En menos de un cuarto de siglo trece provincias de seis comunidades autónomas españolas han perdido más de 360.000 habitantes, una población superior a la de todas las personas que viven en las provincias de Araba, en Euskadi, (334.000) o en Burgos, en Castilla y León (355.000).

Así se refleja a partir de las cifras de población registradas por el Instituto Nacional de Estadistica (INE) a 1 de enero de este año, posteriormente revisadas y cotejadas con los padrones municipales, declaradas oficiales por el Gobierno el pasado 20 de diciembre y publicadas al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado.

La población española ha crecido cerca de un 20% en los últimos 24 años, desde las menos de 40 millones de personas que la habitaban en 1998 a las mas de 47 millones de la actualidad. Pero el comportamiento por territorios ha sido muy desigual, especialmente en las zonas rurales del interior que componen lo que primero se denomino "España vacía" y mas tarde, para alertar de la falta de políticas públicas que revirtieran el proceso, la España vaciada. 

Aunque existen municipios en otras provincias y autonomías que se desangran desde hace décadas, la comparativa por provincias permite detectar que el vaciado de población se concentra en las zonas interiores de Galicia, Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón y Andalucía, además de en Principado de Asturias, uniprovincial.

La comunidad más afectada es Castilla y León, donde pierden población seis de sus ocho provincias: León, Zamora, Salamanca, Palencia, Ávila y Soria, que han caído en 153.647 habitantes desde 1998. Sólo se salvan Valladolid y Burgos, aunque sin capacidad para absorber esa pérdida, que casi multiplica por cinco la población que esas dos provincias han ganado conjuntamente en ese período -menos de 35.000 personas-.

Zamora, paradigma de la España vaciada

Además, Zamora se convierte en el paradigma de la España vaciada al encabezar la lista de la mayor pérdida relativa de habitantes en el país. Ha perdido 38.000, el 18,5% de los que tenía en 1998, es decir casi uno de cada cuatro. Palencia, con el 12% -21.615 habitantes menos- ocupa el segundo lugar del ránking estatal, y León, el quinto -un 11,5% de sangría con casi 60.000 habitantes menos-.

El tercer y el cuarto lugar lo ocupan las provincias gallegas de Lugo, que ha perdido casi el 12% de su población, y Ourense, con el 11,6%. Entre ambas caen en más de 83.000 personas, una cifra muy superior a la de los habitantes que ganan conjuntamente A Coruña y Pontevedra, y que no supera los 50.000.

La pérdida neta de población también se produce en las dos provincias extremeñas, aunque la situación es más grave en Cáceres, que tiene hoy casi 18.000 habitantes menos que hace 24 años, un 4,4% menos- que en Badajoz, que mantiene cierta estabilidad al perder sólo el 0,5% -3.168 personas-. En ese mismo período, sin embargo, las capitales provinciales y la ciudad de Mérida registran un incremento de población de más de 40.000 personas.

Asturias registra una caída relativa del 7% con 77.000 habitantes menos, y Jaén es la única provincia andaluza con saldo negativo desde 1998 (-3,4%). Cuenca, en Castilla La Mancha, cae un 2%, y Teruel, en Aragón, un 1,8%.