"Si mañana se cierra Vandellòs, no será un drama para la comarca": el fin de la central nuclear deja de ser un tabú
Los contrarios al mantenimiento de los centrales nucleares de Vandellòs-L'Hospitalet del Infant y de Ascó aseguran que el cierre es un hecho "asumido" en esas comarcas.
El concejal de la CUP en la localidad, Sergi Saladié, dice que el desmantelamiento generará más puestos de trabajo que ahora para las empresas locales.

Barcelona--Actualizado a
Quedan todavía diez años para que los reactores nucleares de todo el Estado español dejen de funcionar definitivamente. Uno de los últimos en hacerlo será el de Vandellòs-L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp, Tarragona), que lo hará en 2035, después de que en la Ribera d'Ebre (Tarragona) lo hayan hecho Ascó I en 2030 y Ascó II en 2032, según el calendario marcado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Pero algunos actores han aprovechado el apagón eléctrico de finales del pasado mes de abril para intentar reabrir el debate sobre alargar la vida útil de las centrales nucleares, o demorar el cierre de algunas de las primeras que deben hacerlo. El plan actual comienza en 2027 y termina en el año 2035.
En buena parte dependiente económicamente de la central y con pocas alternativas claras en el horizonte, el futuro de Vandellòs y L'Hospitalet del Infant está inevitablemente ligado al ritmo con el que avance el desmantelamiento y, sobre todo, al que venga después. Pese al "intento" de algunos actores de "pintar" un supuesto consenso social favorable a alargar la vida de la entral, Sergi Saladié, concejal de la CUP en Vandellòs-L'Hospitalet de l'Infant, asegura a Público que la gente ha asumido el cierre como algo inevitable. Y que, de hecho, la dependencia económica real de la central se concentra y percibe solamente en el Ayuntamiento.
En este sentido, Saladié critica declaraciones como las que hizo a este medio la alcaldesa Assumpció Castellví, donde defendió alargar la vida de las nucleares "mientras no haya una energía alternativa y sostenible que esté a la altura", asegurando que esta idea tiene apoyo social. Según el concejal de la CUP, el debate político y ciudadano al respecto y sobre el horizonte postnuclear es prácticamente inexistente. "No es ni un tema tabú ni un tema de debate", dice Saladié, también exdiputado en el Parlament de Catalunya. "No se habla porque la mayoría de gente no trabaja en la central y porque se da por hecho que acabará", añade Saladié.
Saladié cree que la alcaldesa hace las declaraciones para "contentar a los cuatro trabajadores que trabajan en la central nuclear, ya que su partido, Junts per Catalunya, no acaba de tener un posicionamiento claro "porque saben que es hacer el ridículo". "Es una percepción suya y va orientada a contentar al statu quo", añade el representante de la CUP.
Sergi Saladié: "La alcaldesa hace unas declaraciones para contentar a los cuatro trabajadores. Es una percepción suya y va orientada a contentar el statu quo"
En este sentido, destaca que no se ha hecho ninguna consulta ni proceso participativo sobre la opinión de los ciudadanos para hacer estas afirmaciones, y que ningún partido llevaba ninguna gran propuesta al respecto en su programa electoral. "A nivel político no hay posicionamientos a favor o en contra. Y la gente tiene asumido que vamos a un escenario de cierre y lo que hay que preparar para ese escenario de transición, saber cómo nos preparamos para todo esto", asegura, destacando que siete de los 20 millones de euros de presupuesto provienen de la bonificación de tener la central en su término municipal, un 40%.
Según Saladié, la dirección de la propia central —ANAV (Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II)— ya ha advertido de que los números "no salen" y que se podrían ver abocados a un "cierre anticipado", si las cosas no cambian, "con precios negativos y baja demanda". "Todo el mundo lo da por hacer. Es un acuerdo que tienen empresas con el Estado. Pese a la propaganda, las empresas no han pedido oficialmente la revisión", explica el concejal de la CUP. En cualquier caso, defiende que es indiferente si hay más gente a favor o en contra porque "nadie habla de esto" y "el ayuntamiento no pinta nada, desgraciadamente".
La dependencia del consistorio
Desde el punto de vista de Saladié, en el corto y medio plazo la única dependencia de la central es desde el punto de vista del Ayuntamiento y el presupuesto anual. Esto implica una adaptación en lo que llaman el "futuro postnuclear", donde las cuentas anuales no serán sostenibles. "El Ayuntamiento tiene mucho dinero, se han podido hacer muchas infraestructuras… todo esto no se podrá mantener cuando cierre y el ayuntamiento debe empezar a introducir la cultura de pagar impuestos", considera. "Esto no lo podrás mantener toda la vida, debemos irnos adaptando para no hacerlo todo de golpe", insiste.
El cupero pone sobre la mesa que en un Pleno reciente no le supieron contestar cuántas empresas trabajan con la nuclear, mientras "en la comisión previa habían dicho que ninguna empresa trabajaba con la nuclear". "No trabaja ninguna empresa del municipio, la mayoría de trabajadores no viven aquí. Cuanto más jefe eres, más lejos vives. Nadie quiere vivir junto a una nuclear", argumenta. Saladié añade que hace unos años se comenzó un "proceso de desinversión laboral", haciendo prejubilaciones con un sistema 2x1: jubilar a un trabajador y coger a uno subcontratado, los cuales actualmente superan el 57% de la plantilla. "Trabajan menos y carecen de esas condiciones laborales", lamenta.
En cualquier caso, asegura que, si cierra mañana la nuclear, "no habrá un drama". De hecho, recuerda que en el proceso de desmantelamiento del reactor 2 "aún habrá más volumen de trabajo" que en reactor 1, pues es mayor. "En el proceso de desmantelamiento trabajó más gente que cuando estaba en funcionamiento, muchas empresas del municipio entraron y hubo un efecto rebote. El día que se cierre habrá una generación de puestos de trabajo, como cuando la hicieron".
Asimismo, Saladié lamenta que "ahora empiezan a venir las presas" porque hasta ahora "no se ha hecho mucho" o "no se ha creído demasiado en el nuevo escenario". Asegura que el interventor del Ayuntamiento dice que "los números no salen cuando cierre la nuclear". Por eso abre la puerta a pagar más impuestos, de la mano de bonificaciones y excepciones "para quienes lo necesitan": "No puede ser una subida total, que quien más tiene, que más pague. Pero los impuestos debe ser mucho más altos". Asimismo, asegura que hay "un montón" de puestos de trabajo para crear para como para gestionar "una masa forestal que da miedo", por lo que han propuesto una empresa municipal o una cooperativa.
En materia de renovables, han propuesto ayudas para que la gente pueda instalar placas solares en casa o que el consistorio plantee un plan de inversión para que en unos cinco años pueda generarse toda la energía que necesite. Recuerda Saladié que habían pedido hace años el centro de investigación de energías renovables de Catalunya, y lamenta que finalmente se instaló en el Districte 22@ de Barcelona y en la URV de Tarragona tan solamente se le dieran dos líneas. "Pero están en Tarragona, en el municipio no vino".
Sergi Saladié: "Se ha gastado mucho en grandes equipamientos e instalaciones que después no podrás hacer funcionar"
De todas formas, el concejal explica que como mínimo quedan estos diez años por el desmantelamiento, por lo que habrá un periodo de 15 o 20 años "que no es necesario sufrir a nivel laboral", pero que es necesario "crear nuevas oportunidades, que se podrían abrir y, de momento, no se han abierto". Por todo ello, Saladié pide "más implicación política" y "ser más valientes" a la hora de tomar este tipo de medidas. "Se gastado mucho en grandes equipamientos e instalaciones que después no podrás hacer funcionar", alerta.
Los vecinos, ¿a favor o en contra?
La CUP no ve necesario hacer una consulta para saber la opinión del pueblo: "No es estar a favor o en contra, sino que ya estamos en la parte final, y no tiene demasiado sentido que el Ayuntamiento se pronuncie". Saladié dice que "todo el mundo da por asumido que se cerrará, aunque se intenta pintar que hay gente está a favor de alargarlo".
El concejal se muestra más preocupado por evitar cualquier accidente porque "cuanto más viejas son las plantas, más riesgo hay", y cree que sería necesaria alguna comisión de seguimiento municipal: "El Estado sí lo tiene, vienen una vez al año y te cuentan el rollo que todo está muy bien, pero no hay un seguimiento".
En 2023 ya estaba sobre en la mesa el escenario y acuerdo de cierre, por lo que descarta que no se hable del tema por miedos o que se considere tabú. A partir de ahí, insiste en mirar de cara adentro al municipio: "No es un tema que sea tabú, porque se puede hablar del tema, aunque no demasiado". "A nivel de pueblo no se habla porque hay muy poca gente que trabaja en la central. No forma parte de los debates cotidianos, por tanto, no se traslada a los programas electorales", dice. Asimismo, destaca que la central tampoco forma parte del escenario cotidiano, a diferencia del caso de Ascó, donde "forma parte de su paisaje".
Si echamos la vista atrás, recuerda que con Vandellòs I nadie dijo nada porque se planteó durante el franquismo. Luego sí que hubo un boom del movimiento contrario, materializado en los años ochenta, en el Camp de Tarragona y en las Terres de l'Ebre. "A Vandellòs salió un grupito, les fueron a buscar casa por casa, y se fueron a trabajar todos a la nuclear. Y acabó el movimiento", recuerda. Cuenta que el resto de proyectos decayeron a raíz de la crisis nuclear de los ochenta: "No digo que la oposición tenga algún papel, sino que había quebrado el sector".
Actualmente, no existe un movimiento antinuclear organizado de supervisión de aquellas que están en funcionamiento, más allá de grupo como Ecologistas en Acción que puntualmente lanzan alguna advertencia. "Todo el mundo entiende que es algo muy complicado que depende del estado y hasta que no haya un acuerdo o un accidente, las nucleares no cierran. A final no puedes hacer algo más. Se podría fiscalizar más, podría haber una labor de seguimiento", insiste.
Sergi Saladié, concejal de la CUP: "Estamos más cerca del director de la central que de la alcaldesa"
Saladié cree que estamos en un "tiempo de latencia" en el que toca "esperar a que no pase nada". "Estamos más cerca del director de la central que en la alcaldesa", dice en referencia al posible cierre anticipado, puesto que el primero "sabe cómo está todo el percal". "No hay perspectiva que pueda mejorar, a nivel económico. Si ganan poco dinero y tienen riesgos grandes, hacen números y ven que no les sale a cuenta. Cerrar no significa coste alguno para la empresa, más allá de traspasar la titularidad y pactar el tema laboral", argumenta Saladié.
¿El apagón abre la puerta a alargar la vida?
Saladié también cree que las nucleares "aprovechan cualquier incidente para remar a su favor", y pone de ejemplo el caso del apagón eléctrico de este 2025, donde "aprovecharon que el Pisuerga pasa por Valladolid para decir que la nuclear es necesaria". "Se demostró que no porque son las primeras que cayeron", añade. Si bien por seguridad "ya está bien que así sea", apunta que "no sirve para dar estabilidad a la red".
Más allá de aprovechar el incidente para pedir el alargamiento de las nucleares, cree que el debate de fondo es puramente económico. Recuerda el caso del cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos) y la decisión política del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero de cerrar las nucleares a los 40 años. Con la llegada del PP al Gobierno del Estado se decidió que podían alargar, pero debían pagar las empresas la mayor parte de los costes. Para Saladié, esto demuestra que "las nucleares no salen a cuenta si el Estado no interviene". "Siempre se han basado en la socialización de los gastos y la privatización de las ganancias. Si no hay un apoyo o garantías económicas, no funcionará ninguna", sostiene el exdiputado.
Aunque admite que el PP "se podría poner bien" a replantear algún reactor si llega al ejecutivo español, ve complicado un acuerdo por unanimidad de las cuatro empresas en este sentido. Destaca que ahora podrían plantear dejar más margen a las que deben cerrar más temprano, pero que en 2035 todas estuvieran cerradas, tal y como se contempla actualmente: "Es un escenario que no conviene a nadie, interesa más escalonado, sino no tendrás gente suficiente", detalla.
Saladié también descarta que el Partido Popular se quiera envolver en "historias raras" y sostiene que las eléctricas no tienen "ningún incentivo" para alargarlas. "Se sacarán un estorbo de encima si cierran las nucleares. Ahora están jugando con fuego y hay un montón de centrales térmicas que, si cierras, podrías manejar", remacha el representante de la CUP.


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