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La semana negra para Facebook: caídas y mentiras en la red social global

Un error en un protocolo crítico dejó a Facebook y sus demás plataformas (notablemente, WhatsApp e Instagram) fuera de combate durante más de seis horas, mientras que salen a la luz nuevas pruebas del poder de toxicidad y manipulación de estas redes sociales: Mark Zuckerberg prefiere ganar más dinero a salvarnos de nosotros mismos.

Un hombre intenta conectarse a través de WhatsApp, después de que cayeran los principales servicios de redes sociales, en Karachi, Pakistán.
Un hombre intenta conectarse a través de WhatsApp, después de que cayeran los principales servicios de redes sociales, en Karachi, Pakistán. Shanzaib Akber / EFE/EPA

Durante más de seis horas, los principales servicios de Facebook (la propia red social, WhatsApp e Instagram) 'desparecieron' de Internet por un "un cambio de configuración defectuoso" que paralizó sus servicios, ya restablecidos. Poco antes, Frances Haugen, ingeniera ex empleada de la compañía, salía del anonimato para reafirmar que la multinacional de Mark Zuckerberg miente cuando asegura que hace lo posible para frenar el discurso de odio en su red. Hoy, el gigante social de la red sigue en pie y su fundador es un pelín menos rico.

Durante toda la tarde del lunes circularon en redes alternativas — en Twitter, por ejemplo, para alegría de su fundador, Jack Dorsey— multitud de teorías y datos acerca de las posibles causas de esta caída. La más plausible la explicaba el informático y experto en redes Marcelino Madrigal, que en un post rápido para Newtral apuntaba a un fallo en las tablas BGP ('Border Gateway Protocol'), un protocolo  necesario para interconectar sistemas autónomos, y que se usa para guardar las direcciones de las redes y así calcular el camino más corto y eficiente para entregar las peticiones de información.

Otros expertos apuntaban hacia el mismo problema. "Facebook retiró (por causas aún desconocidas) sus rutas del sistema de anuncios BGP, sacándose así a sí mismos de Internet", declaró Diego Suárez, director de Tecnología de la compañía española de servicios en la nube Transparent Edge, para una noticia explicativa de Carlos del Castillo en Eldiario.es. Con ello, "desaparecieron" los registros DNS, de modo que la compañía se volvió invisible para los servidores que traducen los nombres de domino ('Facebook.com') a una dirección IP (numérica).

Algunos sitios especializados han realizado un considerable esfuerzo para explicar qué demonios ha pasado. En Xataka, Christian Rus recuerda con razón que internet es un conjunto de redes autónomas conectadas entre sí. Facebook cuenta una gigantesca red interna propia y el protocolo BGP permite al resto de internet localizar la red de Facebook y conectarse a ella. En Genbeta, un sitio 'hermano' del anterior, explican más detalladamente cómo funciona.

Si las tablas BGP de Facebook contienen errores, todos los servicios del gigante de internet ‘desaparecen’ porque no hay manera de encontrarlos; o sea, todo el contenido sigue ahí pero no podemos llegar a él a través de sus dominios, ya que ningún servidor de nombres de dominios (DNS) es capaz de resolverlos y los proveedores de servicios de internet (ISP) no pueden encontrarlos.

Finalmente, Facebook tuvo que dar en un comunicado su versión de los hechos, pero no aclaró exactamente qué había pasado; todo este desbarajuste lo achacó a "un cambio de configuración defectuoso". En la nota, la empresa afirmó que sus ingenieros comprobaron que los cambios de configuración en los enrutadores troncales que coordinan el tráfico entre sus centros de datos tuvieron problemas, algo que interrumpió en tráfico en su red, lo que a su vez "tuvo un efecto en cascada […] que paralizó" sus servicios. Traducción: un fallo humano.

Mapa de la incidencia de la 'desaparición' de Facebook en el mundo.
Mapa de la incidencia de la 'desaparición' de Facebook en el mundo. Cloudfare

La compañía Cloudfare ha hecho una cronología bastante completa de lo que ha pasado, y la finaliza con un recordatorio: "Internet es un sistema muy complejo e interdependiente de millones de sistemas y protocolos que trabajan juntos", afirma el post, que añade: "Esa confianza, estandarización y cooperación entre entidades son fundamentales para que funcione para casi cinco mil millones de usuarios activos en todo el mundo".

Confianza con la reputación por los suelos

Más allá de esta histórica caída de estas tres plataformas que usan conjuntamente más de 3.500 millones de personas, como recuerda El País en una información de Jordi Pérez Colomé, la gigantesca red social vive su enésimo problema reputaciones tras las publicaciones de documentos internos en las que, de forma abrupta, exponen estudios que demuestran que Instagram es tóxico para las adolescentes.

Lo que en principio era una revelación anónima filtrada a The Wall Street Journal se ha convertido en una acusación directa por parte de una alertadora, Frances Haugen, que acaba de dar la cara en televisión —en el programa 60 Minutos de la CBS en EEUU— para afirmar lo que muchos sospechan: que Facebook miente cuando asegura que sus algoritmos no reducen los discursos de odio o la polarización, hechos que sin embargo reporta mucho dinero a la red social.

Haugen, que estuvo trabajando en el equipo de integridad cívica de la compañía, acusa a la empresa de anteponer su creciente poder económico a la seguridad de los usuarios. Antes de abandonar su puesta a principios de este años, decepcionada por el comportamiento de la red social, se hizo con copias de miles de documentos y memorandos internos.

"Facebook eligió una y otra vez optimizar su algoritmo para sus propios intereses, para ganar más dinero"

En ellos se muestra cómo Facebook tiene un trato diferenciado para los usuarios VIP, el daño que supone el uso de Instagram para los adolescentes, e incluso señaló que la red social alimentó la violencia poco antes de los disturbios del Capitolio en enero, porque la compañía desactivó los sistemas de lucha contra la desinformación y el discurso violento justo después de las elecciones presidenciales que ganó Joe Biden.

La ingeniera y ex empleada de Facebook asegura que vio "conflictos de interés entre lo que era bueno para el público y lo que era bueno para Facebook”. "Facebook una y otra vez eligió optimizar [su algoritmo] para sus propios intereses, para ganar más dinero", declaró Haugen, quien tomó la decisión de marcharse de la red social al percibir que la forma de actuar de la compañía parecía una "traición a la democracia".

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