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Guardia Civil El Supremo sanciona a tres agentes por poner el 'Cara al sol' por los altavoces del cuartel

En una grabación se observa a dos de los agentes a través de una ventana "en actitud jocosa", vestidos de paisano y haciendo el saludo falangista con el brazo extendido.

Foto de la Guardia Civil / EFE

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El Supremo ha ratificado la sanción de siete días de suspensión de funciones a un sargento de la Guardia Civil quien, junto a dos subordinados, pusieron el "Cara al sol" a todo volumen en la megafonía de un cuartel de Baleares, mientras la gente les grababa viendo como hacían el saludo falangista.

La Sala de lo Militar desestima el recurso de casación del sargento Alfredo C.V. contra la sentencia del Tribunal Militar Central que ratificó una sanción disciplinaria del Cuerpo de "pérdida de siete días de haberes con suspensión de funciones" por una falta grave en la "observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil".

El Supremo recuerda que hay una serie de acciones de las que los agentes deben "abstenerse"

Ocurrió el 10 de octubre de 2016. El sargento realizaba la instalación de la megafonía y las últimas pruebas de sonido junto a dos agentes en su despacho como comandante del puesto en el cuartel balear de Villafranca de Bonany. La intención era tenerlo todo a punto para la celebración de la fiesta de la Virgen del Pilar, patrona del la Guardia Civil y así lo dejo claro el sargento: "Bueno, para que veáis como probamos el sonido para el Día del Pilar...".

Fue entonces cuando reprodujeron en el audio el himno falangista del "Cara al sol" en un volumen tal que pudo ser escuchado desde el exterior del acuartelamiento, de manera que la "sorprendente noticia" fue recogida por los medios de comunicación locales. Duró 52 segundos.

De hecho en una grabación se observa a dos de los agentes a través de una ventana "en actitud jocosa", vestidos de paisano y haciendo el saludo falangista con el brazo extendido, para lo cual uno de ellos se tuvo que cambiar de brazo a un bebé que sostenía.

Los dos subordinados reconocieron los hechos y fueron sancionados, pero el sargento recurrió al cuestionar que la voz que se escucha en la grabación fuera suya. Sin embargo, tanto los altos mandos como el informe pericial de la Policía Judicial no albergan dudas sobre quién fue la persona que pronunció esas palabras. El Supremo se remite al régimen disciplinario de la Guardia Civil para recordar que hay una serie de acciones de las que los agentes deben "abstenerse".

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