El anuncio de Campofrío reivindica el humor como "un bien de primera necesidad"

Publicado el 18 de diciembre del 2018

La tradición es la tradición, dicen, pero del mismo modo que la primavera no empieza hasta que lo dice El Corte Inglés, parece que no es Navidad hasta que, en una esperada tradición televisiva, unas cuantas empresas hacen el llamado anuncio del año: empezó Freixenet hace ya muchos años y luego le siguieron —entre otros— la Lotería o Campofrío, otro clásico de estas fiestas tan señaladas.

La empresa de fiambres y embutidos ha presentado este martes su ya tradicional anuncio y  recurre una vez más a la fórmula que le ha dado tanto éxito en los últimos años con sus spots navideños: factura impecable y actores de primera línea para transmitir un mensaje siempre positivo a los espectadores. En esta ocasión, sobre la necesidad del humor en nuestras vidas y sobre dónde están sus límites.

El anuncio de este año, dirigido por el director Daniel Sánchez Arévalo y protagonizado por Antonio de la Torre y Belén Cuesta, y en el que también participan David Broncano, Silvia Abril, El Langui Quique San Francisco, Azúcar Moreno o Rober Bodegas, lanza un mensaje que no puede ser más certero dado los tiempos que corren: "Un chiste, algo que nos hace tanto bien, no puede ser un lujo, debe ser un bien de primera necesidad".

La trama es sencilla: en una sociedad donde el humor se ha convertido en un objeto de lujo, sólo se puede comprar en joyerías de lujo como la que aparece en el anuncio. En la tienda LOL —así se llama la del anuncio— se pueden compran chistes para bodas o cenas de Navidad, pero también sobre feminismo, colectivos como los gitanos o los discapacitados e incluso sobre la exhumación de Franco, aunque éstos últimos son más caros. Cuanto más sensible es el asunto, más caro es el chiste.

En el anuncio se muestra la tienda, regentada por De la Torre y Cuesta, en la que Abril escoge, entre una gran variedad, el chiste que mejor le encaja, en el que no falta un pequeño homenaje a Chiquito de la Calzada.

Broncano en concreto pide un chiste de exhumaciones, mientras que Jaime Peñafiel bromea con los chistes de la monarquía y por otro lado Rober Bodegas, que no encuentra financiación por sus chistes, es ayudado por las Azúcar Moreno, en referencia a la polémica surgida por sus chistes sobre gitanos.

"Nuestra idea siempre en los anuncios de Navidad es hablar o poner en relieve algo fundamental en nuestra vida. Hemos querido reconocer la importancia de reirse y de los chistes y el lugar que ocupan en nuestra forma de disfrutar de la vida", ha declarado hoy en la presentación del anuncio en el Círculo de Bellas Artes, Javier Portillo, director de márketing de la marca de embutidos.

La presentación en este espacio no ha sido casual, ya que el Círculo de Bellas Artes fue el lugar escogido para rodar el anuncio a finales de noviembre, que en esta ocasión ha dirigido Sánchez Arévalo, que se suma a la lista de reconocidos directores que ya han participado en esta campaña como Icíar Bollaín, Álex de la Iglesia o Benito Zambrano.

"Si te llaman lo dejas todo porque siempre ataja temas que están muy candentes en la actualidad y generan mucho debate", ha declarado Sánchez Arévalo, que valora que a la compañía "no le tiemble el pulso" para realizar una campaña como esta.

"No eres nadie si no sales en sus anuncios", ha bromeado de la Torre, que ha dicho sentirse "muy ilusionado" por participar en el spot y ha declarado, entre risas, que ahora su carrera artística "ya está completa".

"No hay que tomarse las cosas tan en serio y volver a reírnos", ha declarado a Efe Abril, que considera que el único límite que deba marcar al humor es "el sentido común".

"Hay quien hace un humor más polémico y quien hace un humor más blanco. Me parece legítimo que haya gente a la que no le guste nuestro tipo de humor pero a mí lo que no me gusta no lo consumo y ya está", ha precisado a Efe Bodegas, que considera que se debería "quitar trascendencia"a los chistes y las bromas.

"Nadie intenta hacer apología de nada. Lo haces para tu público, al que crees que le parecerá gracioso", ha añadido el cómico, que considera que el límite del humor está en "el Código Penal".