Público
Público
VERANO Y AFECTACIONES LABORALES

Trabajar en verano a altas temperaturas, un riesgo para la salud sin suficiente regulación

La falta de definición del trabajo al aire libre y la temperatura adecuada para ello suponen un peligro para evitar a tiempo golpes de calor. Los sindicatos apuntan que faltan inspectores y que la precariedad laboral da margen a las empresas para no responsabilizarse de la prevención

Un camarero de un restaurante de Sitges limpiando la mesa entre servicios de aperitivo
Un cambrer d'un restaurant de Sitges netejant la taula entre serveis d'aperitius. Imatge del 28 de març del 2021. Gemma Sánchez / ACN

Las crecientes altas temperaturas veraniegas cogen a muchas personas trabajando, combatiendo el sofoco de los picos de calor tanto en la oficina como en la calle. Hacer un esfuerzo físico en estas condiciones o simplemente mantenerse mucho tiempo con el termómetro en números rojos puede ser perjudicial para la salud, algo con lo que los profesionales de algunos sectores lidian en su día a día. Aun así, la falta de inspectores y la creciente vulnerabilidad de los trabajadores no siempre garantiza que las empresas se responsabilicen de que no se ponga en riesgo la salud de los empleados.

Lugares cerrados: no más de 27º

"Si el espacio de trabajo es un lugar cerrado y el trabajo es administrativo o sedentario, la temperatura mínima es de 17 grados y la máxima de 27. Y si es trabajo físico, debe estar entre 14 y 25 grados", explica el abogado del Col·lectiu Ronda Álex Tisminetzky, quien hace referencia al real decreto 486/1997 de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

Àlex Tisminetzky: "En lugares cerrados, la temperatura mínima es de 17 grados y la máxima de 27"

Según el letrado, en lo que verdaderamente pelean en los tribunales es en definir qué es un espacio cerrado y qué es abierto, ya que para el segundo no hay un límite de temperatura claro, puesto que las condiciones meteorológicas no se pueden controlar: "Hace poco el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya consideró que el garaje de la ITV en Barcelona era un espacio abierto, ya que tenía un acceso de garaje grande y abierto, por lo que no se aplicaba el límite". Otros trabajadores sí que han conseguido mejoras en este sentido mediante la presión sindical, como los de Telepizza Barcelona, algunos de los cuales habían llegado a trabajar en salas a 40 grados e incluso llegando a los 50,3, según llegó a medir el sindicato CGT.

Trabajar bajo el sol

Cuando se trata de trabajar al aire libre, la normativa se vuelve "más abstracta": "Se insta a adecuar los procesos productivos" , dice Tisminetzky. Esto quiere decir adecuar las jornadas de trabajo para que no recaigan en las horas de pico de calor, hacer más rotaciones o aumentar los descansos, e incluso parar la actividad, tal como señala Mónica Pérez, responsable de Salud Laboral en CCOO Catalunya: "El trabajador puede paralizar la actividad cuando cree que tiene un riesgo inminente para su seguridad o que su vida está en peligro, pero obviamente si la norma no te da garantías es muy difícil ejercerla".

Mónica Pérez (CCOO): "El trabajador puede parar cuando cree que tiene un riesgo inminente o que su vida está en peligro"

Aunque el redactado sea más genérico, Tisminetzky insiste en que hay que reclamarlo, como lo hace Pérez: "El empresario está obligado a proteger la salud del trabajador, detectar el riesgo, evaluar como de peligroso es y tomar las medidas preventivas pertinentes. La previsión meteorológica se puede consultar". Para la sindicalista, esto se traduce en evitar las horas máximas de sol, empezando la jornada antes, hacer más descansos e instalando zonas de sombra: "Carpas donde los trabajadores puedan hidratarse, descansar, tengan protección solar y agua, además de formación para detectar si alguien está con síntomas de un golpe de calor". Tisminetzky añade que, a pesar de que la ley no lo detalle, la jurisprudencia ha determinado que estos recursos son obligatorios en momentos de mucho calor.

Aunque la indefinición también obliga a blindar estas garantías en las negociaciones colectivas en cada empresa y cada contrato. Esto es lo que están probando de hacer en el sector de la construcción, que presiona para que se regule la jornada intensiva en verano a través de la posibilidad que ofrece el Estatuto del Trabajador de negociar una jornada irregular anual. "Recuerdo el caso de un trabajador que, después de diez días de mucho calor y presentar síntomas de mareo, le dijo al jefe que no descargaba más camiones a esa hora y que al día siguiente lo despidieron", cuenta Pérez.

Un riesgo que puede ser mortal

Los riesgos de la exposición a altas temperaturas pueden llegar a ser mortales cuando el cuerpo humano acumula calor hasta llegar a los 40,5 grados. De las seis muertes por golpes de calor que se registraron en el conjunto del Estado en 2020, tres fueron por exposición laboral, según datos del Plan Nacional de Actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas. También pueden derivarse otras enfermedades leves como erupciones cutáneas o calambres, o graves, como cáncer o enfermedades cardiorrespiratorias: "A lo datos oficiales habría que añadirles los posibles problemas oculares o cánceres de piel que tienen un origen laboral pero que no se declaran como tal. Cuesta mucho que se vincule al trabajo, porque para ello la empresa debe reconocer que se trata de un accidente laboral", añade Pérez.

Dennis (rider): "Glovo te paga más cuando hace mucho calor, llueve a cántaros o es de noche"

Son muchos los sectores que trabajan al aire libre llueva, haga frío o una ola de calor. Un caso paradigmático por las imágenes que nos quedaron de temporales como el Gloria o la Filomena son los riders. "Lo único que recibimos de Glovo cuando hay una ola de calor es un mensaje con recomendaciones", explica el miembro de la CGT Dennis X., quien hace tres años que lleva encargos en bicicleta después de estudiar riesgos laborales en su Chile natal. "Glovo te da unos horarios dentro de los cuales recibir pedidos. Yo, si recibo un pedido de 12 o 14 km con un calor de medio día no lo cojo. Los que sí que lo cogen son los indocumentados", denuncia Dennis, quien apunta que la empresa se lucra mediante los abusos a personas sin papeles, que para trabajar alquilan la cuenta a quienes especulan con ella.

Además, asegura que las retribuciones aumentan en caso de trabajar en momentos en los que nadie quiere hacerlo: "Glovo te paga más cuando hace mucho calor, llueve a cántaros o es de noche". Asegura que, en caso de no aceptar esos pedidos "les baja el puntaje", lo que se traduce en menos dinero. Para evitar desplazarse de una punta a otra de la ciudad y recorrer grandes distancias en bicicleta, los riders se agrupan en barrios de donde van y vuelven siempre, aunque la empresa les envía pedidos de grandes distancias, incluso en las partes altas de una ciudad como Barcelona donde la pendiente aumenta un 30%: "Lo envían antes a un ciclista que a una moto porque si no les sale más caro". Mientras trabajan, tiran de estrategias clásicas para protegerse: "Aguantamos el calor con agua y una gorra, pero claro, tampoco podemos beber mucho porque no tenemos dónde orinar".

Eduardo Fernández (Correos): "Pedimos hacer las entregas a primera hora de la mañana, pero no nos hicieron caso"

Los trabajadores de Correos también tienen que caminarse las calles bajo el sol del verano. Ellos reciben una gorra para protegerse del sol, pero nada de agua o de crema solar que se administran ellos mismos, como explica el sindicalista de la CGT Eduardo Fernández. "Pedimos que se modificara la jornada para que hiciéramos las entregas a primera hora de la mañana y así en las horas de más calor hacer el trabajo de oficina". Por el contrario, la empresa desoyó la propuesta, manteniendo el horario actual que fija las tareas en el despacho para antes de las 10 de la mañana y el trabajo en la calle hasta el mediodía. "Tenemos casos de golpes de calor. También alguna muerte por parada cardiaca que no conseguimos demostrar que está vinculada con el trabajo".

Fernández explica que si alguno de los trabajadores se negara a repartir debido a las altas temperaturas seguramente sufriría represalias, como ya lo vivieron durante los meses más duros de la pandemia: "Al principio no nos dieron mascarillas y nos negamos a salir a repartir. Solo por eso nos abrieron expedientes disciplinarios".

Riesgos laborales en el domicilio

Finalmente, el teletrabajo, sumado a la pobreza energética o a la mala calidad de las viviendas también obliga a mucha gente a trabajar con una temperatura inadecuada: “Es difícil vincularlo al trabajo porque pasa en tu domicilio”, explica el abogado Álex Tisminetzky. Hasta ahora, se ha apostado por compensar económicamente los costes de calefacción o de aire acondicionado.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias