Qué se sabe y posibles efectos de la tormenta solar "severa" que anuncia la Agencia Espacial Española
El organismo español pide máxima atención a los operadores de infraestructuras críticas aunque, por el momento, no se han detectado daños importantes.

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La Agencia Espacial Española (AEE) ha lanzado un comunicado de advertencia en el que subraya la importancia de "mantener la vigilancia" ante una tormenta solar "severa" en las últimas horas. Una situación que, si bien no reviste peligro inmediato, podría impactar en diversos sistemas tecnológicos esenciales para la vida moderna.
Durante la madrugada del 1 de junio, una intensa fulguración solar, originada en la región solar activa AR4100, alcanzó nuestro planeta tras una eyección de masa coronal de alta velocidad. El fenómeno ha elevado el índice geomagnético Kp hasta niveles preocupantes, marcando un pico de 8 en una escala que va del 0 al 9. Aunque la actividad se ha moderado, las autoridades científicas alertan de posibles repuntes en las próximas horas.
La Agencia Espacial Europea (ESA) y la NOAA estadounidense han clasificado el evento como una tormenta geomagnética de nivel G4, el penúltimo escalón antes del máximo grado de alerta.
Qué es una tormenta solar
Las tormentas solares son fenómenos naturales provocados por la actividad del Sol, en concreto por erupciones masivas de energía y materia que se liberan desde su superficie. Estas erupciones, conocidas como fulguraciones solares o eyecciones de masa coronal, pueden viajar a millones de kilómetros por hora y, cuando se dirigen hacia la Tierra, interactúan con nuestro campo magnético.
En este caso, el evento fue causado por una fulguración solar de clase M8.2. Pero, ¿cómo se clasifican las tormentas solares? Las fulguraciones se clasifican en función de su intensidad en niveles A, B, C, M y X, siendo las X las más potentes. Esta eyección ha llegado a impactar en la magnetosfera terrestre, provocando un aumento significativo en la actividad geomagnética.
La magnitud de este tipo de eventos se mide con el índice Kp, una escala de 0 a 9 que indica el grado de perturbación en el campo magnético terrestre. El pico alcanzado en este caso—Kp 8— se considera severo y puede desencadenar efectos visibles, como auroras boreales en latitudes donde no son habituales, además de otras consecuencias más técnicas.
Cómo puede afectar a nuestro día a día
Aunque para la población general estos fenómenos puedan parecer lejanos, lo cierto es que pueden tener impactos concretos sobre el funcionamiento de numerosos sistemas en la Tierra. Estas tormentas pueden alterar redes eléctricas, sobre todo en zonas de alta latitud, provocando posibles interrupciones o sobrecargas.
También pueden afectar las comunicaciones por radio de alta frecuencia, especialmente en rutas aéreas polares, y comprometer temporalmente la precisión de los sistemas de navegación por satélite como el GPS, que son cruciales tanto para el transporte como para actividades cotidianas como la navegación por móvil.
Los satélites en órbitas bajas también son vulnerables, ya que la densidad de la termosfera aumenta durante estos eventos, generando mayor fricción y afectando sus trayectorias. Aunque, por el momento, no se han reportado incidencias relevantes, los expertos subrayan la necesidad de mantener una vigilancia activa.
¿Estamos preparados para una tormenta extrema?
Este evento, si bien calificado como severo (G4), no alcanza aún el máximo nivel de alerta (G5), reservado para tormentas geomagnéticas extremas que podrían tener consecuencias más graves, como apagones generalizados o interrupciones globales en las telecomunicaciones y navegación aérea.
La Agencia Espacial Española, en coordinación con la ESA, continúa monitorizando la evolución de la actividad solar. "Actualmente las condiciones se han moderado ligeramente, con el Kp oscilando en torno a 7,3", explican desde la AEE, aunque los modelos de predicción indican una alta probabilidad de que la actividad vuelva a intensificarse en las próximas 24 horas.
Mientras tanto, los operadores de infraestructura espacial y terrestre han sido llamados a mantenerse alerta y actualizar sus previsiones conforme lleguen nuevos datos de las principales agencias internacionales.
Aunque la amenaza inmediata parece bajo control, el episodio sirve como recordatorio de la necesidad de invertir en sistemas de protección ante fenómenos espaciales extremos, cuyo impacto en un mundo cada vez más digital y dependiente de la tecnología puede ser tan inesperado como disruptivo.
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