas, que han acumulado vegetación y humedad, reciben mucha presión de los hongos. A pesar de ser un problema añadido, especialmente en el Penedès, donde la mayoría de los viticultores trabajan en ecológico, parece que este desafío sea el primer indicio de que, de momento, se ha dejado atrás la época en la que las preocupaciones de los productores se centraban solo en la disponibilidad de agua y en la escasa producción.

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