Este artículo se publicó hace 3 años.
Sanidad ultima la estrategia de salud mental, sin actualizar desde 2009
La previsión es que la estrategia para 2021-2026 se apruebe en otoño en el Consejo Interterritorial de Salud. El borrador de Sanidad reconoce la necesidad de aumentar los profesionales de atención de salud mental tanto en el ámbito hospitalario como en atención primaria ante el "incremento" de los problemas derivados de la pandemia.
Beatriz Asuar Gallego
Madrid-Actualizado a
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, se comprometió en el mes de marzo a terminar la nueva Estrategia de Salud Mental. Este documento no se actualiza desde 2009 —en 2016 se presentó un borrador pero no se aprobó—. El departamento de Sanidad dirigido por María Luisa Carcedo estuvo trabajando en la actualización, pero no tuvo tiempo de terminarlo. Ahora parece que en otoño sí saldrá a la luz. Durante este último año los partidos políticos, las comunidades autónomas y las sociedades científicas han pedido en numerosas ocasiones al Ejecutivo más esfuerzos para abordar estos problemas de salud mental.
El reto es grande. La salud mental lleva años olvidada en España y la pandemia de la covid-19 ha agravado aún más los problemas. El 55,9% de los españoles se ha sentido "muy triste o deprimido" durante la pandemia de la covid-19, según reveló el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Además, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el suicidio en 2019 ya era la primera causa externa de mortalidad. Y las Urgencias y listas de espera de salud mental, sobre todo de los menores, se han disparado, según los datos que ofrecen organizaciones como la Asociación Madrileña de Salud Mental.
El borrador de la actualización de la Estrategia de Salud Mental para 2021-2026, avanzado por Redacción Médica y al que ha tenido acceso Público, se prevé que se apruebe durante el otoño de 2021 en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, según confirman fuentes sanitarias. El documento, a diferencia de los años anteriores, destaca por un enfoque multidisciplinar y de género y, dado el contexto, tiene un capítulo destinado a la pandemia y cómo ha afectado la covid-19 en la población.
En esta línea, la estrategia reconoce el "incremento" de los problemas de salud mental y, por ello, una de las claves es el refuerzo de profesionales de atención de salud mental tanto en el ámbito hospitalario como en atención primaria.
Además, señala diez líneas estratégicas: atención centrada en la persona —uno de los grandes objetivos de este apartado es "reducir progresivamente al mínimo imprescindible las intervenciones que van en contra de la voluntad de las personas con trastorno mental"—, promoción de la salud mental de la población, prevención y atención a la conducta suicida, atención a las personas con problemas de salud mental basada en el modelo de recuperación en el ámbito comunitario, actuaciones concretas sobre la salud mental en la infancia y en la adolescencia, atención e intervención familiar, coordinación —abordaje multidisciplinar—, participación de la ciudadanía, formación e investigación, innovación y conocimiento.
Sin embargo, no hay ningún indicador numérico para las evaluaciones del desarrollo ni dotación económica. Aunque igualmente es un "primer paso", como señaló Pedro Sánchez desde el Congreso, para empezar a reforzar la salud mental. De hecho, el presidente del Gobierno afirmó desde la Cámara Baja que la actualización de la Estrategia Nacional sí que está dotada con 2,5 millones de euros, en el marco de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021.
El documento aún tiene que cambiar con los comentarios de las sociedades científicas, aunque no todos tengan que aceptarse. Hasta ahora el debate no ha sido fácil. Según explican varias fuentes que han estado involucradas en el proceso, se han cambiado ya en varias ocasiones a las personas responsables de desarrollar la estrategia. En noviembre de 2017, la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales designó a un grupo de profesionales de diferentes disciplinas para constituir el Comité Científico responsable de elaborar el documento junto a las autoridades sanitarias.
Pero los cambios de Gobierno, y de ministros y sus equipos —cinco ministros de Sanidad desde 2017 hasta ahora— dificultaron el proceso. Estas fuentes reconocen que los departamentos de Carmen Montón y Carcedo dieron un gran impulso, pero esto se paró con la pandemia. En marzo de 2021 la Asociación Española de Neuropsiquiatría hizo público un documento en el que tres especialistas explicaban que abandonaban el grupo porque volvió a cambiar uno de los responsables y esta última persona "evidenció actitudes y perspectivas de la salud mental muy alejadas de las mantenidas, en forma y fondo, por todo el equipo científico hasta ese momento".
Tras este parón, el borrador ha salido con un enfoque de género y transversal y, según defienden desde Sanidad, es la clave del desarrollo: "La Estrategia pretende ser una referencia, y con un nuevo enfoque basado en los derechos de la ciudadanía, la integración social, la lucha contra el estigma, la promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos mentales, de las conductas suicidas, la perspectiva de género y la recuperación de la persona".
El documento para aprobarse tienen que contar con el apoyo de todas las comunidades autónomas ya que se tiene que aprobar en el Consejo Interterritorial. Un consenso que debería ser fácil porque es urgente tener una estrategia, pero que no se alcanzó en 2016. Conseguir que se apruebe este documento en otoño será uno de los grandes retos de las autoridades sanitarias.
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